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Textos de Jari Iivanainen
El Islam y
Jesús






Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)
















Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)






 

Capítulo 3 -

"Vosotros servís a tres dioses”

Una de las creencias más comunes de los musulmanes es que los cristianos sirven a tres dioses: Dios Padre, Jesús, y el Espíritu Santo (o María). La siguiente cita, de un ex musulmán, se refiere a esto:

¡Qué tontería! Juro por el Profeta que vosotros los cristianos tenéis extrañas fantasías! ¿Acaso no es cierto que tenéis muchos dioses? Decís que servís a un Dios verdadero, a pesar de que habláis de tres dioses. ¿Cómo podéis dividir a Alá en tres dioses, o cómo podría Alá estar compuesto por tres personas? He oído a los cristianos referirse al Padre como Dios, a Jesús como si él fuera Dios, y llamar a María la madre de Dios. ¿Está Dios casado? ¿Cómo podría decirse en un mundo racional que el gran y poderoso Dios tiene un hijo? ¡Qué abusivo es hablar de la madre de Alá! El bendito Corán nos dice muy claramente: “Él, Alá, es uno. Alá es Aquel de quien todo depende. Él no engendra, ni ha sido engendrado. Y no hay nadie como Él.” (Sura 112) (10)

¿QUÉ DICE LA BIBLIA?

Aunque los musulmanes creen que los cristianos servimos a tres dioses, eso no es cierto. (En realidad, sería mucho más correcto decir que los musulmanes creen en el politeísmo: casi página por medio del Corán a Dios se lo designa en la forma plural “nosotros”, como si hubiesen muchos dioses. El siguiente texto del Corán es un buen ejemplo de cómo el Corán enseña sobre Dios en la forma plural: “En seis días Nosotros hemos creado los cielos y la tierra y todo lo que yace entre ellos. Ni jamás Nosotros nos hemos fatigado,” 50:38). La Biblia dice claramente, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, que hay un solamente un Dios. Eso dicen numerosos pasajes de la Biblia:

- (Dt 4:35) A ti te fue mostrado, para que supieses que JEHOVÁ es Dios, y no hay otro fuera de él.

                         (Is 45:5-6) Yo soy JEHOVÁ, y ninguno más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste,

6 para que se sepa desde el nacimiento del sol, y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo JEHOVÁ, y ninguno más que yo.

- (Is 45:21) Proclamad, y hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino yo JEHOVÁ? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador; ningún otro fuera de mí.

- (Is 46:9) Acordaos de las cosas pasadas desde los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios, y nada hay semejante a mí.

- (1 Ti 1:17) Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén.

- (Hch 14:15) y diciendo: Varones, ¿por qué hacéis esto? Nosotros también somos hombres semejantes a vosotros, que os anunciamos que de estas vanidades os convirtáis al Dios vivo, que hizo el cielo y la tierra, el mar, y todo lo que en ellos hay.

                         (Ef 4:5-6) Un Señor, una fe, un bautismo,

6 un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.

- (Stg 2:19) Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.

El Corán 29:46. Es curioso que también el Corán demuestre que los seguidores del Libro, los cristianos, tienen un Dios -así que la creencia de muchos musulmanes va en contra de su propio libro santo. El Corán dice claramente, 29:46: “Sed corteses cuando discutáis con la gente de el Libro, excepto con aquellos de ellos que hagan lo malo. Decid: ”Creemos en lo que nos ha sido revelado a nosotros, y en lo que os ha sido revelado a vosotros. Nuestro Dios y vuestro Dios es uno. A Él nos sometemos.

EL CORÁN TAMBIÉN ENSEÑA SOBRE LA TRINIDAD

Es curioso: a pesar de que a los musulmanes les resulte difícil creer en la Trinidad -entendiendo que un Dios se expresa a Sí mismo como el Padre, Hijo, y Espíritu Santo- hasta el Corán se refiere a esta Trinidad en algunos pasajes.

La preexistencia de Jesús. Antes que nada, el Corán enseña que Jesús, que es llamado La Palabra de Dios, vivió con Dios antes de vivir en la tierra. De ello podemos concluir que Jesús es la propia Palabra de Dios (Kalimat Allah, la que refleja el más profundo ser del que habla) y su Espíritu, que fue enviado a la tierra.

