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Textos de Jari Iivanainen
El Islam y
Jesús






Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)
















Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)






 

Capítulo 1 -

¿Está la Biblia en su forma original, o ha sido cambiada más tarde?

Una de las acusaciones más comunes hechas por los musulmanes es que la Biblia de hoy no está en su forma original. En cierto momento fue cambiada y distorsionada. Muchos musulmanes pueden estar de acuerdo en que la Biblia en su forma original era correcta y transmitía fielmente la palabra de Dios. Pero más tarde fue tan cambiada, que ya no se puede confiar en ella. Ellos han dicho que el Corán ha reemplazado los escritos  de la Biblia, de modo que ya no necesitamos la Biblia. El Corán representa la verdad final, el texto correcto; entonces, ¿para qué perder tiempo leyendo otros escritos?

Pero, ¿es cierto eso? ¿Tenemos alguna razón para creerlo? Analizaremos ese tema a la luz de los siguientes ejemplos:

¿Qué dice EL Corán?

Al empezar a estudiar este tema, es bueno comenzar con el Corán, al que los musulmanes tienen como su libro santo. Es notable que el Corán no dice en ningún lugar que la Biblia haya sido cambiada. Al contrario, el Corán nos aconseja creer en la Biblia. De hecho, según el Corán nadie puede siquiera ser un musulmán decente, si no cree en esos escritos anteriores, tales como la Torá, los Salmos y los Evangelios (4:136). El Corán indica que esos escritos pueden darnos orientación y luz ahora, no solamente en algún momento anterior y, que otros escritos posteriores demuestran adicionalmente que los anteriores eran correctos. Esto seguramente no hubiera sido dicho, si habrían sido considerados falsos en equellos momentos.

Por lo tanto debemos entender que, en un periodo inicial del Islam, estos libros no fueron puestos en duda. No se creía que hubieran sido cambiados. Porque si el Corán aconseja a las personas a creer en ellos, debieron haber estado en su forma original y pura en la mente de las personas de aquel tiempo; de otro modo, no hallaríamos esa recomendación en el Corán.

Si consideramos que estos escritos bíblicos fueron cambiados después del tiempo de Mahoma, podemos descartar esa posibilidad de inmediato como imposible. Pues en los tiempos de Mahoma ya existían cientos de miles de manuscritos que tenían copias totales o parciales del Nuevo Testamento alrededor del mundo. Así, pues, ¿cómo alguien podría ser capaz de cambiar y falsificar todas esas copias consistentemente y al mismo tiempo? ¿No habría que haber reunido todas las copias y hacerle los mismos cambios? Esto es absolutamente imposible, especialmente si consideramos el hecho de que varios escritos ya habían sido traducidos a diferentes idiomas y ya estaban diseminados alrededor del mundo.

Si consideramos que los escritos referidos fueron falsificados, entonces estamos ante la posibilidad de que el Corán y los siguientes pasajes sean mentiras, y/o que el profeta Mahoma sea un mentiroso. Estas son alegaciones graves, especialmente si Mahoma es el mayor de los profetas y el Corán el libro de Dios enviado del cielo:

Creyentes, tened fe en Dios y en Su apóstol, en el Libro que Él ha revelado a Su apóstol, y en las Escrituras que Él reveló antes. Quien niega a Dios, Sus ángeles, Sus Escrituras, Sus apóstoles, y el Día Final, se ha extraviado lejos. (4:136).

Tenemos revelada la Torá, en la que hay guía y luz. Por medio de ella los profetas que se sometieron a sí mismos juzgaron a los judíos, lo mismo hicieron los rabinos y sacerdotes, según el Libro de Dios que fue confiado a su cuidado y del cual ellos mismos eran testigos...

Después de ellos Nosotros enviamos a Jesús, el hijo de María, confirmando la Torá ya revelada, y le dimos a él el Evangelio, en el que hay guía y luz, corroborando lo que fue revelado antes en la Torá, una guía y amonestación para los justos.

