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Textos de Jari Iivanainen
El Islam y
Jesús






Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)
















Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)






 

Capítulo 2 -

¿Murió Jesús en la cruz?

La muerte de Jesús en la cruz generalmente es una piedra de tropiezo para  la  gente, que la considera una tontería. Esto también se aplica a los musulmanes. Esta actitud negativa también se tuvo durante el tiempo del apóstol Pablo y fue por eso que él escribió esto:

- (1 Co 1:18) Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

- (1 Co 1:23-24) Pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Muchos musulmanes actualmente piensan de la misma manera. Pueden pensar que la muerte de Jesús en la cruz es una locura, y a ellos les resulta simplemente imposible creer que el fiel siervo de Alá fuera muerto de esa manera. Según ellos no sería adecuado para un profeta, y es por eso que se ha sugerido que alguien parecido a Jesús fue quien murió en la cruz, y que Jesús mismo fue tomado directamente al cielo antes de ello. Que Jesús no fue clavado en una cruz fue establecido solamente en un pasaje del Corán, que es la Sura 4:

                                 Ellos negaron la verdad y publicaron una monstruosa falsedad contra María. Declararon ellos: “Hemos dado muerte al Mesías, Jesús el hijo de María, el apóstol de Dios”. Ellos no lo mataron, ni tampoco lo crucificaron, pero pensaron que lo habían hecho. Los que estuvieron en desacuerdo con él estaban en dudas con respecto a él; no sabían nada sobre él sino meras conjeturas; por cierto que ellos no lo mataron. (4:156,157)

Sin embargo, podemos presentar varias objeciones contra esta afirmación. Consideremos estos puntos:

Otros pasajes en el Corán. Aún cuando en un lugar del Corán (4:157) se afirme que Jesús no murió en la cruz, otros pasajes del Corán sostienen la muerte y resurrección de Jesús. Ellos indican que él realmente murió tal como Juan bautista, por ejemplo:

                                 Paz para mí el día en que nací, y paz para mí en el día de mi muerte; y sea la paz sobre mí el día en que sea levantado a la vida. Tal fue Jesús, el hijo de María. Esta es toda la verdad, la cual ellos aún dudan. (19:33,34)

(En la misma Sura, verso 15, hay una referencia a Juan el bautista: “Paz para él el día en que nació y paz para él en el día de su muerte; y sea la paz sobre él el día en que sea levantado a la vida.”)

                                 “Él dijo: -Jesús, dejaré que estés cerca de morir y te elevaré a Mi lado. Te apartaré de los incrédulos y exaltaré a tus seguidores sobre ellos hasta el día de la resurrección.” (3:55)

                                 “Entonces Dios dirá: 'Jesús, hijo de María, ¿alguna vez has dicho a la humanidad: “Adoradme a mí y a mi madre como dioses junto a Dios?” … Les he dicho solamente lo que me has encargado. Dije: “Servid a Dios, mi Señor y vuestro Señor.” Cuidé de ellos mientras viví entre ellos, y siempre desde que Tú me llevaste contigo. Tú has estado viéndolos. Tú eres testigo de todas las cosas.”(5:116,117)

Además, podemos aprender del Corán que la muerte violenta de los profetas es posible; la creencia tradicional de que sería inusual o vergonzoso que un profeta sufriera una muerte violenta, es contraria a las enseñanzas del Corán:

                                 A los que declaran: 'Dios nos ha mandado no creer en ningún apóstol antes de que Él haga descender fuego para consumir una ofrenda,' diles: 'Otros apóstoles antes de mi han venido a vosotros con señales verdaderas y obraron los milagros que les habéis pedido. ¿Por qué los habéis matado, si lo que decís es verdad?' (3:183)

                                 Pero ellos quebrantaron su pacto, negaron las revelaciones de Dios, y mataron injustamente los profetas. Dicen: “Nuestros corazones están sellados...” (4:155)

Libros de historia. Libros escritos por historiadores que vivieron poco tiempo después de que Jesús caminara por la tierra, contienen referencias a su crucifixión por parte del gobernador Poncio Pilatos, durante el reinado del emperador Tiberio. Si la crucifixión de Cristo no hubiese ocurrido en realidad, los historiadores no la habrían registrado:

                                 El historiador Josefo: "Jesús vivió en aquellos tiempos. (…) Muchos griegos y judíos lo siguieron. Él era Cristo. Pero, provocado por nuestros hombres influyentes, Pilatos lo condenó a la muerte en la cruz. Sin embargo, los que lo habían amado antes, continuaron siendo fieles a él.”