Esto puede ser claramente visto en un pasaje en el Corán que dice que Dios ha dado su Palabra a María. Demuestra que la Palabra ya debió existir antes de que Dios la trasladase adentro del vientre de María de una forma sobrenatural, haciendo posible que Jesús naciese a este mundo. Ese pasaje del Corán dice:

Pueblo del Libro, no transgredáis los pactos de vuestra religión. Hablad tan sólo la verdad sobre Dios. El Mesías, Jesús el hijo de María, no era sino el apóstol de Dios y Su Palabra, la cual Él concedió a María: un espíritu de Él. Creed en Dios y ... (4:171)

También en los siguientes pasajes del Corán se entiende que Jesús vivió con el Padre antes de venir al mundo. Estos indican que Jesús no es solamente un hombre común y corriente, sino que Él vino del cielo a la tierra –Él es la Palabra de Dios y el Espíritu que fue enviado de Dios-. Estos pasajes se refieren a Su divinidad y existencia anterior:

Los ángeles dijeron a María: “Dios pide que te regocijes en una Palabra de Él. Su nombre es el Mesías, Jesús el hijo de María. Él será noble en este mundo y en el más allá, y será favorecido por Dios.” (3:45)

Pueblo del Libro, no transgredáis los pactos de vuestra religión. No digáis más que la verdad sobre Dios. El Mesías, Jesús el hijo de María, no fue sino el apóstol de Dios y Su Palabra, la cual Él concedió a María. Creed en Dios y … (4:171).

Él lo instruirá en las Escrituras y en sabiduría, en la Torá y en el Evangelio, y lo enviará como un apóstol para los israelitas. Él dirá: “Yo os traigo una señal de vuestro Señor. Del barro os haré algo semejante a un pájaro. Soplaré dentro suyo y, por voluntad de Dios, el pájaro llegará a estar vivo. Por voluntad de Dios, curaré a las personas ciegas y a los leprosos, y levantar a los muertos a la vida... Os traigo una señal de vuestro Dios: Por lo tanto, temed a Dios y obedecedme.” (3:48-50)

Y de Jesús el hijo de María, quien dijo a los israelitas: Yo he sido enviado a vosotros por Dios para confirmar la Torá que ya ha sido revelada, y … (61:6)

Personas que están trabajando con musulmanes describen sus experiencias relacionadas  con este tema. Se han encontrado con musulmanes que tienen típicos conceptos errados sobre la posición de Jesús, y de lo qué es posible e imposible para Dios. Ellos explicaron a sus oyentes cómo Dios realizó el milagro sobrenatural de transferir el Espíritu Santo por medio de Su palabra al vientre de María, lo cual hizo posible el nacimiento de Su Hijo como un ser humano:

Abu, Nikke y Teppo oyeron las mismas preguntas una y otra vez al asistir a eventos musulmanes en Estocolmo y viajando por países islámicos:

                         ¿Cómo podría Dios tener un Hijo? Después de todo, Dios no está casado. Dios no puede ser una Trinidad, porque Él es solamente uno. ¿Cómo y por qué Dios se convertiría en un ser humano?

Al trabajar con ellos los muchachos aprendieron que el lenguaje figurado es muy importante al hablar con musulmanes. Sin embargo, debieron ser cuidadosos con eso, porque la forma oriental de pensar es más bien monocromática, de modo que los musulmanes a veces tienen dificultades para diferenciar la verdad de las alegorías.

                         ¿Quién es la madre de Jesús? Preguntaba Abu a veces.

 Usualmente la pregunta era respondida rápidamente: -María.

                         Bueno, ¿y entonces quién es el padre de Jesús?

Esta pregunta solía encontrarse con un confuso silencio, y luego una sorprendente respuesta: -Alá, Dios. Era entonces cuando los muchachos explicaron a sus oyentes cómo Dios realizó el milagro sobrenatural de transferir el Espíritu Santo por medio de su Palabra al vientre de María, lo cual hizo posible el nacimiento de Su Hijo como un ser humano. (El Corán también llama a Jesús la Palabra de Dios.) Entonces la Palabra cobró vida, vestida con un cuerpo preparado por Dios para Su Hijo en el vientre de María. Cierta vez, Nikke tuvo una revelación para usar la siguiente alegoría:

                         Si una persona planea ir al espacio, debe utilizar un traje espacial. Si alguien planea adentrarse en las profundidades del mar, tiene que tener un traje submarino.

Si alguien aún dudaba de que Dios se hizo un ser humanoI, Nikke le hacía la siguiente pregunta:

                         ¿Es posible que un ser humano llegue a ser Dios?

                         La respuesta inmediata usualmente era: -No.

                         Bien, ¿es posible que Dios se convierta en un ser humano?

Esta pregunta hallaba nuevamente un confuso silencio y entonces una respuesta sorprendente: “Sí.” Si alguien opinaba que Dios no podía convertirse en un ser humano, se le decía lo siguiente: -Bueno, entonces Dios no es todopoderoso al final. (11)

¿Qué dicen las tradiciones islámicas? En reiteradas ocasiones ellas se refieren a Jesús como la Palabra de Dios y el Espíritu de Dios, lo cual también puede verse en el Corán. Algunas fuentes también se refieren a Su existencia previa. Él existió mucho tiempo antes de nacer como un ser humano en la tierra. Abajo hay algunos ejemplos de tal literatura islámica. La primera cita es de las obras de un muy conocido intérprete de la doctrina islámica, llamado az-Zamakhshari:

lll:22] Jesús es llamado la Palabra de Dios y una palabra de Él, porque él llegó a existir por Su palabra y por Su mandato, sin la influencia de un padre o semen. Él también es llamado el Espíritu de Dios y un espíritu de Él, porque él es espiritual, que llegó a existir sin ninguna otra influencia espiritual.  (az-Zamakhshari, Kashshaf I:315)

Otra palabra importante que el Corán usa para describir a Jesús es Ruh Allah, el Espíritu de Dios. Uno de los comentarios más ampliamente conocidos sobre esto es parte de las tradiciones musulmanas: La frase que ya fuera citada: “Él (Jesús) caminó entre espíritus. Nosotros lo enviamos a María.” 12

Lo importante en estas dos afirmaciones es que respaldan el anuncio del Corán de que Jesús ya existía antes de que naciese físicamente en la tierra. Muchos otros intérpretes del Islam antiguo han arribado a conclusiones similares.

Por ejemplo, Al-Baidawi ha escrito: "…teniendo un espíritu que se originó en Dios y no fluye hacia Él por los caminos convencionales. Esto es llamado espíritu porque es la fuente de vida para los muertos y el corazón humano.” 13

Al-Razi ha dicho: "Él (Jesús) es el Espíritu de Dios porque Él da vida al mundo. 14 (15)

La Palabra de Dios y el Espíritu de Dios. Los pasajes previos del Corán utilizan para Jesús nombres tales como la Palabra de Dios (Kalimat Allah) y el Espíritu de Dios (Ruh Allah), lo cual también demuestra la eternidad y divinidad de Jesús. Eso aparece por lo menos de las siguientes maneras:

El Espíritu de Dios es eterno. Si creemos que Dios es eterno, también su Espíritu es eterno, y no dura -por ejemplo- solamente a lo largo de la vida de una persona. Por lo tanto, cuando en el Corán a Jesús se lo llama el Espíritu de Dios, quien ha venido de Dios, podemos deducir que Él también es eterno y uno con Dios. Por ende, el nombre “el Espíritu de Dios” se refiere a Su divinidad y eternidad.

La Palabra de Dios es eterna. Si todavía adherimos a la afirmación de que Dios es eterno, ciertamente su Palabra también debe ser eterna, porque es improbable que Dios estuviese en silencio hasta que Jesús, su Palabra, naciera en la tierra. Ciertamente Él debió haber hablado antes de ello -tal cual como nosotros las personas hablamos porque existimos- y porque Él creó todo mediante su Palabra, y las personas ya existían antes de que Jesús viniera al mundo.

