CAPÍTULO 6 -
Libertad en Cristo
En los capítulos previos
hablamos sobre el espíritu angustiado (Is 61:3) que muchas personas tienen como
resultado de experiencias del pasado. Pueden cargar en su interior eventos
sucedidos hace muchos años, de los que no han podido librarse. Pueden haber
sido abusos sexuales, rechazo afectivo, violencia física, rechazo de los padres
antes de nacer, una experiencia traumática en el nacimiento, un grave
accidente, o haber estado en una guerra. Es posible que esas cosas todavía
sean recuerdos muy pesados y afecten sus vidas cotidianas, causando a menudo
pesadillas y produciendo temores sin razones aparentes.
(Tener mucho miedo a las alturas,
perros, ascensores, etc. también puede provenir de experiencias pasadas. En su
libro The Broken Image, Leanne Payne describe un
hombre cuyo miedo a los espacios abiertos surgió de una experiencia traumática
al nacer, cuando él casi murió sofocado, y sufrió mucho dolor físico. Mediante
la oración se pudo libar de eso.)
De manera similar, las personas
esquizofrénicas o mentalmente enfermas pertenecen a la misma categoría. Muchos
han sufrido gran cantidad de experiencias desagradables y tienen roto el
corazón. (Is 61:1).
Cuando las personas han tenido graves experiencias como esas en
el pasado, eso es motivo para orar por cada una de ellas individualmente, o
sea, de ponerse uno mismo y ponerlas a ellas en las manos de Dios. Si
tienes malos recuerdos y pesadillas molestándote, orar así puede ser muy
necesario. El siguiente pasaje describe cómo los malos recuerdos pueden
tirarnos abajo. Quizás hayas pasado por una situación similar:
Muy a
menudo, al conversar con personas que han sido profundamente heridas y que
están llenas de odio y dolor, me miraban fríamente, sin emoción en sus rostros.
Pero todo eso cambiaba cuando yo seguía interesándome en el tema y preguntaba:
“¿Cuál es tu peor recuerdo? ¿qué es lo que ronda constantemente tu mente y te
produce dolor?” Al principio titubeaban un poco, luego generalmente se
les humedecían los ojos, enseguida rodaban lágrimas por sus mejillas, y pronto
-incluso hombres fuertes y robustos- temblaban de pena y de rabia. (18)
Darle
tu vida a Dios y perdonar. Siempre el primer paso para ser libre
es rendirse ante Dios, recibir el perdón y darle la vida a Jesús. Podemos
pedirle a Jesús que venga a nuestros corazones (Juan 1:12) y entregarle nuestra
vida a Él. Puedes orar por salvación de la siguiente manera:
Señor
Jesús, vengo a ti. Te confieso que he pecado contra ti y no he vivido de
acuerdo a tu voluntad. Sin embargo, quiero apartarme de mis pecados y seguirte
con todo mi corazón. También creo que mi pecado fue pagado por medio de tu obra
redentora y yo he recibido vida eterna a través tuyo. Te doy gracias por la
salvación que me has dado. Amén.
Cuando nos rendimos y entregamos
nuestras vidas a Dios, y queremos seguir su voluntad, podemos pensar en
aquellas personas a las que todavía no hemos perdonado. Ya hemos hablado
de ello en los capítulos previos, pero si no lo has hecho aún, puedes hacerlo
ahora. Dar ese paso es importante, porque si no lo hacemos, o si no queremos
entregarle nuestra vida a Dios, ¿cómo podemos esperar que Dios nos ayude? Una
actitud equivocada fácilmente puede impedir que llegue la ayuda. Por eso
deberías confesar a Dios la amargura que sientes hacia otras personas. Cuando
hagas esa confesión, serás limpiado mediante el sacrificio de Jesús:
- (1
Jn 1:9) Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar
nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
Rompiendo
ataduras
- (Stg
4:7) Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Después de confesar tus pecados (como
odio a ti mismo, auto-compasión, pensamientos suicidas, u otros similares), y
perdonar a los otros, puedes deshacerte de toda depresión, inquietud, temor,
amargura, odio a ti mismo y a otros, y fuerzas similares, ordenándoles que se
vayan en el nombre de Jesucristo.
Si sabes que tienes lazos erróneos y sentimientos de culpa,
quizás concernientes a tus padres, puedes deshacerte de esas adicciones en el
nombre de Jesús, como si cortaras las ataduras con una tijera invisible. Cada
uno de nosotros puede pensar en áreas de su vida en las que tiene esos lazos y
ataduras con otras personas. Esas ataduras se pueden romper -por ejemplo- de la
siguiente manera:
“En el nombre de Jesucristo, ordeno a todas las fuerzas que causan
confusión, miedo, amargura, odio a mí mismo, sexo inmoral, … etc., que se vayan
y se alejen de mi alrededor. Ustedes ya no tienes ningún derecho de
atormentarme, porque he confesado mis pecados en esas áreas y ahora
Jesucristo es mi Señor.”