Por lo tanto, que quienes siguen el Evangelio juzguen de acuerdo a lo que Dios ha revelado allí. Los que no basan sus juicios en las revelaciones de Dios, son malhechores. (5:44,46,47)

Dí: “Creemos en Dios y en lo que se nos revela; en lo que fuera revelado a Abraham e Ismael, Isaac, Jacob, y las tribus; a Moisés y Jesús y los otros profetas del Señor. No hacemos distinciones entre ninguno de ellos, y nosotros mismos nos hemos sometido a Dios.” (2:136)

¡Hijos de Israel! … Tened fe en mis revelaciones, que confirman vuestras Escrituras, y no seáis los primeros en negarlas. No vendáis Mis revelaciones por un precio barato; temedme. (2:40,41)

Sé cortés cuando razones con personas del Pueblo del Libro, excepto con los malhechores entre ellos. Dí: “Creemos en lo que nos ha sido revelado a nosotros y en lo que les ha sido revelado a vosotros. Nuestro Dios y vuestro Dios es uno. A Él nos sometemos.” (29:46)

Él se ha revelado a vosotros en el Libro con la verdad, confirmando las escrituras que lo precedieron; pues Él ya ha revelado la Torá y el Evangelio para la guía del hombre, y para distinguir el bien del mal. Los que niegan la revelación de Dios serán castigados eternamente; Dios es poderoso y capaz de vengarse. (3:3,4)

                         Ver también: 2:4,91,97, 101 / 3:81,84 / 4:47,162 / 5:48 / 34:31 / 40:53,54 / 46:30.

 

¿NO PUEDE Dios preservar su Palabra?

En el párrafo de arriba mencionamos que el Corán enseña que los escritos más antiguos permanecieron sin cambios, de modo que el Corán también enfatiza que nadie puede cambiar las palabras de Dios:

Proclama lo que está revelado para ti en el Libro de tu Señor. Nadie puede cambiar Sus palabras. No hallarás refugio sino a Su lado. (18:27)

Las palabras de tu Señor son perfectas en verdad y justicia. Nadie puede cambiar Sus palabras. Él está escuchando, está viendo. (6:115)

Aquellos que tienen fe y se guardan del mal se regocijarán, tanto en este mundo como en el más allá: la Palabra de Dios nunca cambiará. Ese es el supremo triunfo. (10:63,64)

Entonces, si Dios es todopoderoso, grande y fuerte (El Corán: 2:106 y 59:23,24), y nadie puede cambiar Sus Palabras, ¿cómo pudo haber sucedido el supuesto cambio de los escritos anteriores? ¿quién los cambió, y cómo fueron cambiados? ¿por qué Dios permitió esos cambios?

Si la voluntad original de Dios era enviar Su Palabra infalible, ¿por qué habría de enviarla, si Él sabía que alguien la hubiese cambiado inmediatamente? ¿Por qué nos la dio a nosotros originalmente, si en su condición de Todopoderoso sabía que la gente falsificaría inmediatamente Sus palabras? Eso es una contradicción. Las dos cosas no pueden ser ciertas.

Visto desde otra perspectiva, si el poder de Dios era demasiado débil para preservar su verdadera Palabra, ¿por qué entonces habríamos de considerar confiable al Corán? ¿No sería posible que cambios similares hubiesen sido hechos en el Corán? ¿No sería  razonable sospechar que también se hubieran hecho cambios en los antiguos manuscritos Coránicos? Estas son preguntas razonables, y deberían ser consideradas. El siguiente texto aborda esta inquietud:

Basil respondió: “Creemos en esas palabras porque somos musulmanes. Nadie intenta estudiar la posibilidad de un fraude de una manera neutral y preguntando de manera objetiva: -¿Fue Dios quien envió del cielo el Antiguo Testamento, los Salmos, y el Nuevo Testamento?” Luego de mi respuesta afirmativa, Basil continuó. “¿Existe alguien que pueda cambiar las palabras de Dios?” Le recordé pasajes del Corán que dicen que no podemos cambiar las palabras de Dios. Ni las personas ni los ángeles pueden cambiarlas, porque Dios es omnipotente, todopoderoso y el más fuerte de todos. Él protege Sus libros. A esto, Basil respondió: “Pues, si nadie puede cambiar sus palabras, entonces ¿cómo dejó Él que todos sus libros fuesen falsificados, menos uno? ¿Cómo permitió la falsificación del Antiguo Testamento, que fue enviado a Moisés? ¿Cómo dejó que fueran cambiados los Salmos, que fueron dados por medio de David? Y finalmente, ¿cómo permitió Dios que se cambie la Biblia que fue enviada a Jesús (Isa)? ¿Sería posible que recién 600 años más tarde, después que varias generaciones viviesen y muriesen con libros sagrados falsificados, Dios enviara un libro que nadie podría falsificar? ¡De repente Dios se volvió omnipotente y todopoderoso, y de pronto  Él preserva Su Palabra de los falsificadores! Durante largo tiempo, todos sus libros fueron falsificados, y Sus siervos fueron extraviados. ¿Cómo entonces podría Dios -que no fue capaz de impedir que Su propio libro fuese cambiado y arruinado por falsificadores- ser capaz de preservar al pueblo que lo adoraba a Él?”