Al tratarse sobre Jesús, podemos dar por hecho que Él también es eterno y uno con Dios el Padre. Esta es la única conclusión razonable si lo llamamos a Él la Palabra de Dios, y asumimos que Dios ya hubo hablado antes de que Jesús estuviese en la tierra.

La Palabra de Dios y la esencia de Dios. Además, si utilizamos el nombre “la Palabra de Dios,” es importante notar que el texto arábico utiliza la palabra “kalimah” para ello, significando “la esencia del que habla,” su “ser más íntimo”. El Corán no utiliza otra posible palabra arábica, “qawlum”, que significa “una palabra o declaración,” la cual no se refiere a la esencia del orador.

Esto significa que Jesús debe ser más que una mera palabra de Dios. En realidad, Él debe ser la perfecta manifestación de Dios, la voluntad de Dios, o el resplandor de la gloria de Dios, como dice la Biblia. Así es como el Corán se refiere a esto, y enseña al igual que la Biblia que podemos entender correctamente la voluntad y la esencia de Dios únicamente por medio de Jesús. Numerosos pasajes de la Biblia se refieren a esto:

- (He 1:3) El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

                         (2 Co 4:3-4) Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto;

4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.

                         (Juan 10:30-33)  Yo y el Padre uno somos.

31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.

32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?

33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

                         (Juan 12:44-45) Jesús clamó y dijo: El que cree en mí, no cree en mí, sino en el que me envió;

45 y el que me ve, ve al que me envió.

- (Juan 14:8-9) Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta. 9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

JESÚS – El HIJO DE DIOS

El nombre “Hijo de Dios” que es usado para Jesús es entendido por varios musulmanes como si fuese algo físico, suponiendo que Dios se habría casado y tendría un hijo llamado Jesús. (Muchos musulmanes piensan que la Trinidad son Dios, María y Jesús). Basan esa suposición en una antigua creencia arábica de que Dios puede involucrarse sexualmente con las personas y así puede tener hijos que son llamados “hijos de Dios.”

Sin embargo, esa visión no es correcta. No puede ser verdad porque la Biblia enseña la preexistencia de Jesús antes de que el naciese aquí en el mundo. Él existió incluso mucho antes de que María existiera. Él ya estaba con Dios -de acuerdo a la Biblia- al comienzo de los tiempos, y solamente vino aquí en el momento en que la Palabra se hizo carne. Los siguientes versículos de la Biblia nos enseñan sobre ello:

                         (Juan 1:1- 3,14) En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

2 Este era en el principio con Dios.

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

                         (1 Juan 1:1-2) Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida

2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó).

                         (Fil 2:5-8) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,

6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,

7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;

8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

- (He 2:14,17) Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo

17 Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.

En segundo lugar, es bueno entender que cuando la Biblia usa el término “Hijo”, eso no significa que Dios estuviese casado. Es solamente una manera de describir una relación. Los escritores de la Biblia mayormente utilizaron palabras que fueran fáciles de comprender a sus oyentes y que explicaban las cosas de la mejor manera.

Este tipo de descripciones aparecen por doquier en la vida. Entre otras descripciones, están las siguientes, por ejemplo:

Mahatma Gandhi es llamado el Padre de India, aunque él no es el padre biológico de India.

A los egipcios se los ha llamado Hijos del Nilo, pero eso no significa que el río Nilo se haya casado y tenido hijos.

Los beduinos han sido llamados los hijos del desierto, y eso tampoco significa que el desierto se haya casado y tenido hijos.

EL ELEVADO ESTADO DE JESÚS. Como se ha observado en los capítulos previos numerosas fuentes históricas refieren la crucifixión de Jesús. La información dada por el Corán contradice estas fuentes:

Una cuestión casi parecida es si Jesús fue el Hijo de Dios y uno con Dios. Los musulmanes creen que Jesús, un destacado profeta de Dios, no pudo proclamar originalmente tales enseñanzas ni tampoco pudieron hacerlo sus discípulos. Piensan ellos que esas cosas fueron enseñadas mucho tiempo después del tiempo de Jesús y los apóstoles.

