Capítulo 1 -
¿Está la Biblia
en su forma original, o ha sido cambiada más tarde?
Una de las
acusaciones más comunes hechas por los musulmanes es que la Biblia de hoy no
está en su forma original. En cierto momento fue cambiada y distorsionada.
Muchos musulmanes pueden estar de acuerdo en que la Biblia en su forma
original era correcta y transmitía fielmente la palabra de Dios. Pero más
tarde fue tan cambiada, que ya no se puede confiar en ella. Ellos han dicho
que el Corán ha reemplazado los escritos de la Biblia, de modo que ya no
necesitamos la Biblia. El Corán representa la verdad final, el texto
correcto; entonces, ¿para qué perder tiempo leyendo otros escritos?
Pero, ¿es cierto
eso? ¿Tenemos alguna razón para creerlo? Analizaremos ese tema a la luz de
los siguientes ejemplos:
¿Qué dice EL
Corán?
Al empezar a
estudiar este tema, es bueno comenzar con el Corán, al que los musulmanes
tienen como su libro santo. Es notable que el Corán no dice en ningún lugar
que la Biblia haya sido cambiada. Al contrario, el Corán nos aconseja creer
en la Biblia. De hecho, según el Corán nadie puede siquiera ser un musulmán
decente, si no cree en esos escritos anteriores, tales como la Torá, los
Salmos y los Evangelios (4:136). El Corán indica que esos escritos pueden
darnos orientación y luz ahora, no solamente en algún momento anterior y,
que otros escritos posteriores demuestran adicionalmente que los anteriores
eran correctos. Esto seguramente no hubiera sido dicho, si habrían sido
considerados falsos en equellos momentos.
Por lo tanto
debemos entender que, en un periodo inicial del Islam, estos libros no
fueron puestos en duda. No se creía que hubieran sido cambiados. Porque si
el Corán aconseja a las personas a creer en ellos, debieron haber estado en
su forma original y pura en la mente de las personas de aquel tiempo; de
otro modo, no hallaríamos esa recomendación en el Corán.
Si consideramos que
estos escritos bíblicos fueron cambiados después del tiempo de Mahoma,
podemos descartar esa posibilidad de inmediato como imposible. Pues en los
tiempos de Mahoma ya existían cientos de miles de manuscritos que tenían
copias totales o parciales del Nuevo Testamento alrededor del mundo. Así,
pues, ¿cómo alguien podría ser capaz de cambiar y falsificar todas esas
copias consistentemente y al mismo tiempo? ¿No habría que haber reunido
todas las copias y hacerle los mismos cambios? Esto es absolutamente
imposible, especialmente si consideramos el hecho de que varios escritos ya
habían sido traducidos a diferentes idiomas y ya estaban diseminados
alrededor del mundo.
Si consideramos que
los escritos referidos fueron falsificados, entonces estamos ante la
posibilidad de que el Corán y los siguientes pasajes sean mentiras, y/o que
el profeta Mahoma sea un mentiroso. Estas son alegaciones graves,
especialmente si Mahoma es el mayor de los profetas y el Corán el libro de
Dios enviado del cielo:
Creyentes, tened
fe en Dios y en Su apóstol, en el Libro que Él ha revelado a Su apóstol,
y en las Escrituras que Él reveló antes. Quien niega a Dios,
Sus ángeles, Sus Escrituras, Sus apóstoles, y el Día Final, se ha
extraviado lejos. (4:136).
Tenemos revelada
la Torá, en la que hay guía y luz.
Por medio de ella los profetas que se sometieron a sí mismos juzgaron a los
judíos, lo mismo hicieron los rabinos y sacerdotes, según el Libro de Dios
que fue confiado a su cuidado y del cual ellos mismos eran testigos...
Después de ellos
Nosotros enviamos a Jesús, el hijo de María, confirmando la Torá ya
revelada, y le dimos a él el Evangelio, en el que hay guía y luz,
corroborando lo que fue revelado antes en la Torá, una guía y amonestación
para los justos.
Por lo tanto, que
quienes siguen el Evangelio juzguen de acuerdo a lo que Dios ha revelado
allí. Los que no basan sus juicios en las revelaciones de Dios, son
malhechores. (5:44,46,47)
Dí: “Creemos en
Dios y en lo que se nos revela; en lo que fuera revelado a Abraham e Ismael,
Isaac, Jacob, y las tribus; a Moisés y Jesús y los otros profetas del Señor.
