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CAPÍTULO 3 -
Una parte
especial de la tradición de Iglesia Católica Romana, que alcanzó un rol
relevante en esta iglesia, es el papado y el sacerdocio. El Papa hasta ha sido
llamado el reemplazante de Cristo en la Tierra, lo que demuestra el gran
status que tiene entre los católicos. Se enseña que el papado comenzó en el
primer siglo después de la muerte de Pedro, y que desde entonces ha habido una
ininterrumpida cadena de papas hasta hoy.
Pero, ¿qué deberíamos pensar del papa y su posición en la Iglesia Católica,
en general? ¿Enseña
la Biblia algo sobre esto? ¿Puede
justificarse con textos hallados en
la Biblia? Analizaremos
este tema y también el del sacerdocio en la Iglesia Católica a la luz de los
siguientes puntos:
1. ¿Tuvo Pedro una posición especial entre los demás discípulos?
2. Comienzo y sucesión del papado
3. ¿Fue Pedro un sustituto de Cristo?
4. ¿Fundaron Pedro y Pablo la Iglesia de Roma?
5. El celibato de los sacerdotes
1. ¿TUVO PEDRO UNA POSICIÓN ESPECIAL ENTRE LOS DEMÁS DISCÍPULOS? En
cuanto a la fundación del papado, la Iglesia católica Romana históricamente
enseña que la posición especial de Pedro entre los demás discípulos fue el
comienzo del papado. Pedro, como líder de la iglesia primitiva, fue su “primer
Papa”, y Jesús fundó Su iglesia sobre Pedro. El
Catecismo Católico Romano (Catecismo Católico Finés, 1953) incluye lecciones
sobre este tema:
¿A quién puso Cristo como la máxima autoridad en la iglesia? Cristo puso a Pedro como la máxima autoridad en la iglesia. (pág. 42)
¿No es Cristo mismo la máxima autoridad en la iglesia?
Cristo es y continúa siendo la cabeza invisible de la iglesia, Pedro fue su
sustituto visible. (pág. 43)
¿Quién es la cabeza visible de la iglesia después de la muerte de Pedro?
La cabeza visible de la iglesia es el Santo Padre, el Papa, porque él es el
real sucesor del obispado de Roma. (pág.
44)
Pero, ¿es correcta esta explicación? Si examinamos esta lección a la luz de
las referencias bíblicas, no se encuentra respaldo para sostener que Pedro
tenía un lugar superior entre los discípulos:
¿Es Pedro el fundamento de la iglesia, y tiene solamente él las llaves del
reino de los cielos? A
Pedro se lo ha llamado el originador del papado, y se ha enseñado que Jesús
mismo lo erigió a Pedro en esa función, que la iglesia se edifica sobre él, y
que Pedro recibió las llaves del reino de los cielos con el poder de atar y
desatar. Los siguientes versículos del evangelio de Mateo se refieren a esto:
- (Mt
16:16,18, 19) Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente.
18 Y yo
también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y
las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19 Y a ti
te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra
será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra
será
desatado en los cielos.
Sin embargo, con respecto a la interpretación de que la iglesia está edificada
sobre el fundamento de Pedro, deberíamos considerar que, en el idioma griego,
la palabra de Jesús “petros” (Pedro) significa lo mismo que “una pequeña
piedra” o “bloque”. La
palabra “roca” en griego es “petra”. Jesús nunca dijo que él edificaría su
iglesia sobre “una pequeña piedra”, o el fundamento de un hombre, lo que
hubiera sido un fundamento muy débil. El dijo que edificaría su iglesia “sobre
esta roca” – Jesús mismo es la esa roca (e.g. 1 Co 3:11: Porque nadie puede
poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.) Otra
indicación del significado de esta referencia se halla en el reconocimiento
que Pedro expresó concerniente a Cristo. Este versículo, como el verso similar
de Jn 1:42 puede ser traducido del texto original así:
- (Mt 16:16,18) Y Simón Pedro contestó y dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente.
18 Y yo te digo a ti, que tú eres una piedra (Petros), y sobre esta roca (Petra)
edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.
- (Jn
1:42) Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: Tú eres Simón, hijo de
Jonás; tú serás llamado Cefas, que quiere decir, una piedra (Petros).