Deberíamos estudiar nuevamente las fuentes históricas: ¿Están en lo cierto estas fuentes o es el Corán, que depende de las revelaciones de Mahoma, el que dice la verdad? ¿Enseñan las antiguas fuentes históricas que Jesús tiene una posición elevada o no? Estudiemos algunos ejemplos.

El mismo Corán se refiere a Jesús como la Palabra y el Espíritu de Dios, que vino del Dios de los cielos. Esto sugiere que Jesús es un ser eternal y de elevada condición. El Corán aún contiene pasajes que aluden a Jesús como alguien de elevada condición; esas enseñanzas no se han extinguido del todo.

Plinius Secundus, quien es generalmente conocido como Pilinio el Joven, un contemporáneo de Tácito y Suetonio (61-120 D.C.), menciona a Jesús. En una carta al César Trajano él escribe sobre los cristianos y sus cultos. Ellos consideraban a Jesús como un rey:

Ellos tienen la costumbre de reunirse en un día específico antes de amanecer para cantar alabanzas a Cristo, bien como se hace al rey, y juran que no participarán en ninguna actividad criminal, robar, hurtar, o cometer adulterio, ni defraudar la confianza de nadie, ni negarse a devolver dinero a los que han confiado su cuidado a ellos. Después de haber hecho esto, se disuelven y más tarde vuelven a reunirse para una comida en común, pero lo que comen es muy normal e inofensivo.

Profecías del Antiguo Testamento -que existían antes de Jesús- se refieren al Hijo de Dios, que nacería en Bethlehem y que es antiguo, desde la eternidad.

- (Isaías 9:6) Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.

- (Isaías 7:14) Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.

- (Miqueas 5:2) Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad.

El ángel Gabriel llamó al hijo de María Hijo del Altísimo. Además, Jesús nació en Belén, tal como decía la profecía de Miqueas siglos antes:

                             (Lucas 1:26-35) Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,

                             27 a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.

                             28 Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres.

                             29 Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta.

                             30 Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

                             31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.

                             32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

                             33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.

                             34 Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón.

                             35 Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

- (Mateo 1:18,22,23) El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.

22 Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo:

23 He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros.

                             (Mateo 2:1-6) Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

                             2 diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

                             3 Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

                             4 Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

                             5 Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

                             6 Y tú, Belén, de la tierra de Judá, no eres la más pequeña entre los príncipes de Judá; porque de ti saldrá un guiador, que apacentará a mi pueblo Israel.

Jesús se consideraba a Sí mismo como el Hijo de Dios y como siendo uno con el Padre. Esta es la razón por la cual Jesús murió:

                             (Juan 9:35-41) Oyó Jesús que le habían expulsado; y hallándole, le dijo: ¿Crees tú en el Hijo de Dios?

                             36 Respondió él y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él?

                             37 Le dijo Jesús: Pues le has visto, y el que habla contigo, él es.

                             38 Y él dijo: Creo, Señor; y le adoró.

                             39 Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados.

                             40 Entonces algunos de los fariseos que estaban con él, al oír esto, le dijeron: ¿Acaso nosotros somos también ciegos?

                             41 Jesús les respondió: Si fuerais ciegos, no tendríais pecado; mas ahora, porque decís: Vemos, vuestro pecado permanece.

                             (Juan 10:30-33) Yo y el Padre uno somos.

                             31 Entonces los judíos volvieron a tomar piedras para apedrearle.

                             32 Jesús les respondió: Muchas buenas obras os he mostrado de mi Padre; ¿por cuál de ellas me apedreáis?

                             33 Le respondieron los judíos, diciendo: Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios.

                             (Marcos 14:61-64)  Mas él callaba, y nada respondía. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dijo: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?

