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¿Por qué se rechaza la gracia?
La idea en este texto es analizar actitudes y puntos de vista que la gente pueda tener contra Dios y la fe cristiana y por qué los rechazan. El hecho es que casi cada persona tiene muchas objeciones e ideas que generalmente parecen inteligentes, y por medio de ellas rechazan toda conversación sobre la fe cristiana y la conversión a Dios. Pensamientos sobre la ciencia, la maldad en el mundo, la condenación y las fallas de la iglesia – todos estos temas serán analizados a continuación - son objeciones que la gente hace generalmente. Rechazar el mensaje de esta manera tampoco es algo nuevo. Podemos ver en la Biblia que la gente tenía objeciones similares durante la época de los apóstoles, y podemos ver cómo rechazaron el llamado de Dios a la salvación y la posibilidad de una nueva vida. Es de esperar que eso no suceda en la vida de ninguno de vosotros que leéis esto:
- (Hch 17:17,18) Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían. 18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.
- (Hch 13:45,46) Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando. 46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.
1. "creo en la ciencia"
En primer lugar, el abordaje y punto de vista científico es una razón por la que muchos le dan la espalda a Dios y a la fe cristiana. El hecho es que el mundo moderno se aferra fuertemente a la objetividad y ha adoptado la apariencia correspondiente a la ciencia natural. En otras palabras, todos quieren creer que son razonables y sensibles, y que su visión es imparcial, desapasionada y basada en hechos. Sin dudas nadie quiere aparecer como un fanático religioso o, por ejemplo, un fundamentalista, nombre que algunos periódicos y editores usan con placer (muchos amontonan toda religiosidad y al islam dentro de ese grupo). Casi todos prefieren separar ciencia y religión y quiere estar libre de todos los prejuicios y favoritismos:
En resumen, quisiera que la gente pensara específicamente. Generalmente parece como si la mayoría de la gente tratara de manejarse pensando tan poco como fuere posible. (…) Lo más importante de una manera científica de pensar es libertad de prejuicios, favoritismos y aficiones. La meta de un científico siempre es la verdad, sin importar lo incómoda que fuere ni cuánta confusión pudiese causar a aquellos cuyas creencias erradas pondría en evidencia. (1)
Entonces cambié el método y enseñé la naturaleza real de la ciencia –lo que ésta puede y no puede hacer. Examinamos en detalle las limitaciones que tuvieron los científicos al investigar el pasado. Se les dijo a los estudiantes que todos los científicos tienen preconceptos (creencias) que utilizan al examinar evidencia. Les dije sobre mi creencia en la Biblia, en cuanto a la creación, la caída, el diluvio y otros temas, y cómo se pueden construir modelos científicos basados en estos temas. Les mostré cómo la evidencia combina lógicamente con el modelo creacionista y no con el modelo evolucionista. Comencé a usar un abordaje basado en preconceptos. La diferencia fue enorme. Cuando los estudiantes fueron a otros cursos y los profesores trataron de interpretar la evidencia nuevamente, los estudiantes fueron capaces de reconocer las presuposiciones usadas por los maestros. Pudieron darse cuenta de cómo las creencias de los profesores influían sus actitudes hacia la evidencia. La cuestión sobre el origen era algo aparte de la evidencia científica. Esto confundió a algunos profesores al punto que una mujer vino a verme y declaró, irritada, que yo había destruido su credibilidad. Ella había enseñado que el carbón se ha formado del lodo en el transcurso de millones de años, aunque yo les había dicho a los estudiantes que había diferentes teorías sobre su formación. Como esta profesora no le había hablado a los estudiantes sobre las limitaciones de la ciencia, y solo había enseñado su teoría del lodo como un hecho, su credibilidad colapsó ante la opinión de los estudiantes. El motivo de su enojo era que su credibilidad ya no podía ser restaurada nuevamente y ella lo sabía. Y así reaccionaron los estudiantes. Yo apelo a todos los que tienen la posibilidad de enseñar sobre la creación y la evolución. Examinen cuidadosamente sus métodos de enseñanza. Asegúrense de que los estudiantes comprendan todo el espectro filosófico, o en otras palabras, las suposiciones y los preconceptos utilizados. El resultado de esto será que los estudiantes no sólo comprenderán mejor esta cuestión, sino que también llegarán a ser mejores pensadores y científicos. (2)
Recuerdo cómo un joven dijo en un seminario, “no puedo creer en la creación, yo creo en el big bang. Somos el resultado del azar y la casualidad. Dios no existe. ¿Qué me dice de esto?” Yo contesté, “bueno, si somos el resultado de la casualidad, entonces también tu cerebro es producto de la casualidad. Por eso, tu manera de pensar que determina tu lógica también es el resultado de la casualidad. Si tu lógica es el resultado de una serie ocasional de hechos, no puedes estar seguro de que se haya desarrollado en la dirección correcta. Ni siquiera puedes estar seguro de estar haciendo las preguntas correctas porque no puedes confiar en tu propia lógica.” Él se quedó sin palabras. Más tarde vino a mí y me preguntó sobre el mejor libro sobre este tema, diciendo que pensaría seriamente sobre este asunto. Había comenzado a entender que sin un absoluto (Dios) nada podría existir. (3)
La decepción con el cristianismo y sus representantes es una razón por la que la gente rechaza la fe en Dios. Esto puede deberse a la decepción con alguna persona cercana o con la iglesia y “la religión de mente estrecha.” Por eso, muchos no pueden entablar ninguna conversación sobre la fe y Dios, sino que la rechazan tajantemente y se rebelan contra ella. En cuanto a las imperfecciones de los miembros de la iglesia, es cierto que existen. Es verdad que solo unas pocas personas son buenos ejemplos, y aún menos pueden decir con Pablo, “sed imitadores de mí, como yo de Cristo.” (1 Co 11:1). De la misma manera, la religión puede ser de tales características que no incluya vida espiritual, sino pura hipocresía. Ya se luchaba contra ese tipo de religión durante la formación de la iglesia primitiva; Juan el bautista les dijo a ciertas personas:
- (Mt 3:7-9) Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera? 8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, 9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
Cuando se señalan las fallas de la Iglesia y las malas acciones realizadas en el nombre de Dios a través de los siglos, uno debería recordar lo que enseñaron Jesús y los primeros discípulos. Si prestamos atención a sus indicaciones veremos que “los injustos no heredarán el reino de Dios”, y que Jesús nunca reconoció a estos malvados. También Pablo predijo que después de su partida habría un tipo de conducta similar. Enseñó que vendrían lobos salvajes que no tendría compasión del rebaño. Esto significa que no todas las personas que aparecen en el nombre de Dios y Jesús le pertenecen, a pesar de sus pretensiones. (Como dijo Pablo todas en Tito 1:16, “profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan.”). Jesús dijo sobre los falsos profetas: “Por sus frutos los conoceréis.” (Mt 7:16), y esto ciertamente vale para todas las personas:
- (Hch 20:29-31) Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. 30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. 31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.
- (Mt 7:21-23) No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? 23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.
- (1 Co 6:9) ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis...
Conviene notar que aunque alguien se haya convertido a Dios, todavía puede haber un montón de deficiencias en su vida. Además, las personas tienen diferentes niveles. Los corintios son un buen ejemplo; en sus cartas Pablo los describe como siendo todavía niños en Cristo, por cuanto los celos, las peleas y otras impurezas estaban causando una conducta problemática. Por el contrario, Pablo les dice a otros, “sed imitadores de mí, como yo de Cristo.” (1 Co 1:11), y “hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” (Fil 3:17):
- (1 Co 3:1-3) De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. 2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, 3 porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?
Responsabilidad solamente por uno mismo. Cuando alguien señala los errores cometidos por la Iglesia en el pasado, debería notar que cada uno es responsable solamente por sus propias acciones, no por las acciones de otros. A pesar de que se hicieron muchas cosas malas, eso no significa que podemos usar los errores de los demás para justificar nuestra propia mala conducta. Cuando ponemos en primer lugar nuestra propia vida en orden, entonces estamos sacando “la viga” de nuestro propia ojo (Mt 7:5 “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”). Hacer eso requiere un gran esfuerzo:
- (Juan 21:21,22) Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste? 22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.
- (Ro 14:12) De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.
- (Ro 2:6) el cual pagará a cada uno conforme a sus obras.
- (Ap 20:12-15) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. 13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras. 14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.
La influencia de Dios en la sociedad. La gente critica al así llamado Cristianismo, generalmente con razones valederas, como se dijo arriba. Esas acusaciones no carecen de fundamento. Sin embargo, es importante ver que cuando Dios influye en la sociedad de una manera más poderosa, la vida de muchas personas cambia. La respuesta al llamado de Dios no crea una sociedad tipo “gran hermano” (de lo cual hay buenos ejemplos en la historia), pero puede crear cambios internos en un grupo grande. Los que defienden el mal pueden pensar diferentemente. El siguiente pasaje describe semejante conducta. La descripción viene del siglo 19:
He dicho que la situación moral cambió grandemente por medio de este avivamiento. La ciudad era nueva, económicamente próspera y emprendedora, pero llena de pecado. La población era especialmente inteligente y ambiciosa, pero a medida que el avivamiento se extendía por la ciudad atrayendo grandes multitudes de la gente más notable, hombres y mujeres, a la conversión, sucedió un cambio muy maravilloso respecto al orden, la paz y la moralidad. Tuve una conversación con un abogado muchos años más tarde. Él había sido convertido en este avivamiento y era un procurador general en casos criminales. Debido a su oficio, estaba muy familiarizado con las estadísticas criminales. Él dijo con respecto al tiempo del avivamiento, “he examinado documentos de la ley sobre el crimen y me he enterado de un hecho sorprendente: aunque nuestra ciudad ha crecido y es tres veces más grande que cuando hubo el avivamiento, no ha habido ni un tercio de las denuncias que había antes. El avivamiento ha tenido semejante efecto milagroso en nuestra ciudad.” (…) (...) Tanto la oposición pública como la personal fueron gradualmente abatidas. En Rochester yo no sabía nada sobre esto. La salvación tuvo su propia gran visitación, los avivamientos fueron tan poderosos y se difundieron tan ampliamente, y la gente tuvo tiempo de informarse sobre los mismos y los resultados de ellos a tal punto, que temieron oponerse como antes. Los pastores también los entendieron mejor, y los malvados se convencieron de que era obra de Dios. Esta idea se hizo casi común, porque la naturaleza auténtica de las conversiones era tan clara, tan verdaderamente transformados en “nuevas criaturas” eran los conversos, tan completos los cambios ocurridos, tanto en los individuos como en la sociedad, y tan permanentes e innegables eran los frutos. (4)
Cuando se justifica una actitud negativa en asuntos espirituales, una razón,
además de las fallas de las iglesias, es la maldad en el mundo. Se dice que no
es posible que exista Dios porque hay demasiado mal y sufrimiento en el mundo,
y porque no existe justicia. A muchas personas les resulta difícil reconciliar
estas cosas con la existencia y el amor de Dios, como lo indica la siguiente
cita:
Pero esto es solamente parte de un problema mayor. Se me hace difícil adherir
a la idea sobre un Dios de amor. El problema no es solo la maldad en la
iglesia, sino el mal que hay en todo el mundo. Si Dios creó el mundo y si Él
tiene cuidado de éste, ¿por qué hay tanta crueldad y sufrimiento en el mundo?