Con respecto a quién tiene las llaves del reino de los cielos, es bien difícil
restringir su pertenencia o una persona, como enseña la Iglesia Católica
Romana. Es
errado decir que solo Pedro está calificado. La Biblia enseña claramente que
los otros apóstoles también recibieron las llaves del reino. No recibieron
esas llaves porque ellos eran especiales en algún sentido, sino simplemente
porque ellos predicaron el Evangelio del reino y guiaron a la gente a la
salvación. Ellos abrieron “las puertas del cielo” con su predicación. Del
mismo modo, el poder de atar o desatar le fue dado a cada discípulo:
- (Mt
10:7,8) Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado.
8 Sanad
enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia
recibisteis, dad de gracia.
- (Lc
9:1,2) Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre
todos los demonios, y para sanar enfermedades.
2 Y los
envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos
- (Mt
18:18) De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado
en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el
cielo.
Sin menciones. Si
Pedro hubiera tenido una autoridad especial sobre los otros discípulos,
seguramente habría sido mencionado en la Biblia. Sin embargo, en la Biblia no
se puede hallar nada que indique eso. Vemos que Pedro solo fue un discípulo
más entre los otros. Él
ejerció el liderazgo junto con los demás apóstoles, pero no por encima de
ellos. Así, él no tuvo la posición de Papa, y todo el concepto del papado no
se encuentra en la Biblia.
La única cosa que hace a Pedro diferente de los demás discípulos es que él
era de naturaleza más impulsiva y hablaba más que los demás. Él
también cometió errores: negó a su Señor, por ejemplo. ¿Cómo
encaja eso con la doctrina de la infabilidad del Papa, que fue declarada en
1870? Pedro
no era infalible: Jesús, y más tarde Pablo, recriminaron la conducta impropia
de Pedro. Jesús lo reprendió justo después de haberle hablado de las llaves
del reino de los cielos:
- (Mt
16:21-23) Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era
necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales
sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.
22
Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten
compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.
23 Pero
él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás!; me eres
tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en las de los
hombres.
- (Gá
2:11-14) Pero cuando Pedro vino a Antioquía, le resistí cara a cara, porque
era de condenar.
12 Pues
antes que viniesen algunos de parte de Jacobo, comía con los gentiles; pero
después que vinieron, se retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los
de la circuncisión.
13 Y en
su simulación participaban también los otros judíos, de tal manera que aun
Bernabé fue también arrastrado por la hipocresía de ellos.
14 Pero
cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio,
dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y
no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Opinión de los de afuera. La
forma en que reaccionaron los extraños hacia la iglesia en el primer siglo
demuestra que Pedro no tenía una posición especial entre los apóstoles. El
capítulo 24 del libro de los Hechos muestra que los extraños no veían a Pedro
como a la persona más importante en la iglesia. En cambio, era al apóstol
Pablo al que comúnmente se lo consideraba como el líder de la secta de los
Nazarenos. Lo que hace importante a la siguiente declaración es que fue hecha
en Israel, el mismo lugar de influencia de Pedro:
- (Hch
24:4,5) Pero por no molestarte más largamente, te ruego que nos oigas
brevemente conforme a tu equidad.
5 Porque
hemos hallado que este hombre es una plaga, y promotor de sediciones entre
todos los judíos por todo el mundo, y cabecilla de la secta de los
nazarenos.
Jacobo y Juan. En
su carta a los gálatas el Pablo tampoco respalda la idea de que Pedro habría
tenido una posición especial sobre otros. Pablo indica en esa carta que,
además de Pedro, Jacobo y Juan eran comúnmente considerados como figuras
líderes en la iglesia primitiva. Es significativo que de estos tres, Jacobo es
mencionado primero. Esto muestro que Pedro era solamente un apóstol más entre
los otros:
- (Gá 2:9)
Y reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que
eran considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en
señal de compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión
¿La única iglesia verdadera?
En cuanto a Pedro y a sus presuntos sucesores papales, hay una característica
que se les atribuye: infabilidad, especialmente en materias de fe, moral y
doctrina. Esta
declaración sobre la infabilidad del Papa fue emitida en 1870 por el Papa Pío
IX.
