Capítulo 7 -
Los 144.000 escogidos
Entre las enseñanzas de la Asociación de los Testigos de Jehová que seguiremos
examinando, una muy importante es la de los 144.000 escogidos, “los siervos
fieles y sabios” que también son llamados “la manada pequeña”. El número de
personas de este grupo ha sido tomado de una interpretación del Apocalipsis,
capítulos 7 y 14. Según las enseñanzas de la Asociación Atalaya, solamente esos
144.000 son los hijos de Dios, solamente ellos nacerán de nuevo, solamente ellos
son miembros del cuerpo de Cristo, y solamente ellos entrarán al cielo. Los
primeros discípulos de Jesús -los apóstoles- estarán entre ellos en este grupo:
Los miembros de la “manada pequeña” saben que Dios los ha llamado a la vida
celestial. ¿Cómo? Con la ayuda del Espíritu de Dios que está en ellos, y que
crea en ellos la esperanza de la vida celestial. El apóstol Pablo, quien
pertenece a la “manada pequeña”, escribió, “el Espíritu mismo testifica a
nuestro espíritu que somos hijos de Dios.”
… Estas
palabras escritas por Pedro indican que él entendió lo que Pablo entendió: Que
Jesús es la “piedra angular”, la “roca” sobre la cual la congregación fue
edificada. Pedro también es una de las 144.000 “piedras vivientes,” los que son
la congregación real. (Totuus joka johtaa ikuiseen elämään [The
Truth That Leads to Eternal Life], pág. 79,119)
Estas 144.000 personas han sido elegidas de todas las tribus de la tierra en el
curso de 1.900 años. El grupo de los 144.000 escogidos fue completado en 1931,
de acuerdo al anuncio del segundo presidente de la Asociación de los Testigos de
Jehová. Desde entonces nadie más puede unirse al grupo. Si uno no está entre
ellos en el grupo de los 144.000, todavía le queda una alternativa: vivir en el
paraíso terrenal con la gran multitud:
¿Sabías que en aquellos días solamente 144.000 personas que han sido escogidas
de la humanidad en el curso de 1.900 años entrarán a la vida eterna? ¿Y sabes
que la Biblia da la esperanza de la vida para siempre aquí en la tierra bajo
circunstancias justas, con todos los demás que hayan sido fieles siervos de
Dios? (Totuus joka johtaa ikuiseen elämään [The
Truth That Leads to Eternal Life], pág. 80)
De acuerdo a la Biblia, Dios limitó la cantidad de miembros de este cuerpo
gobernante, que está bajo la autoridad de Cristo, a 144.000 personas. (Ap
14:1-3). Sin embargo, Dios los ha elegido cuidadosamente. Ellos han sido tomados
“de cada nación, tribu, pueblo y linaje.” (Tosi rauha ja turvallisuus - mistä
lähteestä, pág. 68)
¿QUÉ DICE LA BIBLIA?
Al estudiar las enseñanzas de la Biblia sobre el grupo de los 144.000 y la
congregación, hallamos claras contradicciones con las enseñanzas de la
Asociación Atalaya, como las siguientes:
De las tribus de Israel. En primer lugar, en cuanto a lo que enseña la
Asociación Atalaya diciendo que este grupo de 144.000 estaría compuesto por
todas las naciones, la Biblia indica que este grupo está compuesto solamente por
nativos judíos de todas las tribus de Israel. Así, cada uno de estos 144.000
debería ser un “testigo de Jehová” judío, para que el versículo bíblico se le
pudiese aplicar a ellos. Sin embargo, ¿no es un hecho que solamente unos pocos
testigos de Jehová tienen origen judío?
- (Ap 7:4) Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil
sellados de
todas las tribus de los hijos de Israel.
