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¿Por qué se rechaza la gracia?

 

 

La idea en este texto es analizar actitudes y puntos de vista que la gente pueda tener contra Dios y la fe cristiana y por qué los rechazan. El hecho es que casi cada persona tiene muchas objeciones e ideas que generalmente parecen inteligentes, y por medio de ellas rechazan toda conversación sobre la fe cristiana y la conversión a Dios. Pensamientos sobre la ciencia, la maldad en el mundo, la condenación y las fallas de la iglesia – todos estos temas serán analizados a continuación - son objeciones que la gente hace generalmente.

   Rechazar el mensaje de esta manera tampoco es algo nuevo. Podemos ver en la Biblia que la gente tenía objeciones similares durante la época de los apóstoles, y podemos ver cómo rechazaron el llamado de Dios a la salvación y la posibilidad de una nueva vida. Es de esperar que eso no suceda en la vida de ninguno de vosotros que leéis esto:

 

- (Hch 17:17,18) Así que discutía en la sinagoga con los judíos y piadosos, y en la plaza cada día con los que concurrían.

18 Y algunos filósofos de los epicúreos y de los estoicos disputaban con él; y unos decían: ¿Qué querrá decir este palabrero? Y otros: Parece que es predicador de nuevos dioses; porque les predicaba el evangelio de Jesús, y de la resurrección.

 

- (Hch 13:45,46) Pero viendo los judíos la muchedumbre, se llenaron de celos, y rebatían lo que Pablo decía, contradiciendo y blasfemando.

46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.

 

 

 

1. "creo en la ciencia"
2. Las fallas de la iglesia
3. La maldad en el mundo
4. ¿cómo es Dios
5. ¿qué es el amor
6. ¿por qué existe la condenación
 

 

1. "Creo en la ciencia"

  

En primer lugar, el abordaje y punto de vista científico es una razón por la que muchos le dan la espalda a Dios y a la fe cristiana. El hecho es que el mundo moderno se aferra fuertemente a la objetividad y ha adoptado la apariencia correspondiente a la ciencia natural. En otras palabras, todos quieren creer que son razonables y sensibles, y que su visión es imparcial, desapasionada y basada en hechos. Sin dudas nadie quiere aparecer como un fanático religioso o, por ejemplo, un fundamentalista, nombre que algunos periódicos y editores usan con placer (muchos amontonan toda religiosidad y al islam dentro de ese grupo). Casi todos prefieren separar ciencia y religión y quiere estar libre de todos los prejuicios y favoritismos:

 

En resumen, quisiera que la gente pensara específicamente.

   Generalmente parece como si la mayoría de la gente tratara de manejarse pensando tan poco como fuere posible. (…) Lo más importante de una manera científica de pensar es libertad de prejuicios, favoritismos y aficiones. La meta de un científico siempre es la verdad, sin importar lo incómoda que fuere ni cuánta confusión pudiese causar a aquellos cuyas creencias erradas pondría en evidencia. (1)

  

 

Entonces cambié el método y enseñé la naturaleza real de la ciencia –lo que ésta puede y no puede hacer. Examinamos en detalle las limitaciones que tuvieron los científicos al investigar el pasado. Se les dijo a los estudiantes que todos los científicos tienen preconceptos (creencias) que utilizan al examinar evidencia. Les dije sobre mi creencia en la Biblia, en cuanto a la creación, la caída, el diluvio y otros temas, y cómo se pueden construir modelos científicos basados en estos temas. Les mostré cómo la evidencia combina lógicamente con el modelo creacionista y no con el modelo evolucionista. Comencé a usar un abordaje basado en preconceptos. La diferencia fue enorme. Cuando los estudiantes fueron a otros cursos y los profesores trataron de interpretar la evidencia nuevamente, los estudiantes fueron capaces de reconocer las presuposiciones usadas por los maestros. Pudieron darse cuenta de cómo las creencias de los profesores influían sus actitudes hacia la evidencia. La cuestión sobre el origen era algo aparte de la evidencia científica.

Esto confundió a algunos profesores al punto que una mujer vino a verme y declaró, irritada, que yo había destruido su credibilidad. Ella había enseñado que el carbón se ha formado del lodo en el transcurso de millones de años, aunque yo les había dicho a los estudiantes que había diferentes teorías sobre su formación. Como esta profesora no le había hablado a los estudiantes sobre las limitaciones de la ciencia, y solo había enseñado su teoría del lodo como un hecho, su credibilidad colapsó ante la opinión de los estudiantes. El motivo de su enojo era que su credibilidad ya no podía ser restaurada nuevamente y ella lo sabía. Y así reaccionaron los estudiantes.