No hacemos distinciones entre ninguno de ellos, y nosotros mismos nos hemos
sometido a Dios.” (2:136)
¡Hijos de Israel! …
Tened fe en mis revelaciones, que confirman vuestras Escrituras, y no
seáis los primeros en negarlas. No vendáis Mis revelaciones por un precio
barato; temedme. (2:40,41)
Sé cortés cuando
razones con personas del Pueblo del Libro, excepto con los malhechores entre
ellos. Dí: “Creemos en lo que nos ha sido revelado a nosotros y en lo que
les ha sido revelado a vosotros. Nuestro Dios y vuestro Dios es uno. A Él
nos sometemos.” (29:46)
Él se ha revelado a
vosotros en el Libro con la verdad, confirmando las escrituras que lo
precedieron; pues Él ya ha revelado la Torá y el Evangelio para la guía del
hombre, y para distinguir el bien del mal. Los que niegan la revelación de
Dios serán castigados eternamente; Dios es poderoso y capaz de vengarse.
(3:3,4)
–
Ver
también: 2:4,91,97, 101 / 3:81,84 / 4:47,162 / 5:48 / 34:31 / 40:53,54 /
46:30.
¿NO PUEDE Dios
preservar su Palabra?
En el párrafo de
arriba mencionamos que el Corán enseña que los escritos más antiguos
permanecieron sin cambios, de modo que el Corán también enfatiza que nadie
puede cambiar las palabras de Dios:
Proclama lo que
está revelado para ti en el Libro de tu Señor. Nadie puede cambiar Sus
palabras. No hallarás refugio sino a Su lado. (18:27)
Las palabras de tu
Señor son perfectas en verdad y justicia. Nadie puede cambiar Sus
palabras. Él está escuchando, está viendo. (6:115)
Aquellos que tienen
fe y se guardan del mal se regocijarán, tanto en este mundo como en el más
allá: la Palabra de Dios nunca cambiará. Ese es el supremo triunfo.
(10:63,64)
Entonces, si Dios
es todopoderoso, grande y fuerte (El Corán: 2:106 y 59:23,24), y nadie puede
cambiar Sus Palabras, ¿cómo pudo haber sucedido el supuesto cambio de los
escritos anteriores? ¿quién los cambió, y cómo fueron cambiados? ¿por qué
Dios permitió esos cambios?
Si la voluntad
original de Dios era enviar Su Palabra infalible, ¿por qué habría de
enviarla, si Él sabía que alguien la hubiese cambiado inmediatamente? ¿Por
qué nos la dio a nosotros originalmente, si en su condición de Todopoderoso
sabía que la gente falsificaría inmediatamente Sus palabras? Eso es una
contradicción. Las dos cosas no pueden ser ciertas.
Visto desde otra
perspectiva, si el poder de Dios era demasiado débil para preservar su
verdadera Palabra, ¿por qué entonces habríamos de considerar confiable al
Corán? ¿No sería posible que cambios similares hubiesen sido hechos en el
Corán? ¿No sería razonable sospechar que también se hubieran hecho cambios
en los antiguos manuscritos Coránicos? Estas son preguntas razonables, y
deberían ser consideradas. El siguiente texto aborda esta inquietud:
Basil respondió:
“Creemos en esas palabras porque somos musulmanes. Nadie intenta estudiar la
posibilidad de un fraude de una manera neutral y preguntando de manera
objetiva: -¿Fue Dios quien envió del cielo el Antiguo Testamento, los
Salmos, y el Nuevo Testamento?” Luego de mi respuesta afirmativa, Basil
continuó. “¿Existe alguien que pueda cambiar las palabras de Dios?” Le
recordé pasajes del Corán que dicen que no podemos cambiar las palabras de
Dios. Ni las personas ni los ángeles pueden cambiarlas, porque Dios es
omnipotente, todopoderoso y el más fuerte de todos. Él protege Sus libros. A
esto, Basil respondió: “Pues, si nadie puede cambiar sus palabras, entonces
¿cómo dejó Él que todos sus libros fuesen falsificados, menos uno? ¿Cómo
permitió la falsificación del Antiguo Testamento, que fue enviado a Moisés?