Pensé en estas preguntas y no tengo soluciones o respuestas que librarían a Dios de la dificultad que Él mismo ha causado. (1)

¿Cuándo fueron hechos los cambios? Como se observó antes, muchos musulmanes creen que partes de la Biblia han sido cambiadas, particularmente los pasajes que hablan de la divinidad de Jesús, la Trinidad y la muerte de Jesús en la cruz. En cambio, ellos sostienen que algunos libros de los profetas y pasajes de la Biblia que describen la unidad de Dios, su juicio y recompensa, pueden considerarse como palabras de Dios. La mayoría de los musulmanes aceptan esas enseñanzas.

El problema con este tipo de enseñanzas es que ningún musulmán puede decir cuándo fueron hechos esos cambios, por quiénes, y exactamente qué pasajes de la Biblia fueron cambiados. Si algunos sostienen que se han hecho cambios, deberían ser capaces de contestar estas preguntas. También deberían ser capaces de encontrar los textos originales las partes que habrían sido modificadas. Sin embargo, esto no ha sido hecho. Alguien que había sido musulmán se refirió a ello:

"Begum," comenzó diciendo, “hay algo que me molesta de los musulmanes que se convierten en cristianos. Es la Biblia. Todos sabemos que el Nuevo Testamento cristiano ha sido cambiado y es diferente al texto que Dios había dado.”

 

Me hizo todas las principales acusaciones del Islam contra la Biblia: dijo que la Biblia ha sido cambiada a tal extremo, que la versión actual ya no es confiable. Los musulmanes dicen que la original era como el Corán.

 

“Espero que esto no te haga pensar que soy superficial,” dije, “pero realmente quisiera saber algo. A menudo he oído que la Biblia ha sido cambiada, pero nadie me ha dicho quién ha hecho esos cambios, cuándo han sido hechos y en qué partes de la Biblia.”

Mi huésped se inclinó hacia atrás, miró al cielorraso bellamente decorado y golpeaba en el posa brazo de su silla con su dedo. No me contestó. Me temo que tengo que desistir, porque tanto como sé, nadie ha contestado estas preguntas.

 

“Oye,” proseguí, presentando un estudio mío respecto a ese tema. “Existen Biblias antiguas en el Museo Británico, algunas que fueron publicadas cerca de 300 años antes de que Mahoma naciera. El texto en esas antiguas traducciones es muy similar al de la Biblia actual en todos los temas en los que el cristianismo y el Islam difieren uno del otro. Los expertos sostienen que ningún asunto importante ha cambiado en la Biblia respecto al texto original. Eso es muy importante para mí personalmente, porque la Biblia es la Palabra viviente para mí. Ella habla a mi alma y la alimenta. Me guía...”

 

Mi huésped se puso de pie antes de que yo terminara mi frase. “...así,” continué, “para mí es realmente importante averiguar exactamente qué partes son las que me están engañando. ¿Me puedes decir?”

 

“Hablas como si fuese un ser viviente,” dijo mi huésped.

 

“Creo que Cristo está vivo, si ha eso te refieres,” respondí. “El Corán dice que Cristo es la palabra de Dios. Me parecería interesante hablar contigo un poco más sobre esto.”

 

“Debo irme ahora.” (2)


La siguiente conversación es sobre el mismo tema. ¿Cómo puede un musulmán moderno saber qué es la palabra de Dios y qué no lo es? Una creencia general del Islam es que Mahoma es el sello de los profetas (33:40) y que ninguna nueva revelación ha sido dada después de él. Entonces, ¿de dónde saca un musulmán actual la información para él o ella? ¿Cómo pueden decir qué partes han sido cambiadas y cuáles no, qué partes son palabras de Dios y cuáles no lo son? Ellos deberían tener respuestas concretas a todas estas preguntas.

   (…) Deedad se sentó cerca de Sjöberg, y alguien le preguntó,
 -¿Qué piensas del debate de ayer?
         - El único problema era que yo tenía una agenda muy ajustada, se lamentó Deedad.           

Sjöberg tenía una ventaja porque yo debía hablar primero.
-¿Así que tú admites que has perdido el debate?, preguntó alguien.
-No he dicho eso.
Luego, un reportero de Dagens Nyheter preguntó,
- Ayer tú dijiste que la Biblia no es la palabra de Dios. Hoy estás diciendo algo en el

sentido de que ella lo es. ¿Qué quieres decir? ¿Qué parte de esa afirmación es  cierta?