                                 Cornelio Tácito: “El nombre les fue dado a ellos de acuerdo con cierto Cristo, a quien el gobernador Poncio Pilatos condenó y clavó en la cruz durante el reinado de Tiberio.”

                                 Thallus, de origen samaritano, también se refiere a Jesús en su libro escrito  tan sólo 52 años Después de Cristo. Él pensaba que la oscuridad que hubo  durante la crucifixión de Jesús era el resultado de un eclipse solar.

                                 El Talmud (Sanhedrin 43, a) menciona que Jesús fue crucificado en la Pascua.

Padres apostólicos. La mejor manera de estudiar los hechos del pasado es estudiar fuentes históricas -especialmente las fuentes que existieron cerca del tiempo en que sucedieron los eventos que son estudiados-. Arriba fueron mencionadas algunas fuentes que se refieren a la crucifixión de Jesús.

Los padres apostólicos, que vivieron cuando habían pasado menos de cien años después de la muerte de Jesús, mencionan la crucifixión. ¿Por qué habrían de hacerlo, si la crucifixión no ocurrió en realidad? Generalmente, no hay humo sin fuego. Usando esta lógica, llegamos a la conclusión de que la revelación dada a Mahoma no tiene sólidos fundamentos históricos, o los musulmanes han interpretado equivocadamente los previos versos del Corán.

                                 Observemos, queridísimos hermanos, cómo el Maestro continuamente nos muestra que la resurrección es parte de nuestro futuro. El primer fruto de esta resurrección es que Él ha levantado al Señor Jesucristo de la muerte. (Carta de Clemente a los Corintios, 24:1.)

                                 Dios envió a Cristo y Cristo envió a los apóstoles; ambas cosas sucedieron en buen orden, por la voluntad de Dios. 3. Cuando los apóstoles recibieron su tarea, cuando descubrieron que Jesús había resucitado, y se volvieron más fuertes en su fe en la palabra de Dios, fueron llenos del Espíritu Santo y predicaron las Buenas Nuevas, que el reino de Dios se había acercado. 4. De país en país y de pueblo en pueblo ellos predicaron su mensaje.  (Carta de Clemente a los Corintios, 42:2-4)

                                 El Señor se ha hecho cargo de nosotros con amor. Jesucristo, nuestro Señor, estuvo lleno de amor hacia nosotros, y por eso Él derramó su sangre por nosotros por la voluntad de Dios y dio Su cuerpo por causa de nuestros cuerpos y de la misma manera Él dio su alma por causa de nuestras almas. (Carta de Clemente a los Corintios, 49:6)

                                 Si los que hicieron esto enfrentaron la muerte física, cuánto más aquel que arruina la fe en Dios mediante una falsa doctrina, la fe por la cual Jesucristo fue crucificado. Tal persona se ha contaminado, y deberá ir al fuego que no se apaga, y también los que lo siguen. (Carta de Ignacio a los Efesios 16:2)

                                 En cambio, deseo que puedan estar completamente seguros del nacimiento, la pasión y resurrección, lo cual sucedió cuando Poncio Pilatos era gobernador. Todo esto sucedió realmente en la verdadera vida de Jesucristo. Si tan sólo  ninguno de vosotros se aparara de Él. (Carta de Ignacio a los Magnecios 11:1).

                                 Sed como sordos cuando alguien habla con vosotros sin saber nada de Jesucristo, que era del linaje de David, nacido de María, quien realmente vivió, comió, bebió y enfrentó verdadera persecución durante el tiempo de Poncio Pilatos, fue crucificado y murió ante aquellos que están en el cielo, la tierra y debajo de la tierra. 2. Él fue levantado de la muerte cuando su Padre lo resucitó; del mismo modo, en Cristo Jesús el Padre también nos  resucitará a los que creemos en Él, y sin Él nosotros no tenemos vida verdadera. (Carta de Ignacio a los creyentes de Trallis 9:1, 2)

                                 Aún así vosotros tenéis la certeza de que Él descendió de la familia de David, el Hijo de Dios, del poder y de la voluntad de Dios, nacido de una virgen, bautizado por Juan para cumplir toda justicia. 2. Él realmente sufrió durante el tiempo de Poncio Pilatos y el tetrarca Herodes, fue clavado en el madero por nosotros. Su sufrimiento ante Dios por el cual nacemos fue tal que Él, mediante Su resurrección, habría de levantar Sus santos y creyentes, tanto judíos como gentiles, para ser el uno y único cuerpo de Su Iglesia. (Carta de Ignacio a los creyentes de Esmirna 1:1, 2)