Una actitud similar de “infabilidad” ha sido incorporada por la misma
Iglesia Católica Romana, como si ella fuera la única “verdadera” iglesia, y al
llamar a los “hermanos perdidos” a volver a ella. La siguiente declaración que
fue ampliamente difundida fue hecha en el otoño del 2000:
El Vaticano:
La Iglesia Católica es la Única Iglesia Verdadera
El Vaticano declaró el martes que está en una posición superior a todas las
otras Iglesias Cristianas. El Vaticano rechazó la idea de que todas las
iglesias fuesen iguales. Se teme que esta declaración frenará los esfuerzos de
cooperación de las iglesias cristianas.
En opinión del Vaticano, la Iglesia Católica es la única verdadera iglesia
de Cristo. Otras denominaciones, como los Protestantes, no son verdaderas
Iglesias desde el punto de vista del Vaticano.
El punto de vista del Vaticano fue dado a conocer en un documento llamado
“Domine Jesus”, que fue firmado por el cardenal Joseph Ratzinger, el líder de
los sucesores del tribunal de la Inquisición. Se dijo que el Papa Juan Pablo
II aceptó este documento.
De acuerdo con este documento, los que han sido bautizados en algún otro
lugar fuera de la Iglesia Católica, están “conectados de alguna forma a la
iglesia, pero de una manera imperfecta.”
“Hay solamente una iglesia de Cristo, la Iglesia Católica, que es dirigida
por el sucesor de Pedro y los obispos junto con él,” afirma la declaración. La Iglesia Anglicana de Inglaterra rechazó inmediatamente la declaración del Vaticano hecha el martes. El arzobispo George Carey de la Iglesia Anglicana dijo que esta declaración del vaticano no hace justicia a la obra ecuménica, que ha continuado durante 30 años, y que intenta trasponer la división que ha surgido hace siglos entre Protestantes y Católicos. (Periódico Etelä-Suomen Sanomat, 6 de setiembre de 2000).
El hecho de que alguna Iglesia sea considerada como la única iglesia es en
realidad una forma de herejía. Deberíamos entender que la salvación de ninguna
manera está conectada a alguna iglesia, sino que está disponible en la persona
de Cristo. Por eso, el criminal en la cruz, por ejemplo, no fue salvo ni fue
al Paraíso gracias a alguna iglesia, o porque él se había afiliado a alguna
iglesia: él fue salvo porque acudió a Jesús. La Iglesia Católica Romana no era
conocida en ese entonces; ni siquiera existía todavía.
Poner a una iglesia de alguna denominación en el lugar de Jesucristo en
realidad desplaza a Jesús. Eso
no abarca solo a la Iglesia Católica Romana, sino también a otras
instituciones. Los Testigos de Jehová, por ejemplo, piensan de acuerdo a los
mismos lineamientos. Si ponemos la iglesia de cierta dominación, o una persona
(María, por ejemplo) como cabeza de la Iglesia que le pertenece a Cristo, Su
Santa Esposa, entonces ya no somos más cristianos, sino paganos. La gente es
pagana porque niega a Cristo en la práctica, aunque con las palabras puedan
mostrarle respeto. Esas personas no tienen un “Padre” aunque afirmen que
tienen uno en Jesús. (¿Cómo encaja esto con la así llamada construcción de
puentes entre cristianos, que se practica a veces entre iglesias, como alude
el artículo del periódico citado arriba? ¿No sería mejor si Dios primero salva
a estas personas, para que dejen de ser paganos tratando de construir
compañerismo cristiano sin Cristo?)
- (1 Jn
2:23) Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al
Hijo, tiene también al Padre.
2. EL COMIENZO Y LA SUCESIÓN DEL PAPADO. Con
respecto al origen del papado, muchos fieles Católicos Romanos creen que
comenzó en el primer siglo con el apóstol Pedro. Creen ellos que desde
entonces hasta ahora la cadena papal no se ha roto.
Pero, como hemos notado arriba, no hay razones para creer que Pedro haya
sido el primer Papa. No encontramos indicaciones claras sobre este asunto. El
papado ni siquiera se menciona en el Nuevo Testamento. Pedro solo fue uno de
los varios apóstoles, y no tuvo una posición especial que los demás.