En su carta usted contestó que Dios no puede ser responsabilizado por eso,
porque Él ha dado al hombre libertad para elegir entre el bien y el mal. Pero
creo que esta cuestión no puede ser dejada de lado tan fácilmente. Cuando el
hombre, en su libertad de elegir, elige mal y como resultado de ello personas
inocentes tienen que padecer penurias y sufrimientos, definitivamente ¡Dios no
puede ser un Dios amoroso, como usted sostiene! (5)
Sin embargo, si analizamos este tema vemos que demuestra la veracidad de lo
que dice la Biblia. En los primeros libros de la Biblia se nos dice que todo
comenzó con la caída del hombre y la entrada del pecado en el mundo, y así es
realmente. Originalmente el hombre vivía en maravillosa armonía con todo, pero
la situación cambió después de que él decidiera desobedecer la voluntad de
Dios. La mente del hombre se oscureció, y su voluntad se rindió ante el mal, y
perdió la paz. La relación del hombre con Dios también se corrompió, y el
pecado y la muerte entraron en el mundo, como se declara en la carta a los
Romanos. Es difícil negar que estemos en la condición descripta en la Biblia:
- (Ro
5:12) Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre,
y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto
todos pecaron.
Nuestra caída es real y puede ser vista en el mundo. Se nota en nuestras malas
acciones, sufrimientos, egoísmo y muerte – todas consecuencias de nuestra
caída. Las masacres de Auschwitz y Rwanda ciertamente no podrían haber
sucedido si el mundo no estuviese bajo el control del maligno (1 Juan 5:19).
Necesitamos la policía y las fuerzas armadas porque no podemos confiar en la
bondad de nuestro semejante. Esas cosas terribles que hacemos no se deben a
una crianza equivocada o al ambiente malo; son el reflejo del mal que vive
dentro nuestro. La evidencia concreta es tan grande, que nadie podría negarla:
- “El profesor Joad era un oponente inteligente y con un pensamiento ágil y
agudo,” el pastor lo interrumpió. “Yo recuerdo, cuando estuve en Inglaterra, que un
vicario predicó sobre el tema: ‘Dios, el diablo y el profesor C. E. Joad’.”
Todos se largaron a reír.
Miguel continuó su discurso:
- El profesor Joad era de la opinión que la naturaleza humana no tiene
defectos mayores, que no puedan ser mejorados con más civilización, mejores
posibilidades y un entorno mejor.
Entonces vino la guerra. Cuando Joad contempló la ruina y la miseria
causada por la destrucción, llegó a la conclusión de que esos eventos y
también la historia son un extenso registro de la crueldad del hombre con sus
semejantes. Se dio cuenta que los teólogos tienen un punto de vista en común,
que los filósofos no enfatizan, o sea, que existe alguna falla en la
naturaleza humana, y que esa falla puede ser llamada pecado original.
Partiendo desde este punto, Joad progresó del pecado hacia la necesidad de
salvación, y de un Salvador hacia Dios, quien envió a ese Salvador para pagar
los pecados de la gente. Joad vivió una conversión intelectual al
cristianismo, y se hizo miembro de la Iglesia Anglicana. “Civilización más
avanzada, mejores condiciones y mejor entorno” dijo finalmente, “no han
producido una sociedad mejor ni siquiera hoy en día, como lo indican las
crecientes estadísticas criminales en los países desarrollados.” (6)
La voluntad de dios y de los hombres. Cuando
Jesús vivió en la tierra enseñó el Padrenuestro a sus discípulos. Una de las
cosas que Jesús enseñó a sus discípulos a pedir a Dios fue que Su voluntad se
hiciera en la tierra. Él aconsejó a sus discípulos a orar por esto porque era
el plan de Dios y porque por ahora Su voluntad se hace perfectamente solamente
en el cielo:
- (Mt
6:10) Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en
la tierra.