Yo apelo a todos los que tienen la posibilidad de enseñar sobre la creación y la evolución. Examinen cuidadosamente sus métodos de enseñanza. Asegúrense de que los estudiantes comprendan todo el espectro filosófico, o en otras palabras, las suposiciones y los preconceptos utilizados. El resultado de esto será que los estudiantes no sólo comprenderán mejor esta cuestión, sino que también llegarán a ser mejores pensadores y científicos. (2)

  

Recuerdo cómo un joven dijo en un seminario, “no puedo creer en la creación, yo creo en el big bang. Somos el resultado del azar y la casualidad. Dios no existe. ¿Qué me dice de esto?”

   Yo contesté, “bueno, si somos el resultado de la casualidad, entonces también tu cerebro es producto de la casualidad. Por eso, tu manera de pensar que determina tu lógica también es el resultado de la casualidad. Si tu lógica es el resultado de una serie ocasional de hechos, no puedes estar seguro de que se haya desarrollado en la dirección correcta. Ni siquiera puedes estar seguro de estar haciendo las preguntas correctas porque no puedes confiar en tu propia lógica.”

   Él se quedó sin palabras. Más tarde vino a mí y me preguntó sobre el mejor libro sobre este tema, diciendo que pensaría seriamente sobre este asunto. Había comenzado a entender que sin un absoluto (Dios) nada podría existir. (3) 

 

 

2. Las fallas de la iglesia

 

La decepción con el cristianismo y sus representantes es una razón por la que la gente rechaza la fe en Dios. Esto puede deberse a la decepción con alguna persona cercana o con la iglesia y “la religión de mente estrecha.” Por eso, muchos no pueden entablar ninguna conversación sobre la fe y Dios, sino que la rechazan tajantemente y se rebelan contra ella.

   En cuanto a las imperfecciones de los miembros de la iglesia, es cierto que existen. Es verdad que solo unas pocas personas son buenos ejemplos, y aún menos pueden decir con Pablo, “sed imitadores de mí, como yo de Cristo.” (1 Co 11:1). De la misma manera, la religión puede ser de tales características que no incluya vida espiritual, sino pura hipocresía. Ya se luchaba contra ese tipo de religión durante la formación de la iglesia primitiva; Juan el bautista les dijo a ciertas personas:

 

- (Mt 3:7-9) Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?

8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,

9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.

 

Cuando se señalan las fallas de la Iglesia y las malas acciones realizadas en el nombre de Dios a través de los siglos, uno debería recordar lo que enseñaron Jesús y los primeros discípulos. Si prestamos atención a sus indicaciones veremos que “los injustos no heredarán el reino de Dios”, y que Jesús nunca reconoció a estos malvados. También Pablo predijo que después de su partida habría un tipo de conducta similar. Enseñó que vendrían lobos salvajes que no tendría compasión del rebaño.

   Esto significa que no todas las personas que aparecen en el nombre de Dios y Jesús le pertenecen, a pesar de sus pretensiones.  (Como dijo Pablo todas en Tito 1:16, “profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan.”). Jesús dijo sobre los falsos profetas: “Por sus frutos los conoceréis.” (Mt 7:16), y esto ciertamente vale para todas las personas:

 

- (Hch 20:29-31) Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño.

30 Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos.

31 Por tanto, velad, acordándoos que por tres años, de noche y de día, no he cesado de amonestar con lágrimas a cada uno.

 

- (Mt 7:21-23) No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos.

22 Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?

23 Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.

 

- (1 Co 6:9) ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis...

 

Conviene notar que aunque alguien se haya convertido a Dios, todavía puede haber un montón de deficiencias en su vida. Además, las personas tienen diferentes niveles. Los corintios son un buen ejemplo; en sus cartas Pablo los describe como siendo todavía niños en Cristo, por cuanto los celos, las peleas y otras impurezas estaban causando una conducta problemática. Por el contrario, Pablo les dice a otros, “sed imitadores de mí, como yo de Cristo.” (1 Co 1:11), y “hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.” (Fil 3:17):

 

- (1 Co 3:1-3) De manera que yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.

2 Os di a beber leche, y no vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

porque aún sois carnales; pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?