                                 Por lo tanto es justo mantenerse alejados de esa gente ignorante y no hablar de ellos ni en público ni en privado. Aferrarse, en cambio, de los profetas y especialmente del Evangelio, en el que nos han sido presentados claramente los sufrimientos y la resurrección de Jesús. (Carta de Ignacio a los creyentes de Esmirna 7:2)

                                 Esperad en Aquel que está más allá del tiempo, infinito, invisible, que no puede ser tocado. Aquel que por nosotros se hizo visible, que está más allá del sufrimiento, pero se sometió al sufrimiento por nuestra causa y Quien soportó todo lo posible por nuestra causa. (Carta de Ignacio a Policarpo 3:2)

                                 En nuestro Señor Jesucristo, en Él, quien mostró perseverancia y fue a la muerte por causa de nuestros pecados. A Él Dios lo resucitó y libró de los dolores del Hades. 3. Vosotros creéis en Él, aunque no lo habéis visto, con un gozo inexpresable y glorioso, que muchos quisieran tener. Sabéis que habéis sido salvos por gracia, no por vuestras obras sino por la voluntad de Dios, a través de Cristo Jesús. (Carta de Policarpo a los Filipenses 1:2,3)

                                 Aferrémonos constante y firmemente a nuestra esperanza y nuestro sello de justicia, que es Cristo Jesús, el que cargó nuestros pecados sobre su propio cuerpo en el madero; el que no cometió pecado, ni engañó con su boca. Él soportó todo por nosotros, para que tuviésemos vida en Él. (Carta de Policarpo a los Filipenses 8:1)

                                 También está el siguiente punto, mis hermanos. Si el Señor fue sometido al sufrimiento por nosotros, aunque Él es el Señor de todo el universo, y a quien Dios dijo en la fundación del mundo, 'hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza', ¿cómo pudo Él someterse al sufrimiento en manos de la gente? Aprended esto. 6. Los profetas recibieron su don de Él y profetizaron acerca de Él. Y cuando Él tuvo que manifestarse en carne para destruir a la muerte y dar un ejemplo de la resurrección de la muerte, estuvo de acuerdo con eso. 7. Él lo hizo para cumplir la promesa hecha a los padres, pero también para preparar personas para Él mientras estuvo en la tierra e indicarles que, después de Su resurrección, Él en persona ejecutaría juicio. 8. Él también predicó por medio de la enseñanza a Israel y haciendo prodigios y milagros y mostrando un amor especial por Israel. (Carta de Barnabás 5:5-8)

Testigos oculares. A pesar de que muchos musulmanes no creen que Jesucristo haya sido crucificado, la Biblia cuenta otra historia. La crucifixión se menciona en muchos pasajes de la Biblia. Las personas pudieron presenciarla con sus ojos, o saber de ella por medio de otros.

Una buena pregunta es si sería sensato confiar en cuentos contados por personas que vivieron de 600 a 2.000 años después de la crucifixión, personas que no tuvieron conocimiento personal del hecho. ¿No sería más sabio confiar en los informes brindados por testigos oculares, que vieron lo que sucedía?

Si alguien hoy piensa que sabe más que los testigos cuyos relatos están registrados en la Biblia, ¿no es lo mismo que si una persona que está a 1.000 kilómetros de distancia de un accidente automovilístico viene y dice que ella vio el accidente y quiere dar “información precisa”? ¿Cómo podría alguien tomar en serio a alguien así?

                                 (Juan 19:30-35) Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu.

                                 31 Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.

                                 32 Vinieron, pues, los soldados, y quebraron las piernas al primero, y asimismo al otro que había sido crucificado con él.

                                 33 Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas.

                                 34 Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

                                 35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.

                                 (Lucas 23:32-33) Llevaban también con él a otros dos, que eran malhechores, para ser muertos.

                                 33 Y cuando llegaron al lugar llamado de la Calavera, le crucificaron allí, y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.

                                 (Hechos 2:22-25) Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis.

                                 23 A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole;

                                 24 al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella.

                                 25 Porque David dice de él:  Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido.

La teoría de un substituto. Ha sido propuesta una teoría con respecto a la crucifixión de Jesús sugiriendo que algún otro, quizás Judas Iscariote o Simón de Cirene, fue clavado en la cruz en lugar de Jesús. Se ha sugerido que Jesús mismo fue tomado directamente al cielo, mientras Dios traspasó su apariencia a Judas o Simón de Cirene, y eso explica por qué ejecutaron a uno de ellos en lugar de Jesús.