Esto sugiere una de las mayores razones detrás de la existencia de
sufrimientos en el mundo. Aquí en el mundo la que se lleva a cabo no es la
voluntad de Dios, sino la voluntad del hombre! No hay maldad ni sufrimiento en
el cielo – eso existe en la tierra debido a la voluntad del hombre. Acá la
gente elige servir a la maldad y practicar el mal en lugar de eliminar al mal
del mundo. Si tan solo amásemos a nuestros enemigos (como enseñó Jesús en el
sermón del monte), y nos arrepintiésemos (como enseñaron Juan el bautista,
Jesús y los apóstoles), entonces la tierra sería un lugar mucho mejor. Sin
embargo, elegimos odiar a nuestros enemigos y obstinadamente rehusamos
arrepentirnos, de modo que el mundo no puede ser mejor de lo que es ahora. No
servimos a la voluntad de Dios, y no le dejamos entrar a nuestras vidas, ni
siempre queremos ser mejores personas:
- (Mt
3:1,2) En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de
Judea,
2 y
diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.
- (Hch
26:19,20) Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,
20 sino
que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda
la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se
convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.
- (Mt
25:42-45) Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me
disteis de beber;
43 fui
forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y
en la cárcel, y no me visitasteis.
44
Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te
servimos?
45
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo
hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.
Solo un estado temporal. Aún
cuando existe el mal en el mundo y la voluntad de Dios no se hace muy a
menudo, lo bueno es que el estado actual del mundo solo es temporal. Guerras,
sufrimientos y enfermedades – las causas por las que muchos tienen
dificultades para creer en un Dios de amor - son problemas temporales que
tenemos que enfrentar antes de pasar a la perfección. La Biblia nos enseña que
todas las consecuencias de nuestra caída de la gracia en el jardín del Edén
serán eliminadas y serán creados un cielo nuevo y una tierra nueva. Ya no
habrá más muerte, ni lamento, ni pena, porque el viejo orden de cosas habrá
desaparecido. La muerte – nuestro último enemigo - será destruido y no nos
molestará más. Jesús nos dijo que Él es el camino hacia ese reino:
- (Juan
10:9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y
saldrá, y hallará pastos...
- (Juan
14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida;
nadie viene al Padre, sino por mí.
- (1 Co
15:26) Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.
- (Ap
21:1-6) Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la
primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.
2 Y yo
Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
3 Y oí
una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los
hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará
con ellos como su Dios.
4
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,
ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.
5 Y
el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las
cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
6 Y me
dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que
tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.
Una piedra de tropiezo para muchas personas, y algo que debe ser mencionado,
son las guerras relatadas en el Antiguo Testamento y ciertas características
de Dios. El siguiente párrafo escrito por alguien que fue agnóstico, brinda un
buen ejemplo de la opinión sostenida por mucha gente:
Otro problema: Usted ha hablado muchos sobre el amor de Dios, etc. Pero, ¡yo
recuerdo que el Dios del Antiguo Testamento es totalmente diferente! ¿No
destruyó Él todo el planeta al enviar el diluvio? ¡Qué tipo tan enojado! ¿Y no
mandó Él que los cananitas fueran destruidos –incluyendo mujeres y niños? ¿Y
no quemó Él Sodoma y Gomorra hasta las cenizas? No suena como si su Dios de
amor hubiera hecho esto. (7)
Al responder a la honesta crítica de arriba, conviene tener en cuenta por lo
menos las siguientes observaciones. Pueden proveer nuevas perspectivas para
este tema:
Escritos históricos. En
primer lugar, es bueno notar que la descripción de guerras y otros hechos que
hace la Biblia es igual a cualquier otro libro de historia, aunque la Biblia
es la palabra de Dios. Ella describe esos eventos y fases primitivas de la
historia de la humanidad, como lo hace cualquier otro libro de historia,
excepto que los hechos relatados en la Biblia sucedieron hace muchos siglos.
Las
guerras y otros hechos y personas son mencionados en el Antiguo Testamento
porque los libros de historia generalmente hacen eso. Muy
raramente describen tiempos pacíficos y gente normal: generalmente se refieren
a tiempos de crisis. La Segunda Guerra Mundial es un buen ejemplo de esto. Cabe destacar que se escribieron más historias sobre la Segunda Guerra Mundial que en las décadas previas a ella, aunque duró solo algunos años. Esto demuestra que hechos excepcionales (incluyendo relatos de milagros) se registran más que lo que sucede durante tiempos pacíficos y normales. En ese sentido, la Biblia no es una excepción.
La deuda del pecado.
En segundo lugar, es bueno notar que cuando la Biblia describe eventos como
los de Sodoma y de los cananitas, es porque el juicio de Dios sobre estas
naciones vino después de la conducta malvada de ellas. Cuando se tiene en
cuenta que los cananitas quemaban a sus hijos en sacrificios (Dt 12:31, 2 Cr
28:3) y eran malvados en otros sentidos, es fácil ver que el juicio de Dios no
fue accidental, sino sucedió porque la maldad de esa gente llegó al colmo y la
deuda de su pecado llegó al tope. Similarmente, más tarde los israelitas
enojaron a Dios y tuvieron que sufrir por eso. La misma cuenta llena de
pecados la está debiendo la sociedad de nuestros días, porque la gente ha
hecho muchas cosas malas.
