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Textos de Jari Iivanainen
¿Podemos confiar en el criticismo bíblico?






Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)
















Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)






 

CAPÍTULO 5 -

La forma de adivinar

 

 

 

Algunos investigadores liberales suelen sostener que se hallaron nuevas evidencias, información importante, que está en conflicto con la visión dada por Jesús en la Biblia, y que la anula. Se dice que el Evangelio de Tomás, el Evangelio Secreto de Marcos, el Evangelio de Pedro y especialmente la así llamada “Fuente Q” anulan la imagen de Jesús que brinda el Nuevo Testamento.

   Sin embargo, deberíamos investigar estas fuentes y su confiabilidad. Veremos que hay numerosos problemas con esta evidencia. Estudiaremos algunas de ellas abajo:

 

Hallazgos de las fuentes. Esto es lo que se sabe sobre cómo fueron encontrados los cuatro textos mencionados arriba:

 

- La fuente Q nunca fue hallada. Está basada en una mera hipótesis, y se supone que existió. Sin embargo, más y más investigadores incluso dudan que haya existido.

 

- El Evangelio Secreto de Marcos está basado en la afirmación de Morton Smith de que él encontró una carta de Clemente de Alejandría (Aprox. 150 – 215 D.C.)

    El problema es que nadie jamás ni siquiera ha visto el Evangelio Secreto de Marcos. Otro problema es que nadie jamás ni siquiera ha visto la arriba menciona carta de Clemente; ¡desapareció misteriosamente del monasterio en el cual Morton Smith dice haberla encontrado!

 

- El Evangelio de Tomás generalmente nunca ha sido reconocido o aceptado. Precisamente, recién  fue hallado hace poco más de cincuenta años y la mayoría de los investigadores lo fecha  en la mitad del segundo siglo. Esta versión incluye evidentes características gnósticas (por ejemplo, una mujer tiene que convertirse en hombre para poder entrar al reino de los cielos), y también hay algunas conocidas palabras dichas por Jesús que encontramos en los Evangelios, pero no hay razones para pensar que no son más que meras citas de los Evangelios del Nuevo Testamento.

   De hecho ni siquiera puede considerarse efectivamente como un evangelio, porque no dice cuando y en qué casos fueron dichas las palabras. Sólo incluye expresiones separadas sin un marco histórico de referencia.

 

- El Evangelio de Pedro tiene parecidos con los mitos y fue hallado recientemente, hace poco más de cien años atrás.

 

Semejante a los mitos . Muchos de los libros apócrifos que fueron mencionados arriba guardan parecido con los mitos.

   El Evangelio de Pedro que fuera mencionado arriba, por ejemplo, contiene un Jesús que no sufrió dolor en la cruz. Cuando salió de la tumba, ¡había dos hombres con él cuyas cabezas casi llegaban al cielo, y la cabeza de Cristo alcanzó hasta arriba en el cielo! Además de esto, ¡una cruz que hablaba salió de la tumba detrás de ellos!

   En el Evangelio de Tomás se dice como el niño Jesús jugaba y creaba gorriones con vida del barro, y como al aprender carpintería alargaba la madera como si fuera goma, y otros trucos sin ningún propósito en mente. La lista podría seguir y seguir.

   J. B. Phillips, en su libro "Ring of truth: A Translator's Testimony" (1967, p.95), escribió que estos textos que fueron dejados fuera del Nuevo Testamento están basado en la magia y mistificación, mitos e imaginación:

 

“Debo admirar su visión. Obviamente, la mayoría de la gente no ha tenido la chance de leer ‘evangelios’ y ‘cartas’ apócrifos, aunque todos los investigadores los han leído. Sólo puedo afirmar que en estos textos nos movemos al mundo de la magia y mistificación, mitos e imaginación. Cuando estaba traduciendo el Nuevo Testamento, nunca experimenté ese mundo fantástico de brujería y poderes mágicos que irradian esos libros que fueron dejados fuera del Nuevo Testamento. Precisamente es esa fe realista de los escritores del Nuevo Testamento lo que me convenció de que sus escritos son genuinos.” (17)

 

La antigüedad del texto. Además de que los libros apócrifos se parezcan a mitos basados en la imaginación, también está el hecho que generalmente se ha considerado que fueron escritos en los siglos 2 y 3 D.C. o incluso en una fecha posterior a esa. De modo que fueron escritos mucho tiempo después del acontecimiento de los hechos y también carecen de las descripciones de testigos oculares y la exactitud geográfica y otros detalles que también aparecen seguido en el Nuevo Testamento. Esas cualidades están completamente ausentes de estos escritos de un período posterior en el tiempo.

 




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