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Textos de Jari Iivanainen
¿Cuál es el origen de todo?






Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)
















Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)






 

CAPÍTULO  5 -

El nacimiento de la vida

 

 

 

Un axioma de la teoría de la evolución es que la vida se originó de materia inerte. Se ha dado por hecho que esto pudo suceder por sí mismo, en tanto y en cuanto se dieron las condiciones adecuadas. Generalmente esas condiciones se refieren a una atmósfera que incluye hidrógeno, metano, amonio y vapor acuoso, pero no el principal factor para nosotros, o sea oxígeno puro. En Segundo lugar, debieron converger diferentes tipos de radiaciones y luces en esta atmósfera –causando cambios químicos que entonces crearon los agentes en cuestión: aminoácidos. Este tema, y la ingeniería química de los aminoácidos en condiciones de laboratorio son descritas en un libro de biología escolar (Biología Escolar, Educación Secundaria 2 – 3, 1987, Tast – Tyrväinen – Mattila – Nyberg, p. 172). También las dos siguientes  citas indican que ha sido imposible probar experimentalmente la generación espontánea y que eso claramente va contra las observaciones prácticas:

 

Al comienzo la atmósfera de la tierra contenía, además del vapor de agua, hidrógeno, amonio y gases de  metano. Como no había oxígeno en la atmósfera, la capa de ozono no protegía la tierra. Por eso, los rayos ultravioletas del sol podían penetrar libremente la superficie de la tierra. La lluvia drenó los ingredientes de los continentes a los mares haciendo que sus aguas fuesen saladas.

   (…) La formación de materia orgánica a partir de la simple materia también ha sido probada en experimentos. En estos ensayos experimentales se condujeron descargas eléctricas dentro de un recipiente cerrado conteniendo metano, amonio, hidrógeno y vapor de agua. Como resultados se obtuvieron muchos materiales orgánicos, como aminoácidos.

 

La teoría de la generación espontánea que prevaleció en los años 1700 sugirió que los organismos fueron originados por los elementos químicos de la materia sin vida. En la década de 1860, Luis Pasteur probó que eso no era cierto. De acuerdo con el punto de vista actual, la generación espontánea ciertamente ha ocurrido, pero aparentemente una sola vez.” (Biología Escolar, Educación Secundaria 2 – 3, 1987, Tast – Tyrväinen – Mattila – Nyberg, p. 172).

 

Ha sido imposible producir vida en un laboratorio. Pero, el ser humano ha estado intentado lograr eso desde hace tan solo algunas décadas. La naturaleza tuvo cientos de millones de años de tiempo, e innumerables charcas con elementos fundidos por el calor sobre la superficie vacía del globo como campo experimental. Fue suficiente con que la vida comenzara en una de esas charcas. De allí ella se esparció por todos los lugares del globo. (Heikki Oja, Polaris, pág. 144).

 

¿ES SATISFACTORIA ESTA TEORÍA? Cuando comenzamos a estudiar el misterio del origen de la vida, tenemos que notar que el tema no es tan simple como lo sugieren algunas publicaciones. Los experimentos en esta área con el origen de la vida hechos por Miller han sido usualmente discutidos, pero si comenzamos a estudiar el experimento y las posibles condiciones originales de la tierra, encontramos problemas insolubles. La composición de la atmósfera al comienzo y en la formación de las proteínas es especialmente problemático:

 

La composición de la atmósfera en el principio. Como fue dicho, la teoría que se menciona arriba supone que en el principio la atmósfera incluía hidrógeno, amonio y metano, pero no oxígeno radical en absoluto, porque el oxígeno radical habría evitado la formación de proteínas y abortado las reacciones de desarrollo.

Sin embargo, si seguimos estudiando este tema, encontramos que no es así, porque los siguientes factores van contra ello:

 

Rocas precámbricas. Algo que habla contra una atmósfera libre de oxígeno son las rocas precámbricas. Se determinó que muchas rocas precámbricas son de las más antiguas en incluir mineral de hierro oxigenado, lo que indica que ya había oxígeno en esa etapa. La idea de que no habría habido oxígeno en la atmósfera al comienzo claramente va contra estas observaciones prácticas. Ken Towe ha explicado el problema:

 

“Hay un problema con el estudio de la era Precámbrica. Por un lado se sostiene que al principio no había oxígeno gaseoso y que la vida comenzó en un ambiente así. Por otro lado, muchas rocas precámbricas, incluyendo las capas más profundas, incluyen minerales de hierro oxigenado. Por eso, en el tiempo en que fueron formadas, había oxígeno radical. ¿De dónde vino?” (pág. 115, Jim Brooks / Origins of Life).