- (Gn
15:16) Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su
colmo la maldad del amorreo hasta aquí.
La visión de Dios. En
la cita de arriba un ex agnóstico criticaba honestamente la visión de cómo es
Dios, por eso es bueno estudiar primero el tema a la luz del Nuevo
Testamento.
Porque si miramos el Nuevo Testamento, vemos que Jesús es la imagen
expresa de Dios (He 1:13) y en quién Dios se da a conocer perfectamente a sí
mismo. Jesús ha dicho, “el que me ve a mí, ve al Padre” y existen todas
las razones para creer esto. La Biblia también dice que “Dios es amor” (1
Jn 4:8).
Por lo tanto, si queremos saber cómo es Dios, los mejores pasajes son los
que hablan sobre Jesús, su carácter y lo que dijo. Veamos esto a la luz de los
siguientes versículos:
- (Jn
14:8,9) Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.
9 Jesús
le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido,
Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices
tú: Muéstranos el Padre?
- (Mt
11:28-30) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar.
29
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de
corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
30
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
- (Mt
22:15,16) Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en
alguna palabra.
16 Y le
enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro,
sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de
Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los
hombres.
- (Lc
15:1,2) Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,
2 y los
fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe,
y con ellos come.
- (Jn
10:10,11) 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he
venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
11 Yo
soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.
- (1
Juan 4:8,16) El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
16 Y
nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios
es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.
Una
de las razones por las que la gente rechaza el mensaje del Evangelio es su
idea de lo que es y de lo que no es el amor. Muchos se ofenden por las
actitudes de algunas personas o cuando determinadas conductas son descriptas
como pecaminosas. En seguida dicen: “No juzgues”, y “no debemos tener la mente
tan cerrada.” Debido a estas actitudes rechazan todo el mensaje del Evangelio.
Una conducta es la homosexualidad – algo generalmente justificado por los
que están a favor del amor y la tolerancia. Se dice que no puede haber nada
malo si dos hombres adultos deciden mantener una relación. El siguiente pasaje
refleja este tipo de actitud:
Sin
embargo, cometimos errores. Por ejemplo, nos dimos cuenta que predicar contra
la homosexualidad causó una reacción completamente negativa. En la ciudad que
ha sido famosa a lo largo del tiempo por su actitud protectora hacia las
minorías sociales, nuestra prédica, en la que condenábamos la homosexualidad,
ofendió el deseo de los ciudadanos de Ámsterdam de proteger a los más débiles.
Ofendimos el sentido de justicia del hombre común. Parte de la liberación
sexual es un monumento a la homosexualidad en una de las plazas públicas de la
ciudad. La libertad sexual se ha llevado a notorios extremos en Ámsterdam, que
es considerada la capital de la homosexualidad en Europa. Se calcula que cada
fin de semana entre diez y quince mil hombres y mujeres homosexuales visitan
Ámsterdam por su famosa vida nocturna y sus atracciones. También
heterosexuales, incluyendo abuelos, reaccionan enérgicamente si hablamos
contra la práctica de la homosexualidad, y cuando enfatizamos esto es porque
indica cuán lejos la ciudad de Ámsterdam se ha apartado de las normas dadas
por Dios. (8)
El
amor de Dios. Al
comenzar a estudiar el tema, es bueno comenzar desde el amor, porque es cierto
que todos lo necesitamos –homosexuales y heterosexuales- y eso no se puede
negar. ¿Quién no quisiera sentirse aceptado y amado? Esta necesidad básica
está en toda persona, y está bien que sea satisfecha. Es bueno experimentar
amor desde el seno maternal. En el trasfondo de muchos homosexuales a menudo
existen relaciones humanas traumáticas (los hombres generalmente han tenido
una mala relación con sus padres, fueron rechazados por sus compañeros, o
sufrieron abuso sexual por alguien del mismo sexo; las mujeres generalmente
han tenido problemas de relacionamiento con sus madres.)
Sin embargo, se nos enseña a lo largo de todo el Nuevo Testamento que somos
amados incondicionalmente. Muchos versículos enseñan que cuando estamos lejos
de Dios, cuando somos sus enemigos y pecadores, aún somos amados por Él. Su
amor abarca a los homosexuales; abarca al mayor y al menor de los pecadores.
Todos reciben el mismo amor:
- (Ro 5:8) Mas
Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo
murió por nosotros.
- (Ro 5:10) Porque
si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo,
mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.
- (Juan 3:16) Porque
de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para
que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¿Qué es la verdad? Aunque
cada persona – incluyendo los homosexuales - es amado por Dios, conviene
señalar la verdad y analizar si nuestros actos son o no importantes. Esto
difícilmente sea mencionado siquiera en los medios masivos del mundo.