La mayoría de los historiadores está en desacuerdo sobre la fecha en que
comenzó el papado. Se sabe que no hubo ningún Papa ni obispo de roma en el
Concilio de Nicea (325 A.D.) que exigiera ser el más importante sobre los
otros. La mayoría de los historiadores creen que Leo el grande fue el primer
Papa. Su reinado fue alrededor del 440 al 461 A.D. En el Concilio de
Calcedonia (451), tuvo que dar conformidad al hecho de que el obispo de
Constantinopla tenía la misma posición que él. En esos momentos nadie era el
líder, porque el liderazgo recién estaba surgiendo – se fue formando más o
menos al mismo tiempo que la iglesia estatal.
En la Santa Biblia no encontramos referencias a la sucesión de la autoridad
papal. La Biblia no nos enseña sobre el papado de Pedro, ni nos instruye con
respecto a sus sucesores. Simplemente no pudo haber existido una
ininterrumpida cadena de sucesores comenzada durante los primeros siglos; la
autoridad papal no comenzó sino unos siglos después.
3. ¿FUE PEDRO EL REEMPLAZANTE DE CRISTO? Otra
cuestión que también surge sobre Pedro y sus supuestos sucesores –los papas-
es el haber sido los sustitutos de Cristo en la tierra. Esta doctrina fue
expresada en el Concilio de Florencia en los años 1400. Fue descrita como
sigue:
"El Papa de Roma es el verdadero sustituto de Cristo, la cabeza de toda la
iglesia y padre y maestro de todos los cristianos; y nuestro Señor Jesucristo
le ha dado a él en la persona del bendito Pedro el poder total para pastorear,
gobernar y guiar a toda la iglesia.” (Sínodo
de Florencia, sesión VI (1439) (DS 1307).
Sin embargo, en la Biblia no podemos encontrar ninguna referencia a Pedro o
algunos de sus supuestos sucesores como siendo los únicos sustitutos de Cristo
sobre la tierra. Tampoco podemos hallar algo sobre la “renuncia al oficio” de
parte de Cristo, y Pedro o alguien más en el acto de asumir en Su lugar. (O
quizás podemos encontrarlo en la misma manera en que el diablo fue culpable de
exaltarse a sí mismo para ser igual que Dios [Is. 14:12-14]. Así, cuando
los Papas se hubieron exaltado a sí mismos para ser iguales a Dios, han estado
siguiendo las pisadas del diablo. De
hecho, ellos son de “su padre el diablo”, como dijo Jesús a la gente religiosa
de Su tiempo, Jn 8:44.
La Biblia, en cambio, sí dice que Cristo todavía es la cabeza de la
iglesia, y que Él tiene todo poder, como lo indican los siguientes versículos.
¿Cómo, pues, encaja entonces la doctrina del Papa como el sustituto de Cristo
en algún lugar?
- (Ef
1:22) Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre
todas las cosas a la iglesia.
- (Mt
28:18) Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en
el cielo y en la tierra.
Por el otro lado, si el Papa realmente era el reemplazante de Cristo, su vida
hubiera sido similar a la de Cristo. Pedro
ciertamente fue un seguidor de Cristo, pero ¿no es un hecho que muchos Papas
abandonaron completamente a Cristo, a pesar de hacerse pasar por Sus
representantes y sustitutos? Por lo menos, en la historia de la iglesia
podemos ver que gran número de Papas han actuado inmoralmente, e incluso han
matado a muchísimas personas. Quizás la predicción de Pablo, donde él habla de
lobos rapaces, encaja mejor a estos papas:
- (Hch
20:29-32) Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de
vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.
30 Y de
vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para
arrastrar tras sí a los discípulos.
31 Por
tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado
de amonestar con lágrimas a cada uno.
32 Y
ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, y a la palabra de su gracia, que tiene
poder para sobreedificaros y daros herencia con todos los santificados.
El
siguiente relato de un ex sacerdote Católico Romano (Emmett Mc Lough, Crime
and Immorality in the Catholic Church) describe como muchos Papas y sus
sucesores en realidad abandonaron completamente a Cristo, a pesar de que
aparecían como Sus representantes y sustitutos. Podemos ver que este tipo de
personas no tienen nada que ver con Cristo y Dios, aunque sostengan lo
contrario (o como dijera Pablo en Tito 1:16, Profesan conocer a Dios, pero
con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, reprobados en cuanto
a toda buena obra.):
Treinta años atrás, cuando hube estudiado intensamente la historia de la
Iglesia Católica Romana durante veintiún años y era uno de sus sacerdotes
“instruidos” por quince años, comencé a analizar partes de su historia de a
poco en poco. Reuní
libros de historia por valor de miles de dólares, muchos de los cuales no
fueron impresos por años. Revolví las librerías del país en busca de textos
raros que escaparon de la censura de Roma.