 

¿Era la composición lo opuesto a lo que es ahora? La teoría arriba mencionada también incluye la idea de que la composición de la atmósfera original era justo lo contrario de lo que es ahora. En el principio no había oxígeno, pero había hidrógeno, metano y amonio, mientras que la atmósfera de ahora tiene lo opuesto a esto. (La atmósfera contiene actualmente 78 % de nitrógeno, 21 %  de oxígeno, 0.9 % de argón y 0.1 de otros gases inertes y dióxido de carbono).

   El cambio radical de la atmósfera por cierto es difícil de probar en la práctica. Se basa solamente en la suposición de que la generación espontánea requiere una atmósfera libre de oxígeno, porque de otra manera los aminoácidos no se habrían formado. No hay otro motivo para este tipo de suposición y no es sustentada por observaciones prácticas. Por eso, uno bien puede preguntarse si la atmósfera realmente cambió tanto, o incluso si es que era libre de oxígeno, en primer lugar.

 

Los gases más livianos que el oxígeno. La idea de que gases más livianos que el oxígeno, pero no el oxígeno mismo, habrían permanecido en la atmósfera parece imposible. ¿Por qué habría de permanecer el hidrógeno sobre la superficie de la tierra, en vez del oxígeno, puesto que al ser el más liviano de los gases habría sido el primero en fugarse al espacio exterior? El hidrógeno más bien habría escapado hacia el espacio, pues se supone que la tierra habría estado caliente y su corteza parcialmente derretida. Cuanto más caliente, más fácilmente se escapan los gases, porque el movimiento del gas se intensifica con el aumento del calor. Una atmósfera conteniendo hidrógeno probablemente no habría permanecido intacta por mucho tiempo (se ha enseñado que ese tipo de atmósfera fue la que prevaleció en la tierra por millones de años) y los aminoácidos no habrían tenido tiempo de formarse.

 

¿Depende el oxígeno de la fotosíntesis? Generalmente se supone que el oxígeno apareció en la tierra por la fotosíntesis, la que lo habría generado. Se ha dicho que fueron las plantas verdes las que causaron el incremento de oxígeno en la atmósfera.

   Sin embargo, esto no es necesariamente cierto: en vez de ello, el oxígeno puedo haber sido creado por los rayos ultravioletas del sol que dispersaron el agua y produjeron oxígeno y ozono. Habría sido una combinación bastante extraña si no hubiera habido oxígeno radical en la atmósfera de la tierra, ya que debería haber habido oxigeno junto con hidrógeno como agua y vapor de agua. Difícilmente parece posible que ello existiese. Por eso, el oxígeno ya debía haber estado presente entonces.

   Otra pieza de evidencia que contradice la idea de que en la tierra no había oxígeno radical es el oxígeno encontrado en Marte. El espectrómetro Aspera que fue enviado a Marte para tomar muestras, midió que tanto como 3.5 toneladas de oxígeno fue transportado cada hora por vientos solares, del perímetro gaseoso de Marte al espacio. Eso demuestra que la existencia de oxígeno no depende de alguna actividad orgánica, como la fotosíntesis. También comprueba que también pudo haber existido oxígeno en la tierra en una etapa inicial.

 

Formación de proteínas. Ese es otro problema. Si de todos modos asumimos que los aminoácidos fueron formados en una atmósfera sin oxígeno y sobrevivieron a la radiación ultravioleta penetrando agua –como ha sido sostenido en teoría- nos topamos con todo un conjunto de dificultades. (Era necesario que se metiesen  al agua, porque no había oxígeno en la atmósfera y por eso tampoco la capa protectora de ozono, y sin ella los rayos ultravioletas habrían destruido rápidamente los recién formados aminoácidos. En otras palabras, esto es un problema considerable: Los aminoácidos no pudieron formarse en una atmósfera con oxígeno, y en una atmósfera sin oxígeno habrían sido destruidos inmediatamente. Ambas alternativas –una atmósfera con oxígeno y una atmósfera sin oxígeno- habrían ido en detrimento de los aminoácidos.)

   El problema es: ¿Cómo pudieron ser capaces de combinarse los aminoácidos con las proteínas en el agua? Si había excedente de agua como se supone, no habría contribuido a la formación de proteínas; en lugar de ello, habría ocurrido todo lo contrario. Habría hecho que las formaciones existentes regresaran a sus estructuras elementales. Esas reacciones siempre dependen de las circunstancias prevalecientes y por el excedente de agua, solamente se habrían movido hacia atrás, es decir al estado original de amino ácidos, y de ninguna manera hacia adelante. Las composiciones no habrían sido creadas:

 

De acuerdo a la hipótesis del mar, la evolución química y el nacimiento de la vida sucedió en el mar o en alguna laguna de agua. Sin embargo, bajo esas circunstancias la generación espontánea de macro moléculas necesarias para el origen de la vida es absolutamente imposible. Imaginemos el nacimiento de una gran proteína en el agua. Cada vez que los aminoácidos se unen por el enlace peptídico, se libera una molécula de agua; es decir, ocurrirá la hidrólisis espontánea de las moléculas creadas. Cuanto mayor el polipeptídico creado, más agua se junta al lado correcto de la reacción de la ecuación. Por lo menos de acuerdo con las leyes físicas y químicas que existen en la actualidad, la reacción siempre volverá atrás si hay agua suficiente, es decir, ocurrirá la hidrólisis espontánea de la molécula creada. Alguien debería remover continuamente el agua para prevenir que las proteínas caigan en pedazos.” (Mikko Tuuliranta, Evoluutio – tieteen harha-askel?, p. 18).