Sin embargo, es algo esencial. Si el mensaje de la Biblia, especialmente
del Nuevo Testamento, es verdadero, se nos dice que los fornicarios,
adúlteros, asesinos, homosexuales – cuyo estilo de vida a menudo es
justificado en nuestra sociedad en el nombre del amor - no heredarán el reino
de Dios. Así, es bueno preguntarse cuán ciertos son los siguientes versículos
y cuántos de nosotros se los toman seriamente. Si los rechazamos, a pesar de
que dicen la verdad, ¿no estamos actuando neciamente? En
todo caso, nuestra falta es que pensamos muy a corto plazo, solo desde el
punto de vista del placer, y no pensamos en la eternidad:
- (1 Co 6:9,10) ¿No
sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los
fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que
se echan con varones,
10 ni los ladrones,
ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los
estafadores, heredarán el reino de Dios.
Lo que el pasaje
previo claramente significa en la práctica es que las personas que no se
arrepienten no pueden tener conexión con Dios ni con el cielo. Jesús y los
apóstoles predicaron arrepentimiento y advirtieron a la gente que dejara el
pecado (Mt 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir:
Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.) Es fundamental
tomar estas palabras en serio y no revocarlas. El problema de muchos es que
nunca piensan sobre el tema como se debe ni admiten que hayan pecado. No
admiten, por ejemplo, que el estilo de vida homosexual o las relaciones fuera
del matrimonio sean pecados. Eso impide que sean perdonados. Aún cuando Jesús
sea el Salvador y por medio de Él venga la gracia, Su forma de ser de ninguna
manera beneficia a la gente que dice no tener pecado y no admite que obra mal.
En la oración del Señor, que es conocida por muchos, oramos por el perdón de
nuestros pecados pero eso solo nos sirve de provecho si antes hemos admitido
que hemos pecado. Este es el punto de partida para el verdadero perdón:
- (Lc 11:4) Y
perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a
todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.
- (1 Juan 1:8-10) Si
decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la
verdad no está en nosotros.
9 Si confesamos
nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y
limpiarnos de toda maldad.
10 Si decimos que no
hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Además, el mismo amor y gracia de Dios que se nos muestran por medio de
Jesucristo puede cambiar toda nuestra vida. Su amor nos limpia de la
homosexualidad y de adicciones y lujurias; corta la dependencia al alcohol,
tabaco, amargura, y pornografía. Si la gente dice que esa curación no es
posible, entonces también declaran que las palabras de Jesús no son ciertas.
La práctica al menos indica que muchos fueron librados de estas enfermedades.
¿Estamos, pues, nosotros listos para cambiar y unirnos a este proceso?
- (Juan 8:36) Así
que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.
6. ¿por qué existe la condenación
La condenación también es algo contra la cual muchos pueden tropezar. A la
gente se le hace difícil comprender la existencia de un lugar como ese, y no
puede entender por qué Dios enviará a algunas personas allí a sufrir una
sentencia eterna.
Deberíamos pensar al respecto y analizar los siguientes importantes
aspectos:
La bondad de Dios.
Quizás para muchos la condenación sea un concepto difícil de aceptar. Puede
que la consideren injusta y se pregunten cómo armoniza eso con la bondad de
Dios. Puede ser que tengan muchos conflictos con respecto a este tema.
La condenación también puede ser vista de otra manera: Dios no sería un
Dios bueno si Él perdonara a los pecadores que no se arrepienten. Si
malhechores, dictadores, torturadores y tiranos que disfrutan siendo malos y
no quieren cambiar serían perdonados, ¿no sería lo mismo que aceptar sus malas
acciones? ¿No estaría así dando Dios su aceptación a esos malhechores que
deliberadamente han hecho cosas malas a otras personas? ¿Cómo podría ese Dios
ser bueno si aceptase lo malo y le diese la victoria al mal sobre el bien? Eso
no se puede esperar de un Dios bueno y perfecto. Estas ciertamente son
preguntas razonables.
(El mismo tema también aparece en el Antiguo Testamento. De los cananitas,
quienes quemaban a sus hijos en sacrificio, como se menciona en Dt 12:31 y 2
Cr 28:3, se dice que su juicio no vino por accidente, sino que se produjo
porque la maldad de esa gente y la cuenta de sus pecados habían llegado al
colmo [Pero en la cuarta generación volverán aquí, porque la iniquidad de los
amonitas aún no ha llegado al colmo hasta aquí. Gn 15:16]. Similarmente los
israelitas enojaron a Dios y tuvieron que sufrir por ello.)
Justamente el hecho que habrá un día de juicio y condenación de los
malvados nos hace pensar en la victoria del bien y en la bondad de Dios.
Porque si no habría un día de juicio final, en el que los injustos fuesen
condenados y los que sufrieron injustamente recibiesen su compensación, Dios
no sería un buen Dios – Él aceptaría y consentiría el mal. El hecho de que
habrá un día de juicio demuestra que el bien triunfará y que el mal será
vencido. Demuestra que Dios es bueno y que vence al mal.
Nadie necesita ser condenado.
Es bueno tener en claro que nadie necesita irse al infierno, porque Dios es
amor (1 Juan 4:8) y no quiere que nadie vaya allí. Precisamente, la principal
enseñanza del Evangelio es que Jesús vino al mundo a salvar pecadores (Lucas
19:10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que estaba perdido) y
que todos los pecados fueron cargados sobre Él (Is 53:6 … y Jehová cargó en
él el pecado de todos nosotros.) Cada uno de nosotros puede ser salvo de
la condenación por medio del sacrificio expiatorio de Jesús si nos volvemos a
Él y nos arrepentimos de nuestros pecados. Al mismo tiempo recibimos la vida
eterna como un regalo:
- (1 Ti
2:3,4) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro
Salvador,
4 el
cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la
verdad.