Me sentí como el miembro de una familia de linaje real orgullosa, respetada
y famosa, que de repente encuentra el árbol genealógico en el ático. Sobre
casi cada rama habían asesinos, mentirosos, traidores, ladrones,
calumniadores, bastardos, explotadores, prostituidos, y toda clase de
malhechores.
Me pareció que había entrado al Museo del Crimen de la Historia, e iba de
cuarto en cuarto, de siglo en siglo en este museo de cera eclesiástico, y en
todos lados vi nuevos tipos de crímenes, vicios y decadencia moral, a tal
punto que la Roma y Grecia paganas parecían casi angélicas.
Yo
resumí ese pasado brevemente justamente para demostrar que este antecedente
criminal de la Iglesia Católica Romana es su herencia genuina. Podemos
encontrar eso en cada siglo de la historia. (…)
4. ¿FUNDARON
PEDRO Y PABLO LA IGLESIA DE ROMA? Si
continuamos estudiando a Pedro, quien es tan querido para los Católicos
Romanos, vemos que muchos creen también que él fue el líder de la Iglesia de
Roma. Creen que él fue un sacerdote allí por más de 20 años. Del
mismo modo, se cree que Pedro, junto con Pablo, fueron los fundadores de esta
iglesia.
Este concepto tardío es presentado, entre otros textos, en un libro de Jan
Aarts (Paavi, The Pope, p.6). En este libro Aarts describe la creencia
que Pedro y Pablo fueron los fundadores de la iglesia de Roma:
Así es como él fue recordado también después del tiempo de los apóstoles y
esta posición pasó a la Iglesia de Roma y al obispado porque Pedro permaneció
y sufrió su martirio allí. La Iglesia de Roma fue muy valorada en los primeros
siglos porque fue fundada por Pedro y Pablo, confirmada por sus enseñanzas y
santificada por su sangre.
Pero, ¿es verdad eso? ¿Fueron realmente Pedro y Pablo los fundadores de la
Iglesia de Roma? Es algo difícil de probar, por lo menos si examinamos la
Biblia a la luz de los siguientes puntos:
La iglesia de Roma ya existía antes de que Pablo la visitase. La
creencia de que Pedro y Pablo fundaron la Iglesia de Roma juntos no encaja con
la carta de Pablo a los Romanos. Cuando Pablo escribió esa carta en el año 58,
ya debía existir una iglesia allí desde mucho tiempo; de otra forma no pudo
haber escrito de la siguiente manera, mencionando su deseo de conocer a esas
personas:
- (Ro
1:8-10) Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a
todos vosotros, de que vuestra fe se divulga por todo el mundo.
9 Porque
testigo me es Dios, a quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo,
de que sin cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,
10 rogando
que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero
viaje para ir a vosotros.
- (Ro
1:13-15) Pero no quiero, hermanos, que ignoréis que muchas veces me he
propuesto ir a vosotros (pero hasta ahora he sido estorbado), para tener
también entre vosotros algún fruto, como entre los demás gentiles.
14 A
griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor.
15 Así
que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a
vosotros que estáis en Roma.
- (Ro
15:23) Pero ahora, no teniendo más campo en estas regiones, y deseando
desde hace muchos años ir a vosotros.
No hay saludos para Pedro. Otra
observación que puede ser hecha de la carta de Pablo a los Romanos es que
cuando Pablo envió sus saludos a los miembros de la Iglesia de Roma (Romanos
16:1-15), él no dijo nada sobre Pedro. Ciertamente él habría mandado saludos a
Pedro también, si hubiera estado en Roma (se ha dicho que Pedro fue el
fundador de la Iglesia de Roma y que vivió allí por 20 años). Así,
el hecho de que Pablo no mencionara a Pedro en su carta es una clara
indicación de que Pedro no estaba en Roma en ese tiempo.