 

“Puesto que un enlace peptídico es termodinámicamente inestable en una solución acuosa, la formación de proteínas habría estado muy inclinada a la descomposición o hidrolisis en los mares cálidos que prevalecían al principio. Así, ninguna simple proteína podría haber sido preservada largo tiempo. Esto representa un problema fundamental.” (Lehninger A.L., Biochemistry, p. 1041, Worth Publishers, Inc., [1975])

 

Sin vida. Si la formación de proteínas en el agua habría sido posible a pesar de todo, surgirían nuevos problemas: aún cuando las moléculas proteicas se hubieran convertido en aminoácidos, las moléculas todavía hubieran carecido de lo que habría sido responsable de mantenerlas vivas. Se trata de una forma más refinada de materia sin vida. Así como la goma, el acero y el plástico pueden convertirse en un auto, pero no hay vida en el auto. Del mismo modo, un cuerpo muerto tiene los materiales justos y la estructura correcta, pero no tiene vida en sí. Los materiales y las estructuras correctas difícilmente nos podrían ayudar a resolver el rompecabezas de la vida. Sólo los materiales adecuados no pueden generar la vida:

 

Y todavía no hemos tocado el problema mismo: el origen de la vida. El óvulo de proteína no es vida, tan solo es uno de los materiales que formaron un organismo vivo. Aún si tendríamos toda una tierra  llena de óvulos de proteínas, todavía estaríamos lejos de la solución. Podemos probar que la vida crea y usa óvulos de proteína, pero no hay ni una simple pieza de evidencia que pruebe que el óvulo de proteína cree vida. (Thoralf Gulbrandsen: Puuttuva rengas [Jakten på apemennesket], p. 41).

 

Teorías imperfectas. Los siguientes comentarios indican bien cuán problemático es el origen de la vida y cómo faltan evidencias de ello. Todavía hay una gran brecha entre una materia viviente y una sin vida, y los investigadores no han hecho ningún progreso en el tema en el último siglo. Ha sido imposible resolver el misterio del origen de la vida:

 

Paul Davies: “Cuando comencé a escribir este libro, estaba convencido de que la ciencia casi había resuelto el misterio del origen de la vida. (…) He pasado uno o dos años estudiando este tema y ahora pienso que hay una enorme brecha en nuestro conocimiento. Por supuesto, tenemos una buena idea acerca del tiempo y el espacio del origen de la vida, pero todavía hay un largo camino que recorrer para comprender la serie de eventos. Esta brecha en nuestro saber no es mera ignorancia sobre ciertos detalles técnicos sino un notable defecto conceptual. (…) Muchos investigadores son cuidadosos en decir públicamente que el misterio de la vida es un misterio, aunque a puertas cerradas abiertamente admiten estar confundidos…” (9)

 

Andy Knoll, un profesor de la Universidad de Harvard: “Cuando tratamos de compilar un sumario de lo que sabemos sobre la profunda historia de la vida en la tierra, el origen de la vida y las fases de la formación que llevaron a la biodiversidad que puede ser vista a nuestro alrededor ahora, tenemos que admitir que eso está en la oscuridad. No sabemos cómo se originó la vida en este planeta. No sabemos cuándo exactamente comenzó y bajo qué condiciones.” (10)

 

 

 

REFERENCIAS:

 

1. Pekka Reinikainen: Unohdettu genesis, p. 25

2. John D. Barrow : Maailmankaikkeuden alku, p. 37

3. Idem, p. 36-37

4. Andy Knoll (2004) PBS Nova interview, 3. may 2004,  cit. Antony Flew & Roy Varghese (2007) There is A God: How the World’s Most Notorious Atheist Changed His Mind. New York: HarperOne

5. Heikki Oja: Polaris, p.128,129

6. Kari Enqvist and Jukka Maalampi: Tyhjästä syntynyt, p. 14

1. Pekka Reinikainen: Unohdettu genesis, p. 24

8. Joseph Silk in his book "Big Bang"

9. Paul Davies: Viides ihme, 1999, p. 14,15

10. Andy Knoll (2004) PBS Nova interview, 3. may 2004,  cit. Antony Flew & Roy Varghese (2007) There is A God: How the World’s Most Notorious Atheist Changed His Mind. New York: Harper One

 

 

 

 




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