-Bien, quiero decir que algunas partes de la Biblia son las palabras de Dios, y otras    

partes no lo son...

Fue entonces cuando Abu levantó su mano. Habiendo sido musulmán, él sabía lo que Deedad estaba diciendo. Cuando se le hizo lugar, se dirigió al profesor y dijo,
-Tú acabas de sostener que algunas partes de la Biblia son palabras de Dios, y otras

no lo son. Yo antes era un musulmán. He recibido el perdón de mis pecados creyendo en el Jesús de la Biblia. Me gustaría preguntarte, ¿cómo sabes qué partes de la Biblia son palabras de Dios y cuáles no lo son? ¿Has recibido una revelación de Dios?

 

   Esta es una cuestión difícil para un musulmán. Abu sabía que el Corán afirma que no   

   vendría ninguna nueva revelación divina después de Mahoma. Si Deedad hubiese 

   respondido que él había recibido una revelación divina, hubiera contradicho al Corán.

   Sin embargo, si hubiese dicho que no recibió ninguna revelación, habría estado parado

   sobre hielo muy delgado. Deedad, pensativo, no dijo nada durante un par de minutos. 

   Entonces fijó una mirada dura sobre Abu e hizo un chasquido,

  

    -Próxima pregunta, por favor. (3)

 

LA EVIDENCIA RESPALDANDO LA AUTENTICIDAD DE LOS TEXTOS

Muchos musulmanes creen que la Biblia no está en su forma original. Creen eso a pesar del hecho de que ninguno de ellos puede decir qué pasajes fueron cambiados, o cuándo y por quiénes fueron hechos los cambios. Aunque sus creencias no están respaldadas por hechos, siguen insistiendo que el texto bíblico ha sido cambiado en cierto momento del pasado.

Por otro lado, tenemos varias fuentes que nos dan confianza en la veracidad de la Santa Biblia. Entre ellas están:

El gran número de manuscritos. Aunque los textos originales del Nuevo Testamento no han sobrevivido, muchas copias de tiempos muy antiguos han sido preservadas. Y eso demuestra que el texto es el mismo. Como regla general, cuanto mayor fuere el número de copias de manuscritos que hayan sido preservados, más fácil será verificar su forma original.

Existen más de 24.000 manuscritos griegos y otros manuscritos antiguos (100 – 400 D.C.) del Nuevo Testamento, o partes del mismo. Si comparamos eso con el segundo más extenso texto antiguo, La Ilíada de Homero (de la que sobrevivieron 643 documentos), estos manuscritos antiguos del Nuevo Testamento son una inmensa pruebas: ¡Son casi 40 veces más que los textos de La Ilíada! Otro ejemplo son los textos de César en Galia, que incluyen 10 documentos, un número muy pequeño comparado con el número de documentos del Nuevo Testamento. Aún así, nadie duda de la confiabilidad de esos escritos. La siguiente lista describe el número de copias aún disponible (información de  Christianity: Hoax or History? de Josh McDowell):

 

Obra

César
Livio

Platón (tetralogías)

Tácito (anales)

Tácito (volúmenes menores)
Plinio el Joven (historia)

Tucídides (historia)

Suetonio (De Vita Caesarum)
Heródoto (historia)

Horacio
Sófocles
Lucrecio

Catullus

Eurípides
Demóstenes

Aristóteles
Aristófanes
Homero (La Ilíada)
Nuevo Testamento

Número de copias

10 
20
7

20

 

1
7

8

 

8

8

193

2
3
9

200
49

10

643

más de 24.000

 

Breve Intervalo. El intervalo de tiempo entre un texto original y su copia más antigua puede arrojar luz sobre la calidad de su preservación. Generalmente, cuanto más corto fuere el intervalo entre un texto original y su copia más antigua, tanto más probable será que el texto no ha sido cambiado.

En ese sentido, el Nuevo Testamento está bien parado. El intervalo promedio entre la creación de obras originales y su copia más antigua es de 1.000 años aproximadamente. Para los libros del Nuevo Testamento, solamente décadas (dependiendo cuándo haya sido escrito el Evangelio de Juan) separan al original de sus copias. Un periodo considerablemente más corto que los de otros textos. Este corto intervalo y el gran número de copias preservadas prueban que el Nuevo Testamento ha sobrevivido en su forma original.