¿Cómo dejó que fueran cambiados los Salmos, que fueron dados por medio de
David? Y finalmente, ¿cómo permitió Dios que se cambie la Biblia que fue
enviada a Jesús (Isa)? ¿Sería posible que recién 600 años más tarde, después
que varias generaciones viviesen y muriesen con libros sagrados
falsificados, Dios enviara un libro que nadie podría falsificar? ¡De repente
Dios se volvió omnipotente y todopoderoso, y de pronto Él preserva Su
Palabra de los falsificadores! Durante largo tiempo, todos sus libros fueron
falsificados, y Sus siervos fueron extraviados. ¿Cómo entonces podría Dios
-que no fue capaz de impedir que Su propio libro fuese cambiado y arruinado
por falsificadores- ser capaz de preservar al pueblo que lo adoraba a Él?”
Pensé en estas
preguntas y no tengo soluciones o respuestas que librarían a Dios de la
dificultad que Él mismo ha causado. (1)
¿Cuándo fueron
hechos los cambios? Como se observó antes, muchos musulmanes creen que
partes de la Biblia han sido cambiadas, particularmente los pasajes que
hablan de la divinidad de Jesús, la Trinidad y la muerte de Jesús en la
cruz. En cambio, ellos sostienen que algunos libros de los profetas y
pasajes de la Biblia que describen la unidad de Dios, su juicio y
recompensa, pueden considerarse como palabras de Dios. La mayoría de los
musulmanes aceptan esas enseñanzas.
El problema con este tipo de enseñanzas es que ningún musulmán puede decir
cuándo fueron hechos esos cambios, por quiénes, y exactamente qué pasajes de
la Biblia fueron cambiados. Si algunos sostienen que se han hecho cambios,
deberían ser capaces de contestar estas preguntas. También deberían ser
capaces de encontrar los textos originales las partes que habrían sido
modificadas. Sin embargo, esto no ha sido hecho. Alguien que había sido
musulmán se refirió a ello:
"Begum," comenzó diciendo, “hay algo que me molesta de los musulmanes que se
convierten en cristianos. Es la Biblia. Todos sabemos que el Nuevo
Testamento cristiano ha sido cambiado y es diferente al texto que Dios había
dado.”
Me hizo todas las principales acusaciones del Islam contra la Biblia: dijo
que la Biblia ha sido cambiada a tal extremo, que la versión actual ya no es
confiable. Los musulmanes dicen que la original era como el Corán.
“Espero que esto no te haga pensar que soy superficial,” dije, “pero
realmente quisiera saber algo. A menudo he oído que la Biblia ha sido
cambiada, pero nadie me ha dicho quién ha hecho esos cambios, cuándo han
sido hechos y en qué partes de la Biblia.”
Mi huésped se inclinó hacia atrás, miró al cielorraso bellamente decorado y
golpeaba en el posa brazo de su silla con su dedo. No me contestó. Me temo
que tengo que desistir, porque tanto como sé, nadie ha contestado estas
preguntas.
“Oye,” proseguí, presentando un estudio mío respecto a ese tema. “Existen
Biblias antiguas en el Museo Británico, algunas que fueron publicadas cerca
de 300 años antes de que Mahoma naciera. El texto en esas antiguas
traducciones es muy similar al de la Biblia actual en todos los temas en los
que el cristianismo y el Islam difieren uno del otro. Los expertos sostienen
que ningún asunto importante ha cambiado en la Biblia respecto al texto
original. Eso es muy importante para mí personalmente, porque la Biblia es
la Palabra viviente para mí. Ella habla a mi alma y la alimenta. Me guía...”
Mi huésped se puso de pie antes de que yo terminara mi frase. “...así,”
continué, “para mí es realmente importante averiguar exactamente qué partes
son las que me están engañando. ¿Me puedes decir?”
“Hablas como si fuese un ser viviente,” dijo mi huésped.
“Creo que Cristo está vivo, si ha eso te refieres,” respondí. “El Corán dice
que Cristo es la palabra de Dios. Me parecería interesante hablar contigo un
poco más sobre esto.”