Existen muchas referencias que prueban que esto no puede ser cierto:

El destino de Judas. En primer lugar, el relato bíblico no respalda la idea de que Judas Iscariote fuera crucificado en la cruz en lugar de Jesús. La Biblia claramente afirma que Judas se mató a sí mismo: se colgó, enseguida después de haberse arrepentido por haber traicionado a Jesús:

                                 (Mateo 27:3-5) Entonces Judas, el que le había entregado, viendo que era condenado, devolvió arrepentido las treinta piezas de plata a los principales sacerdotes y a los ancianos,

4 diciendo: Yo he pecado entregando sangre inocente. Mas ellos dijeron: ¿Qué nos importa a nosotros? ¡Allá tú!

5 Y arrojando las piezas de plata en el templo, salió, y fue y se ahorcó

La honestidad de Dios. El relato de la Biblia tampoco respalda la noción de que Simón de Cirene fuera crucificado en lugar de Jesús. Ciertamente el propio Simón se habría opuesto fuertemente a tal acción, y habría reaccionado resueltamente.

Podemos cuestionar la alternativa de que Dios hubiese organizado una sucia farsa como esa para Su propio pueblo, especialmente teniendo en cuenta que Él no permite la mentira a su pueblo. ¿No sería Él un Dios falso si hiciese eso?  ¿Y qué de Jesús, el profeta de Dios? ¿Cómo podría Él haber permitido que un engaño como ese se llevase a cabo? Parece imposible.

Las predicciones del mismo Jesús.Otra evidencia en favor de la crucifixión de Jesús la podemos hallar en las propias palabras de Jesús prediciendo Su muerte. Mucho antes de morir Jesús describió su propia muerte a fin de preparar a sus discípulos. Les dijo que Él mismo daría Su vida en la cruz por causa de nuestros pecados:

- (Mateo 16:21) Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

- (Mateo 20:28) Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

                                 (Juan 10:9-11,17-19) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar.

18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

19 Volvió a haber disensión entre los judíos por estas palabras.

Cumplimiento de profecías. La muerte de Jesús, el Mesías, mediante la crucifixión, fue descrita en grandes detalles por profetas que vivieron cientos o miles de años antes de Su nacimiento. Estas profecías describen Su muerte y la hora en que sucedería, diciendo que acontecería antes de la destrucción de Jerusalén y su templo (70 D.C.). Echemos una mirada más detenida a algunas de estas profecías:

La profecía de los años-semanas de Daniel. En Daniel 9:24-26 leemos que el Mesías experimentaría una muerte violenta. El profeta Daniel vio claramente que el Mesías sería eliminado. Daniel dijo también que esto sucedería antes de la destrucción de Jerusalén y su templo.

La historia nos dice que el gobernante romano Tito destruyó Jerusalén con su ejército exactamente en el año 70 D.C. (la cual aún es una de las mayores destrucciones en masa en la historia). Usando este dato como nuestra referencia, podemos concluir lógicamente que el Mesías tuvo que vivir y morir antes de esa fecha -entonces “se quitará la vida al Mesías”-. La crucifixión de Jesús cumple íntegramente esta profecía:

                                 (Dn 9:24-26) Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

25 Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

Zacarías 12:10 e Isaías 53. La profecía de arriba se refiere a la violenta muerte del Mesías -”se quitará la vida del Mesías”- y podemos citar algunas profecías más referidas al mismo evento, de cómo Él, el Mesías, sería herido por causa de nuestros pecados. Ese es el mensaje fundamental del Nuevo Testamento. Estas profecías pueden hallarse en los libros de Zacarías e Isaías y pueden ser leídas abajo. Está también el cumplimiento de estas profecías, la manera como se cumplieron en la vida de Jesús y en Su muerte:

Profecía:

                                 (Is 53:4-12) Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

6 Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

7 Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

8 Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.

Cumplimiento:

- (Mt 27:31) Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.

- (Jn 19:18) Y allí le crucificaron, y con él a otros dos, uno a cada lado, y Jesús en medio.

Profecía:

- (Zac 12:10) Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

Cumplimiento:

- (Jn 19:34-37) Pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza, y al instante salió sangre y agua.

35 Y el que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero; y él sabe que dice verdad, para que vosotros también creáis.

36 Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: No será quebrado hueso suyo.

37 Y también otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

 

 

 




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