 

Responsabilidad solamente por uno mismo. Cuando alguien señala los errores cometidos por la Iglesia en el pasado, debería notar que cada uno es responsable solamente por sus propias acciones, no por las acciones de otros. A pesar de que se hicieron muchas cosas malas, eso no significa que podemos usar los errores de los demás para justificar nuestra propia mala conducta. Cuando ponemos en primer lugar nuestra propia vida en orden, entonces estamos sacando “la viga” de nuestro propia ojo (Mt 7:5 “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano”). Hacer eso requiere un gran esfuerzo:

 

- (Juan 21:21,22) Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, ¿y qué de éste?

22 Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú.

 

- (Ro 14:12) De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí.

 

- (Ro 2:6) el cual pagará a cada uno conforme a sus obras.

 

- (Ap 20:12-15) Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras.

13 Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.

14 Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda.

15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

 

La influencia de Dios en la sociedad. La gente critica al así llamado Cristianismo, generalmente con razones valederas,  como se dijo arriba. Esas acusaciones no carecen de fundamento.

   Sin embargo, es importante ver que cuando Dios influye en la sociedad de una manera más poderosa, la vida de muchas personas cambia. La respuesta al llamado de Dios no crea una sociedad tipo “gran hermano” (de lo cual hay buenos ejemplos en la historia), pero puede crear cambios internos en un grupo grande. Los que defienden el mal pueden pensar diferentemente. El siguiente pasaje describe semejante conducta. La descripción viene del siglo 19:

 

He dicho que la situación moral cambió grandemente por medio de este avivamiento. La ciudad era nueva, económicamente próspera y emprendedora, pero llena de pecado. La población era especialmente inteligente y ambiciosa, pero a medida que el avivamiento se extendía por la ciudad atrayendo grandes multitudes de la gente más notable, hombres y mujeres, a la conversión, sucedió un cambio muy maravilloso respecto al orden, la paz y la moralidad.

   Tuve una conversación con un abogado muchos años más tarde. Él había sido convertido en este avivamiento y era un procurador general en casos criminales. Debido a su oficio, estaba muy familiarizado con las estadísticas criminales. Él dijo con respecto al tiempo del avivamiento, “he examinado documentos de la ley sobre el crimen y me he enterado de un hecho sorprendente: aunque nuestra ciudad ha crecido y es tres veces más grande que cuando hubo el avivamiento, no ha habido ni un tercio de las denuncias que había antes. El avivamiento ha tenido semejante efecto milagroso en nuestra ciudad.” (…)

   (...) Tanto la oposición pública como la personal fueron gradualmente abatidas. En Rochester yo no sabía nada sobre esto. La salvación tuvo su propia gran visitación, los avivamientos fueron tan poderosos y se difundieron tan ampliamente, y la gente tuvo tiempo de informarse sobre los mismos y los resultados de ellos a tal punto, que temieron oponerse como antes. Los pastores también los entendieron mejor, y los malvados se convencieron de que era obra de Dios. Esta idea se hizo casi común, porque la naturaleza auténtica de las conversiones era tan clara, tan verdaderamente transformados en “nuevas criaturas” eran los conversos, tan completos los cambios ocurridos, tanto en los individuos como en la sociedad, y tan permanentes e innegables eran los frutos. (4)

 

 

 

3. La maldad en el mundo

 

Cuando se justifica una actitud negativa en asuntos espirituales, una razón, además de las fallas de las iglesias, es la maldad en el mundo. Se dice que no es posible que exista Dios porque hay demasiado mal y sufrimiento en el mundo, y porque no existe justicia. A muchas personas les resulta difícil reconciliar estas cosas con la existencia y el amor de Dios, como lo indica la siguiente cita:

 

Pero esto es solamente parte de un problema mayor. Se me hace difícil adherir a la idea sobre un Dios de amor. El problema no es solo la maldad en la iglesia, sino el mal que hay en todo el mundo. Si Dios creó el mundo y si Él tiene cuidado de éste, ¿por qué hay tanta crueldad y sufrimiento en el mundo? En su carta usted contestó que Dios no puede ser responsabilizado por eso, porque Él ha dado al hombre libertad para elegir entre el bien y el mal. Pero creo que esta cuestión no puede ser dejada de lado tan fácilmente. Cuando el hombre, en su libertad de elegir, elige mal y como resultado de ello personas inocentes tienen que padecer penurias y sufrimientos, definitivamente ¡Dios no puede ser un Dios amoroso, como usted sostiene! (5)

 