“Debo irme ahora.” (2)
La siguiente conversación es sobre el mismo tema. ¿Cómo puede un musulmán
moderno saber qué es la palabra de Dios y qué no lo es? Una creencia general
del Islam es que Mahoma es el sello de los profetas (33:40) y que ninguna
nueva revelación ha sido dada después de él. Entonces, ¿de dónde saca un
musulmán actual la información para él o ella? ¿Cómo pueden decir qué partes
han sido cambiadas y cuáles no, qué partes son palabras de Dios y cuáles no
lo son? Ellos deberían tener respuestas concretas a todas estas preguntas.
(…) Deedad se sentó cerca de Sjöberg, y alguien le preguntó,
-¿Qué piensas del debate de ayer?
- El único problema era que yo tenía una agenda muy ajustada, se
lamentó Deedad.
Sjöberg tenía una ventaja porque yo debía hablar primero.
-¿Así que tú admites que has perdido el debate?, preguntó alguien.
-No he dicho eso.
Luego, un reportero de Dagens Nyheter preguntó,
- Ayer tú dijiste que la Biblia no es la palabra de Dios. Hoy estás diciendo
algo en el
sentido de que ella lo es. ¿Qué quieres decir? ¿Qué parte de esa afirmación
es cierta?
-Bien, quiero decir que algunas partes de la Biblia son las palabras de
Dios, y otras
partes no lo son...
Fue entonces cuando Abu levantó su mano. Habiendo sido musulmán, él sabía lo
que Deedad estaba diciendo. Cuando se le hizo lugar, se dirigió al profesor
y dijo,
-Tú acabas de sostener que algunas partes de la Biblia son palabras de Dios,
y otras
no lo son. Yo antes era un musulmán. He recibido el perdón de mis pecados
creyendo en el Jesús de la Biblia. Me gustaría preguntarte, ¿cómo sabes qué
partes de la Biblia son palabras de Dios y cuáles no lo son? ¿Has recibido
una revelación de Dios?
Esta es una cuestión difícil para un musulmán. Abu sabía que el Corán
afirma que no
vendría ninguna nueva revelación divina después de Mahoma. Si Deedad
hubiese
respondido que él había recibido una revelación divina, hubiera
contradicho al Corán.
Sin embargo, si hubiese dicho que no recibió ninguna revelación, habría
estado parado
sobre hielo muy delgado. Deedad, pensativo, no dijo nada durante un par
de minutos.
Entonces fijó una mirada dura sobre Abu e hizo un chasquido,
-Próxima pregunta, por favor. (3)
LA EVIDENCIA
RESPALDANDO LA AUTENTICIDAD DE LOS TEXTOS
Muchos musulmanes
creen que la Biblia no está en su forma original. Creen eso a pesar del
hecho de que ninguno de ellos puede decir qué pasajes fueron cambiados, o
cuándo y por quiénes fueron hechos los cambios. Aunque sus creencias no
están respaldadas por hechos, siguen insistiendo que el texto bíblico ha
sido cambiado en cierto momento del pasado.
Por otro lado,
tenemos varias fuentes que nos dan confianza en la veracidad de la Santa
Biblia. Entre ellas están:
El gran número
de manuscritos.
Aunque los textos
originales del Nuevo Testamento no han sobrevivido, muchas copias de tiempos
muy antiguos han sido preservadas. Y eso demuestra que el texto es el mismo.
Como regla general, cuanto mayor fuere el número de copias de manuscritos
que hayan sido preservados, más fácil será verificar su forma original.
Existen más de
24.000 manuscritos griegos y otros manuscritos antiguos (100 – 400 D.C.) del
Nuevo Testamento, o partes del mismo. Si comparamos eso con el segundo más
extenso texto antiguo, La Ilíada de Homero (de la que sobrevivieron 643
documentos), estos manuscritos antiguos del Nuevo Testamento son una inmensa
pruebas: ¡Son casi 40 veces más que los textos de La Ilíada! Otro ejemplo
son los textos de César en Galia, que incluyen 10 documentos, un número muy
pequeño comparado con el número de documentos del Nuevo Testamento. Aún así,
nadie duda de la confiabilidad de esos escritos. La siguiente lista describe
el número de copias aún disponible (información de Christianity: Hoax or
History? de Josh McDowell):
El mismo texto.