La siguiente lista muestra el intervalo entre el original y la copia más antigua de varios textos de la antigüedad (información de Christianity: Hoax or History? de Josh McDowell):

 

Obra

 

 

César 

Livio
Platón (tetralogías)

Tácito (anales)

Tácito (hechos menores)

Plinio el Joven (historia)

Tucídides (historia)

Suetonio (De Vita Caesarum)

Heródoto (historia)
Horacio

Sófocles

Lucrecio

Catullus 

Eurípides

Demóstenes

Aristóteles

Aristófanes

Homero (La Illíada)

Nuevo Testamento

Intervalo entre el original y la copia más antigua

 

1.000 años

1.200 años
1.000 años
   900 años
   750 años
1.300 años

 

   800 años
1.300 años

   900 años
1.400 años
   100 años
1,600 años
1.500 años
1.300 años
1.400 años
1.200 años
   500 años
     25 años

 

El mismo texto. Los textos del Nuevo Testamento fueron preservados en muchos manuscritos antiguos, y existen muy pocas diferencias -tan pocas, que desde el punto de vista práctico no tienen importancia-. En cuanto a la uniformidad de los textos, F.C Grant afirmó:

A un lector atento le resultará evidente que las comprobaciones no han afectado ni una sola doctrina de la fe cristiana, (...) la simple razón es que, de los miles diferentes grupos que leyeron -según sus propias costumbres- los manuscritos del Nuevo Testamento, no ha surgido ninguna queja que requiriese rever la doctrina cristiana. (13)

También Sir Frederic Kenyon comentó el mismo tema:

El intervalo entre el escrito original y la evidencia más antigua que ha sido preservada      es tan corto, que es insignificante, y el último motivo para dudar si la Biblia ha sido esencialmente alterada, ahora ya no existe. La autenticidad de los libros del Nuevo Testamento, que son genuinos y no han cambiado, puede considerarse completamente confirmada. (14)

Citas del Nuevo Testamento. Otra evidencia señalando la originalidad de los libros del Nuevo Testamento, son las citas de los antiguos padres de la Iglesia, de sus cartas durante las celebraciones de las fiestas eclesiásticas, 300 años después de la vida y muerte de Jesús. Aún si no hubiesen subsistido copias de porciones del Nuevo Testamento, podríamos reconstruir casi todo el Nuevo Testamento (exceptuando 11 versículos) con las citas que han sido preservadas. De acuerdo a una investigación hecha por el Museo Británico, es posible hallar cerca de 89.000 pasajes del Nuevo Testamento entre los escritos de la Iglesia primitiva. Este número es muy significativo, e indica cuánto ya se utilizaba el Nuevo Testamento en los tiempos primitivos. Con respecto a este número de referencias, Sir Frederic Kenyon sostuvo:

No podemos enfatizar en demasía que el principal contenido de la Biblia -especialmente en el caso del Nuevo Testamento- es infalible. El número de manuscritos del Nuevo Testamento, las traducciones antiguas y las citas que los primeros escritores de la Iglesia han utilizado es tan grande, que es prácticamente seguro que, por cada pasaje que ha estado bajo sospecha, la lectura correcta ha sido preservada, por lo menos en alguno de esos textos. Esto no puede ser dicho sobre ningún otro libro antiguo en el mundo. (15)

EL TEXTO DEL ANTIGUO TESTAMENTO

En los párrafos previos hemos considerado mayormente el texto del Nuevo Testamento. Sin embargo, también existe evidencia respaldando la preservación del Antiguo Testamento:

Citas en el Nuevo Testamento. Una buena evidencia es que en el Nuevo Testamento hay referencias y citas del Antiguo Testamento. Hay más de cien: son varios centenares de citas de ese tipo, que aparecen, por ejemplo, en las palabras de Jesús y también en las cartas de Pablo.

Es esencial comprender que estas centenas de citas prueban la validez del texto del Antiguo Testamento. Muestran que el texto es idéntico al original, del mismo modo que las citas de pasajes de los libros del Nuevo Testamento, durante las celebraciones de los festivales de la Iglesia, indican la validez de dichos libros del Nuevo Testamento. Muestran que los libros del Antiguo Testamento -los que según las más recientes investigaciones alcanzaron su forma final hace aproximadamente 400 años- no han cambiado.