- (Juan
3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a
su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
- (Lc
15:3-7) Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:
4 ¿Qué
hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las
noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta
encontrarla?
5
Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso;
6 y al
llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo,
porque he encontrado mi oveja que se había perdido.
7 Os
digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se
arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de
arrepentimiento.
- (Ez
18:23,32) ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá,
si se apartare de sus caminos?
32.
Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos,
pues, y viviréis.
Es
bueno comprender que la única razón por la que muchos no son salvos es porque
le dan la espalda a la gracia de Dios e ignoran su llamado (Lucas
14:15-18: Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le
dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. Entonces Jesús le
dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena
envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está
preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse...).
Un predicador finés muy popular llamado Niilo Yli-Vainio, fue usado por
Dios como un instrumento para un avivamiento. Él escribió sobre este tema.
Describió la actitud indiferente de la gente hacia Dios, y trató de hacerle
comprender las graves consecuencias de esa conducta:
"La confusión me carcomía día y noche. Era suficiente.
Pero, más me carcomía el hecho que gente vaya al infierno. Veo una fila de
personas, una multitud que solo camina. ¡Les grito, les explico, les enseño,
hago gestos y trato de describir que están caminando hacia la devastación! Y
entonces, ¿qué pasa? ¡Solamente andan! ¡Siguen caminando! ¡Solo van
resbalándose! ¡Ríen y caminan hacia las puertas del infierno!
Ahora estás pensando en el ‘viejo Niilo’, puedo verlo en tu cara. Piensas
que habla y predica así, ¿y qué importa eso?
Soy alguien de naturaleza compasiva. Siempre he sido así. Amaría a las
personas para que fueran al cielo, si eso sirviese, pero cuando era joven
trataba de asustarlas para llevarlas a la fe.
Mis intenciones eran buenas.
La gente dice que mi prédica era dura y ruda, y ciertamente lo era. Mis
intenciones eran buenas. Pensé que si se describían los espantos del Juicio y
los tormentos del infierno de manera correcta, las personas tomarían
conciencia.
Entonces trataba de prolongar el momento de la resolución. Preguntaba y
preguntaba, y trataba de ganar tiempo para darles la oportunidad hasta el
mismo último momento. (…)
Sí, algunos fueron salvos por amedrentamiento. Funcionó para muchos.
Comprendieron que no los estaba asustando debido al dinero, sino que era
serio. Ser duro cuando alguien está embotado tiene sus lados buenos. Yo era
duro porque ellos me preocupaban. Pensaba entonces que dependía de mí que esas
personas fueran al cielo o al infierno.
Era un trabajo honesto en el sentido de que a la gente se le decía
honestamente hacia dónde estaban yendo. Eso me costó mi salud y mi fuerza
cuando todavía era un hombre joven.” (9)
Charles G. Finney escribió sobre el mismo tema en los años 1800. Él demostró
eficientemente cómo la gente trata a Dios, a pesar de que Él haya enviado a su
Hijo unigénito y los haya amado. Muchos han reaccionado de manera similar a
las personas del siguiente ejemplo, o en otras palabras, han rechazado una y
otra vez el amor de Dios:
Yo tenía una Biblia pequeña en mi mano y leí de ella el texto, “porque de tal
manera amó Dios al mundo que ha dado a su unigénito Hijo para que todo aquel
que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna.” No recuerdo mucho lo que
dije, pero sé que no podía dejar de pensar sobre la forma en que la gente
trata a Dios en respuesta a su amor. Esta idea llenó de dolor mi corazón; es
por ello que puse todo mi corazón al hablarles, con lágrimas saliendo de mi
ojos.
Vi a varias personas, de las que había oído horribles burlas el día
anterior. Me dirigí a ellos en la reunión, les mencioné lo que habían dicho y
les dije cómo se habían hecho a sí mismos acreedores de la condenación de
Dios. Volqué todo mi corazón ante ellos. Les dije que habían proferido
blasfemias como ladridos de perros en el camino al infierno, y que yo había
venido como hasta el abismo del infierno. Todos sabían que mis palabras eran
verdad y eso hizo que se estremecieran. Pero no parecían ofendidos, solamente
lloraban como yo. Difícilmente haya habido un ojo sin lágrimas en todo el
salón.
El dueño del restaurante se había negado a abrir el salón de reuniones en
la mañana. Pero después de esta primera reunión, él se levantó y anunció que
lo abriría a la tarde.