Los
textos del Nuevo Testamento fueron preservados en muchos manuscritos
antiguos, y existen muy pocas diferencias -tan pocas, que desde el punto de
vista práctico no tienen importancia-. En cuanto a la uniformidad de los
textos, F.C Grant afirmó:
A un lector atento
le resultará evidente que las comprobaciones no han afectado ni una sola
doctrina de la fe cristiana, (...) la simple razón es que, de los miles
diferentes grupos que leyeron -según sus propias costumbres- los manuscritos
del Nuevo Testamento, no ha surgido ninguna queja que requiriese rever la
doctrina cristiana. (13)
También Sir
Frederic Kenyon comentó el mismo tema:
El intervalo entre
el escrito original y la evidencia más antigua que ha sido preservada
es tan corto, que es insignificante, y el último motivo para dudar si la
Biblia ha sido esencialmente alterada, ahora ya no existe. La autenticidad
de los libros del Nuevo Testamento, que son genuinos y no han cambiado,
puede considerarse completamente confirmada. (14)
Citas del Nuevo
Testamento.
Otra evidencia señalando la originalidad de los libros del Nuevo Testamento,
son las citas de los antiguos padres de la Iglesia, de sus cartas durante
las celebraciones de las fiestas eclesiásticas, 300 años después de la vida
y muerte de Jesús. Aún si no hubiesen subsistido copias de porciones del
Nuevo Testamento, podríamos reconstruir casi todo el Nuevo Testamento
(exceptuando 11 versículos) con las citas que han sido preservadas. De
acuerdo a una investigación hecha por el Museo Británico, es posible hallar
cerca de 89.000 pasajes del Nuevo Testamento entre los escritos de la
Iglesia primitiva. Este número es muy significativo, e indica cuánto ya se
utilizaba el Nuevo Testamento en los tiempos primitivos. Con respecto a este
número de referencias, Sir Frederic Kenyon sostuvo:
No podemos
enfatizar en demasía que el principal contenido de la Biblia -especialmente
en el caso del Nuevo Testamento- es infalible. El número de manuscritos del
Nuevo Testamento, las traducciones antiguas y las citas que los primeros
escritores de la Iglesia han utilizado es tan grande, que es prácticamente
seguro que, por cada pasaje que ha estado bajo sospecha, la lectura correcta
ha sido preservada, por lo menos en alguno de esos textos. Esto no puede ser
dicho sobre ningún otro libro antiguo en el mundo. (15)
EL TEXTO DEL
ANTIGUO TESTAMENTO
En los párrafos
previos hemos considerado mayormente el texto del Nuevo Testamento. Sin
embargo, también existe evidencia respaldando la preservación del Antiguo
Testamento:
Citas en el
Nuevo Testamento.
Una buena evidencia es que en el Nuevo Testamento hay referencias y citas
del Antiguo Testamento. Hay más de cien: son varios centenares de citas de
ese tipo, que aparecen, por ejemplo, en las palabras de Jesús y también en
las cartas de Pablo.
Es esencial
comprender que estas centenas de citas prueban la validez del texto del
Antiguo Testamento. Muestran que el texto es idéntico al original, del mismo
modo que las citas de pasajes de los libros del Nuevo Testamento, durante
las celebraciones de los festivales de la Iglesia, indican la validez de
dichos libros del Nuevo Testamento. Muestran que los libros del Antiguo
Testamento -los que según las más recientes investigaciones alcanzaron su
forma final hace aproximadamente 400 años- no han cambiado.
Los rollos del
Mar Muerto
son otra abrumadora evidencia cuando se considerara la autenticidad del
texto. Estos rollos, el más antiguo de los cuales data de 300 años A. C.,
fueron hallados muy cerca del Mar Muerto. Su texto no se desvía del texto de
los modernos libros del Antiguo Testamento. Al contrario, estos rollos
-entre los que se hallaron todos los libros del Antiguo Testamento, menos el
libro de Ester- son bastante similares a los utilizados en la actualidad.
Así, pues, la alegación de que fueron hechos cambios al texto de los libros
del Antiguo o Nuevo Testamento, es falsa. No existen pruebas respaldando tal
acusación. En cambio, se nos provee mucho material probatorio de que
exactamente lo contrario es cierto: los textos han sido fielmente
preservados.