Las cartas que Pablo envió desde Roma. Después
que Pablo fuera cautivo a Roma –él no fue a fundar una nueva iglesia- envió
tres cartas desde Roma. Debería notarse que en estas tres cartas él ni
siquiera menciona a Pedro. Ciertamente lo habría hecho si Pedro hubiera estado
en Roma en ese tiempo, especialmente si Pedro y él hubieran establecido la
Iglesia de Roma juntos. El hecho que Pablo no lo menciona también sugiere que
Pedro no estaba en ese entonces en Roma.
Sin referencias en el libro de Hechos. En
el libro de los Hechos de los Apóstoles, que describe las actividades hasta el
año 62 D.C. no hay mención de Pedro estando en Roma –sólo se menciona que
Pablo vivió en Roma por dos años.
Esto es importante, porque Pedro fue una de las figuras centrales en el
libro de los Hechos, y la iglesia en Roma existió antes del final del libro
(es decir, el año 62 D.C.) Pedro no pudo haber fundado esa iglesia, si él
hubiera vivido brevemente en Roma –o por 20 años- pues entonces la Biblia lo
habría mencionado, porque relata muchos eventos “menores” sobre Pedro. ¿Por
qué no se dice nada sobre esto? ¿No es una clara evidencia de que Pedro no
tiene nada que ver con la fundación de la Iglesia de Roma?
Pedro trabajó entre los de su propia nación. Las
diferentes tareas asumidas por Pablo y Pedro no sustentan la afirmación de que
Pedro fundara la Iglesia de Roma. Pablo fue llamado a ser un Apóstol de los
gentiles, pero Pedro trabajó mayormente entre su propia gente. Pablo escribió
acerca de sus diferentes tareas de la siguiente manera:
- (Gá
2:6-9) Pero de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en
otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues,
los de reputación nada nuevo me comunicaron.
7 Antes
por el contrario, como vieron que me había sido encomendado el evangelio de la
incircuncisión, como a Pedro el de la circuncisión
8 (pues
el que actuó en Pedro para el apostolado de la circuncisión, actuó también
en mí para con los gentiles),
9 y
reconociendo la gracia que me había sido dada, Jacobo, Cefas y Juan, que eran
considerados como columnas, nos dieron a mí y a Bernabé la diestra en señal de
compañerismo, para que nosotros fuésemos a los gentiles, y ellos a la
circuncisión.
¿Tiene la Iglesia de Roma una posición especial? Hemos
mencionado la idea que Pedro y Pablo fundaron juntos esta iglesia, y que ha
sido sugerido que esta iglesia particular ya tenía una consideración especial
en los tiempos de los Apóstoles.
Sin embargo, podemos afirmar que esa iglesia no tenía ninguna posición
especial, más importante que cualquier otra iglesia. Era una iglesia entre
muchas otras, y su única razón para reclamar superioridad estaba basada en su
localización, pues estaba en una de las mayores ciudades de ese tiempo.
Jan
Aarts se refiere a este tema (Paavi, The Pope, p. 46). Aarts
sostiene que factores políticos comenzaron a afectar la vida de la iglesia en
gran manera en el siglo 4˚.
Roma era la capital del imperio, y por eso, su centro político y administrativo. También era un centro internacional de cultura y lugar de encuentro. Naturalmente esas características tuvieron un impacto en la importancia de la Iglesia de Roma, pero en los primeros siglos nada indica que a la Iglesia de Roma se le habría dado una posición especial sobre otras iglesias locales. Los asuntos políticos comenzaron a influir profundamente en la vida de la iglesia solamente cuando el cristianismo se popularizó (en el 313 D.C.) y llegó a ser la religión del estado (en el 380 D.C.). Sin embargo, ellos no afectaron realmente la posición de Roma, sino la posición de Constantinopla, que se convirtió en la nueva capital en el año 330.
5. EL CELIBATO DE LOS SACERDOTES. Una
particularidad de la Iglesia Católica Romana es el celibato del Papa,
sacerdotes y monjes, que fue prescripto por el Papa Bonifacio VII en 1.079.
(¿Estará esto también basado en la perpetua virginidad de María creada por la
iglesia?) Los tres grupos mencionados arriba están obligados por la Iglesia
Católica Romana a permanecer célibes, y cada uno de ellos debe hacer voto de
celibato, sin los cuales ningún sacramento puede obrar eficazmente; si se
llegan a casar, sus tareas sagradas no pueden realizarse propiamente.