Los rollos del Mar Muerto son otra abrumadora evidencia cuando se considerara la autenticidad del texto. Estos rollos, el más antiguo de los cuales data de 300 años A. C., fueron hallados muy cerca del Mar Muerto. Su texto no se desvía del texto de los modernos libros del Antiguo Testamento. Al contrario, estos rollos -entre los que se hallaron todos los libros del Antiguo Testamento, menos el libro de Ester- son bastante similares a los utilizados en la actualidad. Así, pues, la alegación de que fueron hechos cambios al texto de los libros del Antiguo o Nuevo Testamento, es falsa. No existen pruebas respaldando tal acusación. En cambio, se nos provee mucho material probatorio de que exactamente lo contrario es cierto: los textos han sido fielmente preservados.

ARQUEOLOGÍA.  Los eventos narrados en el Antiguo y Nuevo Testamentos también pueden ser verificados utilizando referencias externas. Hallazgos arqueológicos, informes escritos por historiadores que vivieron en la misma era, y datos suplementarios provistos por los padres apostólicos. Todos indican repetidamente la autenticidad histórica de la Biblia. Estos informes registrados confirman la existencia de decenas de gobernantes, individuos y lugares geográficos que anteriormente solo eran conocidos por medio de referencias que se hallan en la Biblia. Dichos informes brindan sólida evidencia de que realmente existieron.

La siguiente cita es sobre Lucas, quien fuera un capacitado médico, como historiador. (Otros Evangelios, además de Lucas, describen los mismos eventos.) Si Lucas fue muy fiel describiendo detalles relativamente pequeños -cuya autenticidad se puede confirmar al compararlo con otras fuentes- ¿por qué describiría con menos fidelidad los milagros y demás hechos que no pueden ser confirmados por medio de otras fuentes externas? Solamente el prejuicio incrédulo de algunos musulmanes les impide aceptar esta visión.

En un sentido, esto es exactamente lo que hace la arqueología. Si, de tiempo en tiempo,  se comprueba que antiguos detalles históricos son ciertos, también deberíamos confiar en aquellos relatos del historiador en cuestión que no pueden ser confirmados de la misma manera.

                  Pedí su opinión profesional a McRay. – ¿Tú que crees: la arqueología aprueba o   desaprueba la autenticidad del Nuevo Testamento, cuando los arqueólogos                  estudian los detalles incluidos en sus relatos?

                  McRay respondió inmediatamente. -Los estudios hacen más confiable al Nuevo     Testamento, no hay duda de ello. Del mismo modo que cualquier documento antiguo es más confiable si los arqueólogos hallan, al cavar con sus palas, que el                  autor proveyó información correcta sobre la ubicación o el evento. (…)

                                 El consenso, tanto entre científicos liberales como conservadores, es que Lucas fue un historiador muy fiel, - contestó-. -Era un hombre ilustrado, elocuente, su dominio del griego era casi clásico, escribió como un hombre bien educado y hallazgos arqueológicos han probado, repetidamente, que Lucas era muy preciso en sus escritos.

McRay agregó que en muchos casos, relacionados con la cobertura de historias, algunas referencias de Lucas eran consideradas falsas, pero descubrimientos posteriores han confirmado que él escribió informando correctamente. (...) Un prominente arqueólogo estudió cuidadosamente referencias de Lucas a 32 países, 54 ciudades y 9 islas, sin encontrar ningún error. (7)

La siguiente cita sugiere la misma conclusión. Señala el hecho que la arqueología y otras fuentes históricas repetidamente han confirmado que el Nuevo Testamento y toda la Biblia son históricos. Existe una fuerte base histórica respaldando los eventos narrados en la Biblia. La evidencia histórica también confirma que el texto que se halla en la Sagrada Biblia está en su forma original.

El famoso arqueólogo William Albright escribió,

“La información histórica en la Biblia es exacta en un grado tal que los críticos modernos no pueden siquiera imaginar. En el transcurso de mis estudios, a mí me ha quedado en claro que el libro de la Biblia es una fuente de historia altamente confiable. Las historias no son mitos, sino documentos históricos que son verdaderos, en toda su extensión, hasta en detalles minúsculos. El excesivo escepticismo hacia la Biblia de muchos renombrados científicos continúa perdiendo peso, mientras que evidencias surgidas de nuevos hallazgos continuamente proveen innumerables detalles de la exactitud de la Biblia, lo cual acrecienta el valor de la Biblia como fuente histórica." (8)


Es importante comprender que las excavaciones arqueológicas han producido gran cantidad de evidencias que claramente demuestra que la Biblia no está llena de falsa información. Hasta el día de hoy, ninguno de los hechos históricos de la Biblia ha sido demostrado como falso, en base a esta evidencia obtenida mediante estudios arqueológicos. (9)




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