La gente se esparció por toda el área alrededor y difundió la información
por todos lados, y a la tarde el salón de reuniones estaba casi tan lleno como
una escuela en la mañana. Todos los que podían venir estaban en la reunión, y
el Señor me permitió atacarlos de manera absolutamente milagrosa. Mi sermón
parecía ser algo totalmente nuevo para ellos. Personalmente sentí como si
había hecho caer sobre ellos granizo y amor al mismo tiempo, piedras de
granizo con una gran porción de amor. La burla y la profanación del nombre de
Dios que habían repetido una y otra vez, parece que aumentó mi amor a Él hasta
el extremo del dolor. Yo los censuré y discipliné con todo mi corazón, pero a
pesar de todo sentía tanta simpatía por ellos, que ellos no pudieron
equivocarse al respecto. Nunca oí que se quejaran porque yo haya sido
demasiado severo, aunque probablemente nunca antes en mi vida había hablado
tan severamente.
El trabajo de ese día produjo un gran número de conversiones. Desde
entonces, cada vez que yo informaba que tenía una reunión en algún lugar, en
cualquier momento, la gente venía a escucharme. La obra comenzó inmediatamente
y progresó a gran velocidad. Prediqué dos veces en la iglesia de la aldea, a
veces tuve una reunión de oración, y generalmente predicaba en una escuela del
vecindario a las cinco de la tarde. (10)
Llamado a la nueva vida
Hemos considerado las objeciones que la gente levanta a veces cuando alguien
trata de predicarles el evangelio y la vida eterna. Son objeciones muy comunes
y parecen razonables, y suelen ser utilizadas para rechazar los temas
espirituales y la idea de volverse a Dios. Pueden ser utilizadas contra una
buena idea y en contra del mensaje del evangelio, que Dios quiere salvarnos y
guiarnos hacia su reino eterno.
Dios ya lo tiene todo preparado. Podemos recibir vida eterna como un
regalo. También podemos rechazar su llamado y su amor dándole la espalda al
regalo de la vida eterna:
-
(Lucas 14:15-18) Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa,
le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.
16
Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos.
17 Y a
la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid,
que ya todo está preparado.
18 Y
todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una
hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.
- (Ap
21:6) Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el
fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua
de la vida.
- (Ap
22:17) Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y
el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente.
A continuación le decimos cómo puede ser salvo y responder al llamado de Dios.
1. Vuélvete a Jesús y entrégale su vida a Él.
Vuélvete a Jesucristo. Dile que eres un pecador que necesita salvación y que
quieres que el plan de Dios se haga realidad en tu vida. En principio, no hay
necesidad de que trates de ser mejor. Solo ven a Él tal como eres con todas
tus fallas. De acuerdo con la Biblia hay vida eterna solamente en Jesús, y por
eso tenemos que volvernos a Él para poder recibirla:
- (Juan
5:40) Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.
- (Juan
6:68,69) Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes
palabras de vida eterna.
69 Y
nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente.
- (Juan
10:9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo...
2. Reciba
Recibe. La vida eterna se recibe como un regalo por medio de Jesús, el Hijo de
Dios. Recíbelo a Él en tu vida. Simplemente puedes decir, “Señor Jesús ven a
mi vida.” De acuerdo con la Biblia Él ya está detrás de la puerta de nuestro
corazón y desea entrar a nuestras vidas:
- (Ap
3:20) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre
la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Si le pides a Jesús que venga a tu corazón, entonces, de acuerdo a las
Escrituras, eres adoptado como hijo por Dios y recibes vida eterna. No
fundamentes la certeza de tu salvación en tus emociones. Los sentimientos
cambian. Afirma el conocimiento de tu salvación en la palabra de Dios y en
Jesucristo, así como el ancla de un barco nunca se arroja dentro del barco,
sino siempre afuera.
- (Juan
1:12) Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre,
les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.
- (1
Juan 5:11-13) Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y
esta vida está en su Hijo.
12 El
que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no
tiene la vida.
13
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios,
para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del
Hijo de Dios.
LA ORACIÓN DE SALVACIÓN: Señor
Jesús, vengo a ti. Te confieso que he pecado contra ti y no he vivido de
acuerdo con tu voluntad. Pero, quiero apartarme de mi pecado y seguirte a ti
con todo mi corazón. Creo también que mi pecado ha sido perdonado por medio de
tu sacrificio y que he recibido vida eterna por medio de ti. Te agradezco por
la salvación que me has dado. Amén.
REFERENCIAS:
1. V.T. Aaltonen: Miksi en ole kristitty, pág. 199, 200
2. Ken Ham: Valhe, evoluutio, (The Lie: Evolution), pág. 50,51
3. Ken Ham: Valhe, evoluutio, The Lie: Evolution, pág. 44
4. Charles G. Finney: Ihmeellisiä herätyksiä, pág. 245,246, 249
5. Gregory A. Boyd and Edward K. Boyd: Epäilijän kirjeet, (Letters
from a skeptic), pág. 26,27
6. J. Edwin Orr: 100 kysymystä Jumalasta (100 Questions about God),
págs. 59 – 60
7. Gregory A. Boyd and Edward K. Boyd: Epäilijän kirjeet, (Letters
from a skeptic), pág. 169
8. Floyd Mcclung: Elämää helvetin esikartanoissa (Living On The Devil’s
Doorstep), pág. 186,187
9. Mauno Saari: Saarnaaja, pág. 268,269
10. Charles G. Finney: Ihmeellisiä herätyksiä, págs. 81,82
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Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)
Echa mano de la vida eterna
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