CAPÍTULO 3 -
¿Reencarnación
o vida eterna?
¿ENSEñA LA BIBLIA SOBRE LA
REENCARNACIÓN? Si has leído libros sobre
la reencarnación, es posible que te hayas encontrado con la idea de que la
Biblia también enseña sobre la reencarnación, o que en cierto momento fue
quitada de la Biblia, posiblemente en el año 553 durante el concilio de
Constantinopla.
Pero, ¿es
eso verdad, o no? La analizaremos a la luz de la siguiente información:
Concilio de Constantinopla
año 553. En primer lugar, la idea de que la doctrina de la reencarnación fue
borrada de la Biblia por el Concilio de Constantinopla en el año 553 no es
verdad. En realidad, allí no se trató el tema de la reencarnación; consideraron
la existencia previa del alma de acuerdo a las representaciones de Orígenes. En
este concilio se rechazó esa idea.
Entonces,
la reencarnación no fue quitada de la Biblia, porque nunca estuvo allí. Además,
Origen en persona rechazó la doctrina de la reencarnación, igual como ya se
había rechazado la reencarnación antes que él en varias resoluciones de la
iglesia. En su comentario del Evangelio de Mateo, él comenta sobre la relación
entre Juan el Bautista y el profeta Elías (por favor, ver un par de párrafos
más abajo), pero dice que eso no tiene nada que ver con la reencarnación, “la
cual es una doctrina extraña para la iglesia de Dios y no viene de los
apóstoles ni aparece en ningún lugar en la Biblia.”
Hallazgos de manuscritos. La suposición de
que la reencarnación fue quitada de la Biblia en el concilio de Constantinopla
en el 553 tampoco tiene fundamento, porque los manuscritos de la Biblia que son
anteriores a esa fecha no demuestran que la Biblia hubiera sido cambiada.
Con
respecto a los manuscritos, entre los años 100 y 400 D.C. fueron encontrados
más de 24.000 en griego y otras versiones antiguas. Este número es inmenso si
pensamos en la cantidad de manuscritos antiguos de la Ilíada, la segunda obra
literaria con más manuscritos antiguos, y que tiene solamente 643 documentos
preservados. La diferencia es casi 40 veces más.
Por el
contrario, estos manuscritos demuestran que la Biblia ha sido preservada en su
forma actual, un hecho que no respalda la reencarnación.
Cabe
destacar que muchos versículos del Nuevo Testamento pueden ser reconstruidos de
extractos que fueron preservados por concilios de la iglesia abarcando 300 años
desde la muerte de Jesús. De acuerdo con una investigación realizada por el
Museo Británico, existen aproximadamente 89.000 párrafos sacados del Nuevo
Testamento incorporados en los escritos de la iglesia primitiva. La figura es
digna de atención, como el reflejo de la importancia del Nuevo Testamento
durante los primeros años de la iglesia. Estas citas también indican que el
Nuevo Testamento ha sido preservado en su forma actual, y el mismo no respalda
la reencarnación.
Juan el bautista y Elías. Algo que
muchos místicos orientales y miembros del movimiento de la Nueva Era citan a
menudo son las palabras de Jesús diciendo que Juan el Bautista era Elías (Mateo
11:11-14 y Marcos 9:11-13). Piensan que esto es un respaldo o evidencia de
la reencarnación.
Sin embargo, Lucas 1:17 indica que Juan el Bautista andaría
delante del Señor, en el espíritu y poder de Elías. En otras palabras, tendría
el mismo ungimiento del Espíritu Santo como Elías, su predecesor en el Antiguo
Testamento, pero él era completamente otra persona.
Además, la
prueba más clara de que Juan el Bautista no era Elías son sus propias palabras
negándolo. Ciertamente, Juan sabía mejor que nadie quién era él, porque dijo:
- (Juan 1:21) Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres
tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
Morir
solo una vez. Si miramos las enseñanzas generales
de la Biblia, vemos que tampoco apoyan la reencarnación. Es posible hallar
decenas o realmente cientos de versículos referidos al hecho que podemos ser
salvos solamente por gracia por medio de Jesús, y que podemos recibir perdón de
nuestros pecados ahora, inmediatamente. (Ef 2:8-9 Porque por gracia
sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de
Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.) Esto claramente contradice
la doctrina de la reencarnación, según la cual la gente trata de salvarse a sí
misma poco a poco a lo largo de muchas vidas y mediante el desarrollo gradual.
También es significativo que al referirse a la posibilidad de
que la vida continúe después de la muerte, la Biblia no enseña que reencarnamos
en un nuevo cuerpo, sino que hemos de enfrentar el juicio de Dios, la
condenación eterna o la entrada al cielo. Esto excluye completamente la
doctrina de la reencarnación. Luego de la muerte enfrentamos el juicio, una
vez.
- (He 9:27) Y de la manera que está
establecido para los hombres que mueran una
sola vez, y después de esto el juicio.
- (2 Co 5:10) Porque es necesario
que todos nosotros comparezcamos ante el
tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o
sea malo.
¿EN QUÉ SE PARECEN LA
VISIÓN ORIENTAL Y LA VISIÓN BÍBLICA? Cabe destacar que en las visiones orientales y bíblicas
hay muchas similitudes en el área de nuestra responsabilidad. En los países
occidentales la gente critica la condenación, pero en la visión oriental
precisamente incluye esta noción, y enseña que somos responsables de nuestras
acciones. Aparece en los siguientes pasajes:
Siembra
y cosecha. Si comenzamos viendo qué importancia se le da en las
religiones orientales a nuestra responsabilidad, la doctrina de la
reencarnación y del karma incluyen nuestra obligación de hacer el bien y el pago
por nuestros malos actos. A pesar de que algunas personas comúnmente niegan el
concepto de que enfrentaremos juicio y condenación, la doctrina original de la
reencarnación incluye precisamente la misma premisa de que cosechamos lo que
hemos sembrado y pagamos por el mal que hemos hecho.
Este
principio de sembrar y cosechar está claramente mencionado en el libro Kuolemaa
ei ole de Rauni-Leena Luukanen, donde la supuesta “abuela” del autor hace
de intermediaria de un mensaje del más allá por medio de la escritura
automática. Esta cita (pág. 186) se
refiere al principio de que somos responsables por nuestras acciones y
cosecharemos lo que hemos sembrado:
Una enseñanza importante es
esta: Uno cosecha lo que siembra. Somos responsables de todo lo que hemos
hecho. (…) La gente generalmente no entiende la importancia de la ley del
karma.
La enseñanza del Nuevo Testamento es muy similar:
cosecharemos lo que hemos sembrado; el juicio se hará en base a nuestras
acciones, como lo reflejan los siguientes versículos:
- (Gá 6:7) ... todo lo que el
hombre sembrare, eso también segará.
- (Col 3:25) Mas el que hace injusticia, recibirá la
injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas.
- (Ap 20:12-15) Y vi a los muertos,
grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro
libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los
muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.
13 Y el mar entregó los muertos que
había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y
fueron juzgados cada uno según sus obras.
14 Y la muerte y el Hades fueron
lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.
15 Y el que no se halló inscrito
en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
La visión sobre la
condenación. En cuanto a nuestra responsabilidad y la necesidad de que
los malhechores sean castigados, deberíamos notar que las referencias al juicio
no están restringidas al pasaje arriba mencionado y a los libros sobre
reencarnación. Esta visión es común en el mundo; muchas religiones están
parcialmente fundamentadas sobre el reconocimiento del infierno y de las malas
consecuencias que vendrán de nuestras malas acciones. Por ejemplo, el islam y
el judaísmo en general creen en el infierno, pero el budismo también tiene una
idea de éste. La siguiente cita habla sobre eso:
Mis estudiantes generalmente tienen la opinión de que
solamente la gente buena puede ir al Paraíso, y las personas malas tienen que
ir al infierno. El budismo japonés enseña la existencia de sendos “lugares”, y
no tienen miedo de usar la palabra “infierno” en el lenguaje religioso local.
Yo trato de que los niños vean que son ellos mismos los que han hecho cosas
malas.” (6)
Eternidad. La tercera cosa
digna de mencionar es que cuando se trata de nuestra responsabilidad y del
juicio eterno, la doctrina oriental de la reencarnación – en la que creen, por
ejemplo, muchos miembros del movimiento de la Nueva Era - puede conducir a
resultados muy similares.
Porque si un criminal (una persona como Hitler, por ejemplo)
continúa con sus crímenes y no cambia la dirección de su vida, él tiene que
pagar por eso continuamente en su próxima vida debido a la ley del karma.
También el castigo para los malhechores en cierto sentido es eterno si ellos no
cambian sus vidas – esto al menos es posible en la doctrina de la
reencarnación, y por ello este punto de vista, en principio, difiere en cierto
sentido de la condenación eterna mencionada en la Biblia.
Además, la
visión de la eternidad y el juicio también aparece en la religión popular
china. Ellos creen que el castigo para determinadas personas, especialmente los
asesinos, es eterno. Ellos ni siquiera tienen la posibilidad de reencarnar,
como nos lo dice la siguiente cita:
La religión popular china incluye una idea de
reencarnación. (…) El asesino nunca nacerá de nuevo sobre la tierra. Sufrirá su
castigo eternamente. En cambio, si un hombre ha sido una persona extremadamente
buena en su vida previa, se librará del círculo de la reencarnación y se mudará
a los cielos occidentales donde se convertirá en Buda. (7)
¡EL
JUICIO HA SIDO QUITADO! En cuanto a la enseñanza de la biblia con respecto a si
vamos a enfrentar el juicio por nuestras obras, la buena noticia es que podemos
ser completamente libres del juicio y de la condenación por medio de Cristo.
Esto es así porque Cristo no vino al mundo a condenar a la gente, sino para
salvarla. Él vino para salvar a las personas, de modo que todos puedan
relacionarse amistosamente con Dios y no tengan que ir al infierno. Los siguientes versículos bíblicos se
refieren a este importante asunto:
- (Juan 3:17) Porque no envió
Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea
salvo por él.
- (Juan 12:47) Al que oye mis
palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque
no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo.
- (Juan 5:24) De cierto, de cierto
os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y
no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
- (Ro 8:1) Ahora, pues, ninguna
condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a
la carne, sino conforme al Espíritu.
Así, la mejor que puedes hacer es
volverte a Jesucristo, por medio de quien se ha quitado el juicio. Solamente en
Él y creyendo en Él puedes tener vida eterna y ser libre de la condenación.
Considera estos versículos que enseñan sobre este importante tema:
- (Juan 5:40) Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
- (Juan 6:35) Jesús les dijo: Yo soy
el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí
cree, no tendrá sed jamás.
- (Mt 11:28-30) Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi
carga.
- (Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
- (Juan 6:68,69) Le respondió Simón
Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida
eterna.
69 Y nosotros hemos creído y
conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
REFERENCIAS:
1. Cita de (Reincarnation), Mark Albrecht, pág. 123
2. Toivo Koskikallio, Kullattu Buddha, pág.
105-108
3. Cita de (Reincarnation), Mark Albrecht, pág. 79
4. Idem pág. 89
5. Idem pág. 14
6. Mailis Janatuinen, Tapahtui Tamashimassa,
pág. 53
7. Olavi Vuori, Hyvät henget ja pahat, págs.
82,83