CAPÍTULO 1 -
El Origen
del Universo
EL COMIENZO DE TODO. Al comenzar nuestro estudio, deberíamos comenzar con el origen del
universo. Ya hemos notado que la teoría más común es que el universo llegó a
existir de solo, y después de eso la vida en la tierra evolucionó y comenzó a
aparecer poco a poco. Este punto de vista basado en la materia supone la idea
de que tiempo y materia son los únicos prerrequisitos necesarios para hacer
posible la existencia de algo –la
posibilidad de un Creador ni siquiera es considerada.
Sin embargo, el punto
esencial es que el universo debe haber tenido un comienzo y que no puede ser
eterno e infinitamente antiguo. Hasta las teorías de varios científicos indican
eso. Cuando hablan del ‘big bang’, del nacimiento de galaxias, estrellas, del
sistema solar y la tierra, presuponen que debieron tener sus comienzos. Están
al tanto del hecho que eso no estuvo siempre ahí, aunque no crean en un proceso
especial de creación. No toman a Dios en cuenta, pero de todos modos basan sus
teorías en el hecho de que todo comenzó alguna vez.
Además, también podemos ver en
la práctica que ha habido un primer momento muy especial. La así llamada
segunda ley de termodinámica indica que el universo se encamina hacia el fin
por la temperatura –a un estado en el cual toda las diferencias de temperaturas
habrán desaparecido y en el cual la cantidad de energía útil disminuirá y
finalmente se acabará. En principio, esta disminución de la energía puede ser
comparada con la leña que se quema en el fuego de un campamento. Una vez que la
leña se quema, no puede usarse nuevamente –se convierte en algo inservible. Eso
indica que el nivel de energía útil disminuye todo el tiempo:
“La energía parece no desaparecer realmente. El
problema es que va cambiando gradualmente de forma tal que ya no puede
utilizarse más. Todo el universo se encamina hacia una muerte térmica. El
universo actual y toda la materia y energía que este contiene están siendo
dilapidadas en energía térmica, y eso eventualmente abarcará a todo el
universo. Cuando eso suceda, nada podrá existir. (1).
Que todavía haya diferencias de temperaturas alrededor del mundo, que el
sol y las estrellas estén alumbrando, y que aún haya reservas de energía dentro
de la tierra, solamente demuestra que el universo no es eterno, y que no ha
estado siempre en la misma condición. Si el sol y las estrellas fueran lo
suficientemente antiguos, la temperatura sería la misma en todas partes y no
veríamos ningún cambio producido por las diferencias de temperatura. Sería
igualmente frío en todos lados y las estrellas se habrían extinguido. Pero no
es así.
La conclusión que se puede
sacar de la información que hemos visto es que en algún momento en el pasado
debe haber habido un día y un momento cuando todo comenzó a existir. Debe haber
habido un momento cuando la marca del tiempo hacia la muerte térmica empezó, y
un momento en el que todo comenzó. Es la única posibilidad. De lo contrario,
deberíamos rechazar la segunda ley de la termodinámica.
Las siguientes citas se
refieren a este tema. Ellas muestran cómo la teoría sobre las fuerzas térmicas
nos obliga a creer que la tierra ha sido creada en cierto momento, o que las
leyes de la naturaleza han sido diferentes en cierto punto del tiempo.
Arthur Eddington (un astrofísico
ingles de 1930): “Si vamos atrás en el tiempo hallaremos un mundo más y más
organizado. Finalmente, llegaremos a un momento en el que todos los materiales
y la energía están tan organizados como pueden llegar a estarlo. No podemos ir
más allá de ese punto. Hemos llegado a un punto en el tiempo y el espacio que
no puede ser atravesado, y que sólo puede ser descripto con la palabra
“comienzo.” (…) A mi me parece absolutamente natural aceptar la conclusión que
ofrece la ciencia actual para el futuro: La muerte térmica del universo.” (2)
William Jevons (un filósofo
inglés de 1870): “No podemos rastrear la historia de la temperatura del
universo en un pasado muy lejano. A cierta altura será imposible obtener datos
sobre la distribución de la temperatura, las cuales no pueden, de acuerdo con
las leyes naturales, venir de alguna distribución anterior. (…). La teoría
sobre las fuerzas térmicas nos fuerza a creer ya que el mundo fue creado en
cierto momento, o que las leyes de la naturaleza han sido diferentes en un
período anterior en el tiempo. (3).
LA VIDA también debe tener un
comienzo. Hemos notado que el universo tiene un comienzo, y lo mismo vale para
la vida – ella también tiene que tener un principio. Debe haber un momento en
el que la vida –que requiere ciertas condiciones muy específicas- comenzara.
Por lo menos, no hay nada que indique que ella haya existido eternamente en la
tierra.
La causa principal por la que
la existencia de la vida tiene un término es, por supuesto, la vida limitada
del sol. Así como no es posible que el sol haya estado irradiando calor y luz a
la tierra desde siempre, así también es imposible que haya existido vida desde
siempre. (La segunda ley de la
termodinámica establece restricciones para la existencia del sol. El sol es como
el fuego de leños quemándose en una hoguera. El fuego quema sólo por un cierto
tiempo, y después se hace oscuro y frío). Sin el sol, la temperatura sería
de 273 grados Celsius bajo cero, estaría oscuro, y toda el agua estaría
congelada –la vida sería imposible en esas condiciones. Ninguna forma de vida
podría mantenerse en esas condiciones: La vida sería imposible.
La conclusión por lo tanto es
que así como el sol no pudo haber estado siempre ahí brindado calor a la
tierra, tampoco pudo haber existido la vida. Es un hecho tan simple, que
debería despertarnos. Esto también significa que debe haber existido un momento
en el cual la vida comenzó a existir sobre la tierra. Los científicos no creen
en la Creación, pero aún dejándola de lado, la vida debe tener un principio en
cierto punto. De lo contrario, nuevamente tendríamos que rechazar la segunda
ley de termodinámica.
La siguiente cita habla del
mismo tema y nos muestra que la gente realmente cree en el comienzo de la vida,
pero que para los científicos ese mismo tema no está claro. Ese tipo de
conclusiones son posibles porque la gente no quiere creer en la participación
de Dios en la creación.
Andy Knoll, un profesor de
la universidad de Harvard: “Al tratar de compilar un
sumario de lo que sabemos sobre la profunda historia de la vida sobre la
tierra, el origen y las fases de su formación que lleva a la biología que
podemos ver a nuestro alrededor ahora, tenemos que admitir que estamos a
oscuras. No sabemos cómo comenzó la vida en este planeta. No sabemos cuándo
exactamente comenzó y bajo qué condiciones.” (4)