“Yo también me aparto a mí mismo de toda atadura que haya causado
dependencias erróneas y falsas culpas entre mí y (quien quiera que fuese).
Rompo esas ataduras en el nombre de Jesucristo.”
Entregarle
las cosas a Dios. Cuando fuere que viniesen a nuestra
mente recuerdos dolorosos del pasado, no es necesario que pensemos en
ellos y los carguemos nosotros mismos; podemos entregarlos a Jesús. Él dijo que
podemos venir a Él y darle nuestras cargas, y que Él nos hará descansar.
Podemos encontrar paz en Él:
- (1 Pedro 5:7) Echando toda vuestra ansiedad sobre
él, porque él tiene cuidado de vosotros.
- (Mt
11:28) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar.
- (Jn 14:27) La paz os dejo, mi paz os doy; yo
no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga
miedo.
- (Sal
147:3) El sana a los quebrantados de corazón, Y
venda sus heridas.
Jesús - quien sanó a personas físicamente
enfermas- también vino a curar corazones rotos, a consolar a todos los
enlutados, a ungir con aceite de alegría en lugar de lamento, dar manto de
alegría en lugar de espíritu angustiado. Así que tienes que sacudir de tu
cabeza los malos recuerdos. Puedes esperar que Jesús haga eso en ti. Confía y
verás Su milagro en tu vida.
- (Is 61:1-3, compare Lc 4:17-21) El Espíritu de Jehová el
SEÑOR está sobre mí, porque me ungió JEHOVÁ; me ha enviado a predicar
buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a
publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
2 a
proclamar el año de la buena voluntad de JEHOVÁ, y el día de venganza del Dios
nuestro; a consolar a todos los enlutados;
3 a
ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo
de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado;
y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya.
- (He 2:18) Pues en cuanto él mismo padeció siendo
tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.
- (Jn 8:36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis
verdaderamente libres.
Curación
por medio de la expiación de Jesús. La razón por la cual podemos ser
librados de nuestros recuerdos traumáticos (paz), es la obra redentora de
Jesús: Él no sólo murió para lograr que nuestros pecados fueran definitivamente
perdonados, sino también para darnos paz y restaurar la salud de nuestros
cuerpos. Nuestra liberación se llevó a cabo y nuestras heridas fueron sanadas
hace 2.000 años -no necesitamos hacer nada para merecerlo.
Al dar gracias a Jesús por
habernos redimido, también podemos darle gracias por haber tomado nuestros
malos recuerdos y enfermedades sobre sí mismo. Él fue castigado para que
nosotros pudiésemos ser libres de eso.
Dale gracias a Dios por esto,
aunque todavía no sientas nada. Es una cuestión de fe, no de emociones; se
trata de creer y confiar en lo que la Biblia dice sobre Jesús y sobre lo que Él
ha hecho para ti:
- (Is 53:4-6,10) Ciertamente llevó él
nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos
por azotado, por herido de Dios y abatido.
5 Mas
él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el
castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos
nosotros curados.
6
Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino;
mas JEHOVÁ cargó en él el pecado de todos nosotros.
10 Con
todo eso, JEHOVÁ quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando
haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos
días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.
Proceso
- (Fil
1:6) estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Al ser librados del pasado, a
menudo las oraciones pueden producir rápidos cambios. Sin embargo, la curación
también puede ser un proceso a largo plazo, igual que con nuestra
transformación personal. Generalmente, si sentimos que nuestra
vida emocional está siendo sanada, también experimentamos el poder
transformador de Dios en nuestras vidas -lo uno va junto a lo otro.
Dios puede utilizar las reacciones positivas de otros como una
herramienta. Si estamos esperando rechazo y en lugar de eso recibimos
aceptación, ciertamente favorecerá la curación de nuestra vida emocional. Los
siguientes ejemplos ilustran el impacto de las reacciones positivas de los
demás:
Paul Tournier: Estoy convencido de que nueve de cada
diez personas que acuden al psiquiatra, ni siquiera necesitan de un psiquiatra.
Necesitan alguien que los ame con el amor de Cristo (…) y estarán mejor. (19)
Cierto
grupo de estudiantes fue de gran ayuda para el crecimiento interior de Erik. El
grupo estaba compuesto por estudiantes de diferentes áreas y se reunían casi
diariamente en el café de la universidad. Había chicas y muchachos en este
grupo. En el presupuesto de Erik, el café y las media lunas eran tenidos
por lujos innecesarios, pero tampoco podía resistir siempre la tentación de
estar en buena compañía. El grupo tenía su propia mesa en el café de la
universidad. Ahí pasaban largos ratos fuera de las horas de estudio, contaban
chistes, conversaban sobre todo tipo de cosas, llegando a veces a discutir
acaloradamente sobre algún tema conflictivo. La tensión entre los géneros
sexuales dejó su marca durante ese tiempo en común; era un grupo en el que se
llevaban bien con el otro sexo.