Sin
embargo, ¿enseña la Biblia algo acerca del celibato de los sacerdotes? Vamos a
ver este tema a la luz de los siguientes versículos:
Evitando el pecado de fornicación. Si
miramos las enseñanzas generales de la Biblia sobre la sexualidad del hombre y
la mujer, vemos que indica claramente que el hombre y la mujer deberían tener
un cónyuge. No quiere decir que sea algo obligatorio, pero el casamiento está
expresamente indicado para evitar el pecado de fornicación y también para
satisfacer nuestras necesidades sexuales. Por ejemplo, Pablo expresa esta
enseñanza muy claramente en su carta a los corintios:
- (1 Co
7:1,2) En cuanto a las cosas de que me escribisteis, bueno le sería al hombre
no tocar mujer;
2 pero a
causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga
su propio marido.
- (1 Co
7:8,9) Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse
como yo; 9 pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es
casarse que estarse quemando.
¿Qué consecuencia tiene que la Iglesia Católica no obedezca el consejo arriba
mencionado? La siguiente cita de un artículo de un periódico lo ilustra bien
(Helsingin Sanomat 10 April 1995, Jyrki Palo, Seksiskandaalit koettelevat
katolista kirkkoa, “Sex Scandals Testing Catholic Church”). El artículo
demuestra cómo el celibato de sacerdotes ha llevado al abuso sexual y
relaciones extramaritales. Por ello, ha contribuido a la inmoralidad y de
ninguna forma a una vida más pura de los sacerdotes:
(...) La Iglesia Católica requiere de sus sacerdotes celibato absoluto, i.e.,
prohíbe las relaciones sexuales. Algunos sacerdotes casados estiman que más de
la mitad de sus anteriores colegas vive con una mujer como si estuviese
casado.
(...) Jeremiah Eisenbauer, un monje del monasterio de Melk, es uno de los que
consideró inhumano al celibato. “Es tiempo de luchar contra un sistema que
casi invariablemente conduce al abuso (sexual)”, dijo en una carta a la
revista Profil.
Mr. Eisenbauer también criticó duramente la jerarquía de la autoridad
central de la iglesia “donde las ambiciones personales pueden llevar a
posiciones líderes para controlar a otros.”
Doctrina de demonios. En
los versículos de arriba, Pablo dice que es bueno casarse para evitar
pecados inmorales, y en otro lugar dice que la prohibición del matrimonio es
una de las doctrinas de los demonios. De modo que el celibato obligatorio no
es la voluntad de Dios, como enseña la Iglesia Católica, sino justo lo
opuesto, i.e., algo enseñado por demonios, como dijo Pablo en su
tiempo.
Así, que la Iglesia Católica prohíba el casamiento ¿no es el cumplimiento
de lo que Pablo dijo en su tiempo? ¿O existe alguna otra organización que haya
prohibido el casamiento a sus propios empleados tan generalizadamente como la
Iglesia Católica? Podemos decir honestamente que las palabras de Pablo encajan
de lo mejor con este tema:
- (1 Ti
4:1-3) Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos
algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas
de demonios;
2 por la
hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia,
3 prohibirán
casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con
acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido
la verdad.
Pedro estaba casado. Un
hecho asombroso es que Pedro, a quien muchos católicos consideran como la roca
y el primer Papa de la iglesia, él personalmente estaba casado. Él realmente
estaba casado, puesto que la Biblia habla de su suegra y en otro lugar Pablo
dice claramente que Pedro, i.e., Cefas, tenía una esposa. Así que una buena
pregunta es ¿por qué los papas, que se consideran a sí mismos seguidores de
Pedro, no siguen su consejo? ¿No deberían ellos, como seguidores de Pedro,
tener también una esposa?
- (Mt
8:14,15) Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada
en cama, con fiebre.
15 Y tocó
su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía.
- (Mr
1:30) Y la suegra de Simón estaba acostada con fiebre; y en
seguida le hablaron de ella.
- (1 Co
9:5) ¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer
como también los otros apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?
Marido de una mujer. Un
pasaje de la Biblia referido a las características del pastor de una
congregación señala también que ellos deberían tener una esposa. Pablo habla
muy claramente de ello en 1 Timoteo, e indica que el pastor de una iglesia
usualmente debe ser el marido de una mujer y capaz de manejar su hogar. Una
buena pregunta es ¿por qué este consejo no ha sido obedecido y por qué el
matrimonio ha sido prohibido aún cuando este pasaje de la Biblia, por ejemplo,
demuestra estar a favor con respecto al casamiento de los pastores en la
iglesia?