                             62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

                             63 Entonces el sumo sacerdote, rasgando su vestidura, dijo: ¿Qué más necesidad tenemos de testigos?

                             64 Habéis oído la blasfemia; ¿qué os parece? Y todos ellos le condenaron, declarándole ser digno de muerte.

Padres Apostólicos. El Corán se refiere a la Palabra de Dios haciéndose humana, y también los padres apostólicos se refieren a esto. Sus cartas, escritas algunas décadas después de la muerte de Cristo, lo describen como siendo eterno:

Existe Uno que es Médico, físico y espiritual, que ha nacido y que no ha nacido, Dios en carne, verdadera vida que vino a morir, nacido de ambos, de María y de Dios, primero bajo sufrimientos, luego ajeno a ellos, Jesucristo, nuestro Señor. (Carta de Ignacio a los Efesios 7:2).

 

Pues nuestro Dios, Jesucristo, fue concebido por María de acuerdo al propósito divino, de la simiente de David, y asimismo del Espíritu Santo; Quien nació y fue bautizado, para que pudiera purificar el agua por medio de Su Pasión. (Carta de Ignacio a los Efesios 18:2)

 

Por lo tanto corred juntos (…) como a un Jesucristo, que vino de un Padre, volvió a Él, y es uno con Él. (Carta de Ignacio a los Magnesios 7:2)

 

Esperad por Aquél que está más allá del tiempo, perdurable, invisible. Él que                     por nosotros se ha hecho visible, quien no puede ser tocado, quien está libre de sufrimientos, pero se sometió al sufrimiento por nuestra causa y quien soportó todo lo posible por nuestra causa. (Carta de Ignacio a Policarpo 3:2)

 

Vosotros estáis completamente convencidos de que Él nació de la familia de David, el Hijo de Dios, por voluntad y poder de Dios, nacido de una virgen, bautizado por Juan a fin de cumplir toda justicia. 2. Él realmente sufrió durante el tiempo de Poncio Pilatos y el tetrarca Herodes. Fue clavado al madero, por nosotros. Su                 sufrimiento ante Dios, mediante los cuales nosotros nacemos, fue de tal manera que Él, mediante Su resurrección, habría de levantar a Sus santos, tanto judíos       como gentiles, para ser el uno y único cuerpo de Su iglesia. (Carta de Ignacio a los               creyentes de Esmirna 1:1,2)   

 

Está también el siguiente punto, mis hermanos. Si el Señor fue sometido al sufrimiento por nosotros, aún siendo Él el Amo de todo el universo, y a quién Dios dijo en la fundación del mundo, hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza,¿cómo pudo Él someterse a sufrir en manos de su pueblo? Aprended esto. 6. Los profetas recibieron su don de Él, y profetizaron acerca de Él. Y cuando Él hubo aparecido en la carne para destruir la muerte y dar un ejemplo de la resurrección de los muertos, estuvo de acuerdo con eso. 7. Lo hizo para cumplir la promesa hecha a los padres, pero también para preparar un pueblo para Sí, e indicar mientras aún estuvo en la tierra, que después de Su resurrección Él mismo habría de ejecutar juicio. 8. Él también predicó mediante enseñanzas a Israel y haciendo señales y milagros y mostrando un amor especial por Israel. (Carta de Barnabás 5:5-8)

LA PERSONALIDAD DEL ESPÍRITU SANTO. Así como es posible hallar en varios pasajes del Corán con respecto a la segunda persona de la divinidad, Jesús, su divinidad y existencia eterna, también podemos hallar referencias a la tercera persona de la divinidad -el Espíritu Santo- en el Corán. Estas partes del Corán se refieren claramente a la personalidad del Espíritu Santo, como lo hace la Biblia. Consideremos algunos ejemplos:

El Espíritu en la vida de Jesús. Primero de todo, es importante notar que en el Corán podemos hallar el nombre “Espíritu Santo”, el mismo nombre que aparece en la Biblia. Si el Corán lo menciona, pareciera que el Espíritu Santo debe existir. Los siguientes pasajes sobre la vida de Jesús se refieren a esto:

                  A Moisés Nosotros le hemos dado las Escrituras y después de él                    Nosotros hemos enviado otros apóstoles. Nosotros le hemos dado a                   Jesús señales verdaderas y lo         hemos fortalecido con el Espíritu      Santo... (2:87) 

                  De estos mensajeros Nosotros hemos exaltado algunos por encima de                   otros. A algunos Dios habló directamente; a otros Él elevó a un estado                   sublime. Nosotros le hemos dado a Jesús el hijo de María señales                   verdaderas y lo hemos fortalecido con el Espíritu Santo... (2:253)