- Este grupo redujo mis inhibiciones. Fue
un alivio ver que fui aceptado, siendo que al principio me pareció que no
encajaba en ese grupo. Quizás por primera vez en mi vida no tuve que estar
ausente mentalmente, sino que formaba parte del grupo. Experimenté lo mismo que
les pasa a muchos que hacen terapia de grupo: con la ayuda de otros comienzas
a verte a ti mismo con un enfoque diferente, a descubrir nuevas facetas de ti
mismo. (20)
Otras
áreas en liberación. A veces podemos ser impulsados por
otras experiencias negativas además del rechazo. Si hemos practicado cosas como
el espiritismo (vea Dt 18:10-12), escritura automática, clarividencia,
adivinación de la fortuna, astrología, hipnosis, curación espiritual, yoga,
meditación trascendental, o participado en ciertos movimientos no cristianos,
existen buenas razones para confesar estos pecados a Dios, apartarnos de ellos
y destruir todo objeto relacionado con ellos (Hch 19:17-19). Además, si sabes
que dentro de tu familia se han hecho estas cosas, es posible que estés atado
por ellas, o preocupado por lo que los miembros de la familia han hecho. Si ese
es el caso, también puedes traer estas cosas ante Dios, y cortar toda relación
con ellas. Puedes disociarte de esas cosas de la siguiente manera:
“Señor, Padre, perdóname por haber participado en el espiritismo (el juego
de la copa, o...). Gracias por perdonarme y limpiarme de todas las cosas malas
por medio de la sangre de Jesús, tu Hijo. Te pido también que rompas todas mis
conexiones malas con el mundo espiritual -quita toda entidad espiritual que no
sea tuya- Te pido estas cosas en el nombre de Jesucristo. Amén.”
“Satanás y todos los demonios, yo
he confesado a Dios que he practicado el espiritismo (o...). Ahora ya no tienes
ningún derecho condenatorio sobre mí, porque Dios me perdonó esas prácticas y
creencias por medio de la sangre de Jesús. Por eso: Te ordeno en el nombre de
Jesús que abandones mi espíritu, te vayas de mi entorno físico y no vuelvas
nunca más!”
“También
me aparto de todo pecado cometido por mis antepasados y parientes, tales como …
(nombra cualquier actividad que sepas). Entrego mi vida a Jesucristo, quien
ahora es mi Señor y Salvador. Ordeno a toda fuerza maligna y enemiga de Dios
que han estado tratando de arruinarme por medio de mi familia, que abandone mi
vida inmediatamente, en el nombre de Jesucristo!”
REFERENCIAS:
1. Donald
Bubna: Rohkaisun voima (ENCOURAGING PEOPLE), pág.24.
2. Leanne
Payne: Kuunteleva rukous (LISTENING PRAYER), pág.108
3. David
A. Seamands: Kristitty ja tunteet (HEALING FOR DAMAGED EMOTIONS), pág.41
4. Sven
Reichmann: Vapauteen kutsutut (KALLAD TILL FRIHET), pág.113
5. Mauri
Viksten: Ahdistuksesta avaralle
6. Sven
Reichmann: Vapauteen kutsutut (KALLAD TILL FRIHET), págs.64,69
7. Olli
Valtonen: Tänään Kalevi Lehtinen, págs.75, 76
8. Eeva
Riihonen: Syömishäiriöitä, págs.115, 130, 132, 133
9. David
Wilkerson: Itsemurha, lopullinen ratkaisu? (SUICIDE), pág.80
10. David
A. Seamands: Kasva aikuiseksi (PUTTING AWAY CHILDLISH THINGS), pág.102
11. Nicky
Cruz: Juoksu jatkuu (WHERE WERE YOU WHEN I WAS HURTING), pág.32
12. Neil
T. Anderson: Vapauttava totuus (REALIZING THE POWER OF YOUR IDENTITY IN
CHRIST), págs.181-184
13. Veikko
Lähde: Kestääkö perustus?, pág.46
14. Merlin
Carothers: Taivasta maan päälle (BRINGING HEAVEN INTO HELL), pág.32
15. Sven
Reichmann: Vapauteen kutsutut (KALLAD TILL FRIHET), pág.115
16. Atle
Roness: Uskalla olla oma itsesi (VÅG Å VAERE DEG SELV), pág.17
17. Hal
Lindsey: Maaplaneetan vapautus (THE LIBERATION OF PLANET EARTH), pág. 206
18. David
A. Seamands: Kristitty ja tunteet (HEALING FOR DAMAGED EMOTIONS), pág. 60
19. James
Bryan Smith: Rakkauden varassa (EMBRACING THE LOVE OF GOD), pág.178
20. Saara
Karppinen: Kasvun tie, Erik Ewalds, pág.68