Sin embargo, si analizamos este tema vemos que demuestra la veracidad de lo que dice la Biblia. En los primeros libros de la Biblia se nos dice que todo comenzó con la caída del hombre y la entrada del pecado en el mundo, y así es realmente. Originalmente el hombre vivía en maravillosa armonía con todo, pero la situación cambió después de que él decidiera desobedecer la voluntad de Dios. La mente del hombre se oscureció, y su voluntad se rindió ante el mal, y perdió la paz. La relación del hombre con Dios también se corrompió, y el pecado y la muerte entraron en el mundo, como se declara en la carta a los Romanos. Es difícil negar que estemos en la condición descripta en la Biblia:

 

- (Ro 5:12) Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

 

Nuestra caída es real y puede ser vista en el mundo. Se nota en nuestras malas acciones, sufrimientos, egoísmo y muerte – todas consecuencias de nuestra caída. Las masacres de Auschwitz y Rwanda ciertamente no podrían haber sucedido si el mundo no estuviese bajo el control del maligno (1 Juan 5:19). Necesitamos la policía y las fuerzas armadas porque no podemos confiar en la bondad de nuestro semejante. Esas cosas terribles que hacemos no se deben a una crianza equivocada o al ambiente malo; son el reflejo del mal que vive dentro nuestro. La evidencia concreta es tan grande, que nadie podría negarla:

 

- “El profesor Joad era un oponente inteligente y con un pensamiento ágil y agudo,” el pastor lo interrumpió. “Yo recuerdo, cuando estuve en Inglaterra, que un vicario predicó sobre el tema: ‘Dios, el diablo y el profesor C. E. Joad’.”

   Todos se largaron a reír.

   Miguel continuó su discurso:

- El profesor Joad era de la opinión que la naturaleza humana no tiene defectos mayores, que no puedan ser mejorados con más civilización, mejores posibilidades y un entorno mejor.

   Entonces vino la guerra. Cuando Joad contempló la ruina y la miseria causada por la destrucción, llegó a la conclusión de que esos eventos y también la historia son un extenso registro de la crueldad del hombre con sus semejantes. Se dio cuenta que los teólogos tienen un punto de vista en común, que los filósofos no enfatizan, o sea, que existe alguna falla en la naturaleza humana, y que esa falla puede ser llamada pecado original. Partiendo desde este punto, Joad progresó del pecado hacia la necesidad de salvación, y de un Salvador hacia Dios, quien envió a ese Salvador para pagar los pecados de la gente. Joad vivió una conversión intelectual al cristianismo, y se hizo miembro de la Iglesia Anglicana. “Civilización más avanzada, mejores condiciones y mejor entorno” dijo finalmente, “no han producido una sociedad mejor ni siquiera hoy en día, como lo indican las crecientes estadísticas criminales en los países desarrollados.” (6)

 

La voluntad de dios y de los hombresCuando Jesús vivió en la tierra enseñó el Padrenuestro a sus discípulos. Una de las cosas que Jesús enseñó a sus discípulos a pedir a Dios fue que Su voluntad se hiciera en la tierra. Él aconsejó a sus discípulos a orar por esto porque era el plan de Dios y porque por ahora Su voluntad se hace perfectamente solamente en el cielo:

 

- (Mt 6:10) Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.

 

Esto sugiere una de las mayores razones detrás de la existencia de sufrimientos en el mundo. Aquí en el mundo la que se lleva a cabo no es la voluntad de Dios, sino la voluntad del hombre! No hay maldad ni sufrimiento en el cielo – eso existe en la tierra debido a la voluntad del hombre. Acá la gente elige servir a la maldad y practicar el mal en lugar de eliminar al mal del mundo. Si tan solo amásemos a nuestros enemigos (como enseñó Jesús en el sermón del monte), y nos arrepintiésemos (como enseñaron Juan el bautista, Jesús y los apóstoles), entonces la tierra sería un lugar mucho mejor. Sin embargo, elegimos odiar a nuestros enemigos y obstinadamente rehusamos arrepentirnos, de modo que el mundo no puede ser mejor de lo que es ahora. No servimos a la voluntad de Dios, y no le dejamos entrar a nuestras vidas, ni siempre queremos ser mejores personas:

 

- (Mt 3:1,2) En aquellos días vino Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea,

2 y diciendo: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.

 

- (Hch 26:19,20) Por lo cual, oh rey Agripa, no fui rebelde a la visión celestial,

20 sino que anuncié primeramente a los que están en Damasco, y Jerusalén, y por toda la tierra de Judea, y a los gentiles, que se arrepintiesen y se convirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de arrepentimiento.