ARQUEOLOGÍA. Los
eventos narrados en el Antiguo y Nuevo Testamentos también pueden ser
verificados utilizando referencias externas. Hallazgos arqueológicos,
informes escritos por historiadores que vivieron en la misma era, y datos
suplementarios provistos por los padres apostólicos. Todos indican
repetidamente la autenticidad histórica de la Biblia. Estos informes
registrados confirman la existencia de decenas de gobernantes, individuos y
lugares geográficos que anteriormente solo eran conocidos por medio de
referencias que se hallan en la Biblia. Dichos informes brindan sólida
evidencia de que realmente existieron.
La siguiente cita
es sobre Lucas, quien fuera un capacitado médico, como historiador. (Otros
Evangelios, además de Lucas, describen los mismos eventos.) Si Lucas fue muy
fiel describiendo detalles relativamente pequeños -cuya autenticidad se
puede confirmar al compararlo con otras fuentes- ¿por qué describiría con
menos fidelidad los milagros y demás hechos que no pueden ser confirmados
por medio de otras fuentes externas? Solamente el prejuicio incrédulo de
algunos musulmanes les impide aceptar esta visión.
En un sentido, esto
es exactamente lo que hace la arqueología. Si, de tiempo en tiempo, se
comprueba que antiguos detalles históricos son ciertos, también deberíamos
confiar en aquellos relatos del historiador en cuestión que no pueden ser
confirmados de la misma manera.
Pedí su opinión profesional a McRay. – ¿Tú que crees: la arqueología aprueba
o desaprueba la autenticidad del Nuevo Testamento, cuando los arqueólogos
estudian los detalles incluidos en sus relatos?
McRay respondió inmediatamente. -Los estudios hacen más confiable al Nuevo
Testamento, no hay duda de ello. Del mismo modo que cualquier documento
antiguo es más confiable si los arqueólogos hallan, al cavar con sus palas,
que el autor proveyó información correcta sobre la
ubicación o el evento. (…)
–
El
consenso, tanto entre científicos liberales como conservadores, es que Lucas
fue un historiador muy fiel, - contestó-. -Era un hombre ilustrado,
elocuente, su dominio del griego era casi clásico, escribió como un hombre
bien educado y hallazgos arqueológicos han probado, repetidamente, que Lucas
era muy preciso en sus escritos.
McRay agregó que en
muchos casos, relacionados con la cobertura de historias, algunas
referencias de Lucas eran consideradas falsas, pero descubrimientos
posteriores han confirmado que él escribió informando correctamente. (...)
Un prominente arqueólogo estudió cuidadosamente referencias de Lucas a 32
países, 54 ciudades y 9 islas, sin encontrar ningún error. (7)
La siguiente cita
sugiere la misma conclusión. Señala el hecho que la arqueología y otras
fuentes históricas repetidamente han confirmado que el Nuevo Testamento y
toda la Biblia son históricos. Existe una fuerte base histórica respaldando
los eventos narrados en la Biblia. La evidencia histórica también confirma
que el texto que se halla en la Sagrada Biblia está en su forma original.
El famoso
arqueólogo William Albright escribió,
“La información
histórica en la Biblia es exacta en un grado tal que los críticos modernos
no pueden siquiera imaginar. En el transcurso de mis estudios, a mí me ha
quedado en claro que el libro de la Biblia es una fuente de historia
altamente confiable. Las historias no son mitos, sino documentos históricos
que son verdaderos, en toda su extensión, hasta en detalles minúsculos. El
excesivo escepticismo hacia la Biblia de muchos renombrados científicos
continúa perdiendo peso, mientras que evidencias surgidas de nuevos
hallazgos continuamente proveen innumerables detalles de la exactitud de la
Biblia, lo cual acrecienta el valor de la Biblia como fuente histórica." (8)
Es importante comprender que las excavaciones arqueológicas han producido
gran cantidad de evidencias que claramente demuestra que la Biblia no está
llena de falsa información. Hasta el día de hoy, ninguno de los hechos
históricos de la Biblia ha sido demostrado como falso, en base a esta
evidencia obtenida mediante estudios arqueológicos. (9)