                  Dios dirá: 'Jesús, hijo de María, recuerda los favores que yo te he                    concedido a ti y a tu madre: cómo te fortalecí con el Espíritu Santo                   para que predicases a los hombres en tu cuna y en la plenitud de tu                   hombría; cómo te he instruido en el Libro y en sabiduría, en la Torá y en               el Evangelio; cómo con Mi permiso tú formaste un ave del barro y                   soplaste dentro suyo para que viviese, y se convirtió en un ave viviente;                   cómo con Mi permiso sanaste al hombre ciego y al leproso, y por Mi                   permiso restauraste la vida a los muertos; cómo Yo te he protegido de                   los israelitas cuando fuiste a ellos con claras señales: cuando esos entre           ellos que no creyeron declararon: “Esto no es sino pura magia.” (5:110)

El Espíritu Santo en la vida de María. Algunas de las referencias del Corán al Espíritu Santo están asociadas con María. Los siguientes versos del Corán claramente describen como Dios sopló Su propio Espíritu dentro de María.

Algunos musulmanes explicando el Islam han intentando sostener que el Espíritu Santo en algunos pasajes en realidad es el ángel Gabriel. Los pasajes que estamos consideraremos abajo no se pueden referir al ángel Gabriel, porque el ángel no entró dentro de María. Es difícil encontrar algún claro respaldo para esa noción de que el Espíritu Santo en realidad fuera Gabriel. Significaría, además, que el nombre del Espíritu Santo habría sido cambiado arbitrariamente. Tampoco puede significar soplar aliento de vida dentro de alguien muerto, porque María estaba viva -debe referirse al propio Espíritu de Dios-. Esos pasajes dicen:

Y de la mujer que guarda su castidad. Nosotros soplamos dentro de ella de Nuestro espíritu, e hicimos de ella y de su hijo una señal para todas las personas. (21:91)

Y en María, la hija de ‘Imran’, que guardó su castidad, y en cuyo vientre Nosotros soplamos Nuestro espíritu; quien puso su confianza en las palabras del Señor y fue verdaderamente devota. (66:12)

La personalidad del Espíritu Santo. En cuanto a la personalidad del Espíritu Santo, también podemos hallar en el Corán pasajes que confirman eso. De acuerdo al Corán, el Espíritu Santo trae certidumbre, da orientación, y viene, todo lo cual no es posible para una fuerza impersonal. El Corán también enseña sobre la fidelidad del Espíritu Santo, lo cual solamente puede serlo una persona:

Dí: ‘El Espíritu Santo lo trajo, de tu Señor hasta aquí abajo, en verdad, para reasegurar a los fieles, y para dar guía y buenas noticias a los que se someten a sí mismos.' (16:102)

Esto está ciertamente revelado por el Señor del Universo. El fiel Espíritu lo ha traído aquí abajo dentro de tu corazón para que puedas advertir a la humanidad en clara lengua árabe. (26:192-195)

Por Su voluntad Él envió abajo los ángeles con el Espíritu a aquellos entre Sus siervos a quienes Él eligió, mandándoles que proclamen: 'No hay Dios sino Yo: por lo tanto temedme a Mí.' (16:2)

Ellos te hacen preguntas sobre el Espíritu. Dí: 'El Espíritu está bajo las órdenes de mi Señor. Es poco el conocimiento otorgado a vosotros.' (17:86)

Así Nosotros os hemos inspirado a vosotros con el espíritu de Nuestra voluntad, cuando vosotros nada sabíais de la fe o de las escrituras, y lo hicimos una luz mediante la cual Nosotros guiamos a aquellos de Nuestros siervos que Nosotros queríamos. Tú seguramente los guiarás a un camino recto. (42:52)

…Dios ha inscripto la Fe muy en sus corazones, y los ha fortalecido con el espíritu de Su propio... (58:22).

En esa noche los ángeles y el Espíritu por la voluntad del Señor descendieron con cada decreto. (97:4)

 

 

 




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