- (1 Ti
3:2-5) Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una
sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;
3 no dado
al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable,
apacible, no avaro;
4 que
gobierne bien su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad
5 (pues
el que no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo cuidará de la iglesia de
Dios?).
Problemas con la Iglesia Católica
Arriba hemos analizado el celibato de los sacerdotes, Pedro como el sustituto
de Cristo, la posición del Papa y María como mediadora, y hemos notado que
ninguno de estos temas está mencionado en la Biblia. La Biblia no se refiere a
estos temas de ningún modo; son invenciones posteriores de la Iglesia
Católica.
Esto constituye el mayor problema con la Iglesia Católica. Cuando las
doctrinas no están basadas en la Biblia, entonces es posible que surjan
doctrinas nuevas y extrañas en la iglesia. Esto ha estado sucediendo incluso
más frecuentemente y hoy en día la Iglesia está desviada bastante lejos. Estas
doctrinas nuevas que han sido reunidas a lo largo de los años han llegado a
ser “tradiciones” regulares, que de hecho han reemplazado la Palabra de Dios.
Es interesante que la Iglesia Católica haya confirmado oficialmente la
importancia de las tradiciones. Esto se observa en publicaciones de la Iglesia
Católica, como el Catecismo Finlandés (1953) y un libro que describe la
fundación de la fe católica, Katolisen uskon perusteet (Katolinen
tiedotuskeskus, Helsinki, 1992). Esta publicación da un fuerte respaldo a la
tradición:
¿Es suficiente que creamos lo que está en la Santa Biblia?
No; también debemos creer en la tradición, porque la tradición es una Biblia
sin escrituras. (Finnish Catechism, p. 9).
Así, pues, ¿en qué deben creer los cristianos en general?
Los cristianos deben creer todo lo que Dios ha informado y lo que la Iglesia
Católica nos urge a creer, esté escrito en la Biblia o no. (Finnish Catechism,
p. 10)
(…) La Iglesia Católica enfatiza la relación entre la Biblia y la tradición (…) (Katolisen uskon perusteet, p. 157)
(…) La Iglesia Católica sostiene el derecho de aceptar cierta interpretación de la Biblia como correcta o rechazar una interpretación que distorsione creencias recibidas. (Katolisen uskon perusteet, p. 83)
Que la Iglesia Católica ponga a la tradición a la misma altura de la palabra
de Dios, o por encima de ella en realidad, es una gran tragedia. Esto es
trágico porque esas nuevas tradiciones desplazaron a Jesús, el Hijo de Dios,
de su posición como único Salvador, como Él mismo dijera (por ej. en Juan 14:6
y Juan 10:9) y lo reemplazaron a Él con cosas que desvían a la gente a la
condenación. Así, es realmente notable que, aún cuando los católicos pueden
respetar a Jesús como el Hijo de Dios y a los Apóstoles como santos, no pueden
respetar la palabra escrita que vino por medio de ellos. La
han reemplazado con sus tradiciones posteriores.
El valor que le dan a estas tradiciones en la Iglesia Católica realmente es
el mismo valor que le daban los fariseos a esas mismas cosas en los tiempos de
Jesús. Esas
personas que vivieron en los tiempos de Jesús, y que precisamente fueron los
mayores oponentes del Evangelio y de Jesús, fueron culpables por el hecho de
haber puesto sus tradiciones y sus ordenanzas humanas en el lugar de la
Palabra de Dios. Sin embargo, Jesús reprendió a esos hipócritas por sus
ofensas:
- (Mt
15:1-3 6-9) Entonces se acercaron a Jesús ciertos escribas y fariseos de
Jerusalén, diciendo:
2 ¿Por qué
tus discípulos quebrantan la tradición de los ancianos? Porque no se lavan las
manos cuando comen pan.
3
Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el
mandamiento de Dios por vuestra tradición?
6 ya
no ha de honrar a su padre o a su madre. Así habéis invalidado el mandamiento
de Dios por vuestra tradición.
7 Hipócritas,
bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este
pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en
vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres.
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Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)
Echa mano de la vida eterna
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