Simultáneamente en la tierra. El
segundo aspecto que vale la pena destacar es que estas 144.000 personas
aparecerán simultáneamente sobre la tierra. La Asociación de los Testigos de
Jehová enseña que los 144.000 son escogidos de la humanidad a lo largo de 1.900
años, pero esto no puede ser cierto, porque la Biblia claramente declara que
estas 144.000 personas están en la tierra en un mismo lugar y en determinado
momento. Todos son sellados juntos:
- (Ap 7:1-4) Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos
de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase
viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
2 Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del
Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado
el poder de hacer daño a la tierra y al mar,
3 diciendo: No
hagáis daño a la tierra, ni al mar,
ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de
nuestro Dios.
4 Y
oí el número de los
sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de
todas las tribus de los hijos de Israel.
Eventos futuros. Algo
importante a tener en cuenta es la fecha en la que fue escrito el Apocalipsis.
Generalmente se considera que fue alrededor del año 90 D.C.
Si tomamos esto en consideración, es más bien imposible que los primeros
Apóstoles pudiesen haber formado parte de este grupo de 144.000. Con certeza, no
puede ser cierto, porque, por ejemplo, Pedro y Pablo ya habían muerto veinte
años antes de esto.
Además, todo el Apocalipsis es una descripción de eventos futuros “que deben
suceder pronto.” (Ap 1:1). Sucederá en el tiempo específico de tribulación que
aún está en el futuro. El apóstol, que ha muerto y se ha ido con Dios, no puede
en base a esto- experimentarlo y pertenecer al grupo de 144.000.
Completando el número. Con
respecto a la recolección de las 144.000 personas, según las enseñanzas de la
Asociación de los Testigos de Jehová ese número se completó en el año 1922; pero
más tarde la Asociación de los Testigos de Jeová cambió esta fecha a 1931,
cuando tuvo su conferencia en Columbus, Ohio.
Sin embargo, podemos preguntarnos, ¿cómo el sr. Ruthefort, el segundo presidente
de la Asociación de los Testigos de Jehová, y otros, pudieron saber cuando se
completó ese número? Si este grupo de 144.000 personas incluye personas que
vivieron a lo largo de 1.900 años (lo
cual ya fue señalado como imposible porque el grupo de 144.000 personas debe
estar vivo sobre la tierra en determinado tiempo), ¿cómo
podría alguien viviendo en los años 1900 verificar el número de personas salvas?
Existe solamente una explicación: que el término de la recolección de esa
cantidad de personas se basa en la imaginación de Rutheford y sus seguidores de
la Sociedad de los Testigos de Jehová.
Además, si del grupo de los 144.000 solamente 100.000 estaban vivos al comienzo
de los años 1900 -de acuerdo a la Sociedad Atalaya- ¿no habrían quedado bien
pocos lugares en el cielo disponibles para los cristianos del primer siglo y de
los otros? ¿Cómo podría existir semejante desequilibrio? Solamente por oír el
sermón de Pedro, 3.000 personas fueron salvas en un día durante el primer siglo.
Se supone que ellas están en el cielo:
- (Hch 2:41) Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se
añadieron aquel día como tres mil personas.
¿El número de salvos en la congregación se limita a 144.000? En
cuanto al número de personas que son salvas, adoptadas por Dios, y
pertenecientes al cuerpo de Cristo y a su congregación -solamente 144.000 según
lo que dice la Asociación de los Testigos de Jehová- no podemos encontrar ningún
versículo de la Biblia que respalde esto. Tampoco podemos encontrar ninguno
diciendo que la Biblia habría sido escrita solamente para 144.000 personas.
Al contrario, la Biblia nos enseña que la salvación y el nacer de nuevo son para
todo aquel que se vuelve a Dios en el nombre de Cristo. El número no ha sido
limitado:
- (1 Ti 2:3-4) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro
Salvador,
4 el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y
vengan al conocimiento de la verdad.
- (Juan 3:16-17) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que
ha dado a su Hijo unigénito, para que todo
aquel que
en él cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que
el mundo sea salvo por él.
- (Juan 1:12) Mas
a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de
ser hechos hijos de Dios.
- (Ap 21:6) Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el
fin. Al
que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
- (Ap 22:17) Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y
el que tiene sed, venga; y el
que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente.