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El Bautismo del Espíritu Santo

 

 

Capítulo 1 -
¿Es necesario el bautismo del Espíritu Santo?  

  

 

Al preguntarnos si el bautismo del Espíritu Santo es necesario, en realidad podemos contestar esta pregunta de una manera solamente.

   Debe ser necesario, porque los Apóstoles, aunque habían estado tres años con Jesús recibiendo la mejor enseñanza y viendo milagros con sus propios ojos, no estaban listos, a pesar de haber experimentado todo eso. No, no es que les faltase entrenamiento: primero debían esperar ser revestidos con poder de lo alto. No debían abandonar Jerusalén antes de eso porque si no sus ministerios habrían sido estériles.

   Así, los apóstoles necesitaban este don aunque tenían semejante fundamento. Y la gente de hoy día no es mejor que ellos – en realidad, todo lo contrario. Si ellos necesitaron esa experiencia, ciertamente es lo mismo con nosotros:

                                                               

- (Lc 24:49) He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros, pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.

 

- (Hch 1:6-8) Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y Jesús les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos y las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

 

El segundo ejemplo es Jesús. Cuando Él estuvo aquí en la tierra, fue importante que recibiera la unción del Espíritu Santo para su misión. Él no actuó según su divinidad, aunque hubiera podido hacerlo. Pero era en todo semejante al resto de los seres humanos y necesitaba la unción del Espíritu Santo. Si Él necesitó ese don cuando estuvo en la tierra, mucho más lo necesitamos nosotros:

 

- (Fil 2:5-7) Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.

 

Cuando Jesús comenzó su ministerio él tenía unos treinta años de edad, y entonces fue ungido de la siguiente manera:

 

- (Lc 3:21-23) Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti tengo complacencia. Jesús mismo, al comenzar su ministerio, era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí.

 

- (Lc 4:14,17-19) Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor. Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos. … Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos;  a predicar el año agradable del Señor.

 

- (Hch 10:38) Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste estuvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)

 

 

  

 

Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)