 

- (Mt 25:42-45) Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber;

43 fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.

44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?

45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.

 

Solo un estado temporal. Aún cuando existe el mal en el mundo y la voluntad de Dios no se hace muy a menudo, lo bueno es que el estado actual del mundo solo es temporal. Guerras, sufrimientos y enfermedades – las causas por las que muchos tienen dificultades para creer en un Dios de amor - son problemas temporales que tenemos que enfrentar antes de pasar a la perfección. La Biblia nos enseña que todas las consecuencias de nuestra caída de la gracia en el jardín del Edén serán eliminadas y serán creados un cielo nuevo y una tierra nueva. Ya no habrá más muerte, ni lamento, ni pena, porque el viejo orden de cosas habrá desaparecido. La muerte – nuestro último enemigo - será destruido y no nos molestará más. Jesús nos dijo que Él es el camino hacia ese reino:

 

- (Juan 10:9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos...

 

- (Juan 14:6) Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

 

- (1 Co 15:26) Y el postrer enemigo que será destruido es la muerte.

 

- (Ap 21:1-6) Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.

2 Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido.

3 Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios.

4 Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron.

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

 

 

 

4. ¿cómo es Dios

 

Una piedra de tropiezo para muchas personas, y algo que debe ser mencionado, son las guerras relatadas en el Antiguo Testamento y ciertas características de Dios. El siguiente párrafo escrito por alguien que fue agnóstico, brinda un buen ejemplo de la opinión sostenida por mucha gente:

 

Otro problema: Usted ha hablado muchos sobre el amor de Dios, etc. Pero, ¡yo recuerdo que el Dios del Antiguo Testamento es totalmente diferente! ¿No destruyó Él todo el planeta al enviar el diluvio? ¡Qué tipo tan enojado! ¿Y no mandó Él que los cananitas fueran destruidos –incluyendo mujeres y niños? ¿Y no quemó Él Sodoma y Gomorra hasta las cenizas? No suena como si su Dios de amor hubiera hecho esto. (7)

 

Al responder a la honesta crítica de arriba, conviene tener en cuenta por lo menos las siguientes observaciones. Pueden proveer nuevas perspectivas para este tema:

 

Escritos históricos. En primer lugar, es bueno notar que la descripción de guerras y otros hechos que hace la Biblia es igual a cualquier otro libro de historia, aunque la Biblia es la palabra de Dios. Ella describe esos eventos y fases primitivas de la historia de la humanidad, como lo hace cualquier otro libro de historia, excepto que los hechos relatados en la Biblia sucedieron hace muchos siglos.

    Las guerras y otros hechos y personas son mencionados en el Antiguo Testamento porque los libros de historia generalmente hacen eso. Muy raramente describen tiempos pacíficos y gente normal: generalmente se refieren a tiempos de crisis.

   La Segunda Guerra Mundial es un buen ejemplo de esto. Cabe destacar que se escribieron más historias sobre la Segunda Guerra Mundial que en las décadas previas a ella, aunque duró solo algunos años. Esto demuestra que hechos excepcionales (incluyendo relatos de milagros) se registran más que lo que sucede durante tiempos pacíficos y normales. En ese sentido, la Biblia no es una excepción.

 

La deuda del pecado. En segundo lugar, es bueno notar que cuando la Biblia describe eventos como los de Sodoma y de los cananitas, es porque el juicio de Dios sobre estas naciones vino después de la conducta malvada de ellas. Cuando se tiene en cuenta que los cananitas quemaban a sus hijos en sacrificios (Dt 12:31, 2 Cr 28:3) y eran malvados en otros sentidos, es fácil ver que el juicio de Dios no fue accidental, sino sucedió porque la maldad de esa gente llegó al colmo y la deuda de su pecado llegó al tope. Similarmente, más tarde los israelitas enojaron a Dios y tuvieron que sufrir por eso. La misma cuenta llena de pecados la está debiendo la sociedad de nuestros días, porque la gente ha hecho muchas cosas malas.

 

- (Gn 15:16) Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.

 

La visión de Dios. En la cita de arriba un ex agnóstico criticaba honestamente la visión de cómo es Dios, por eso es bueno estudiar primero el tema a la luz del Nuevo Testamento. 

   Porque si miramos el Nuevo Testamento, vemos que  Jesús es la imagen expresa de Dios (He 1:13) y en quién Dios se da a conocer perfectamente a sí mismo. Jesús ha dicho, “el que me ve a mí, ve al Padre” y existen todas las razones para creer esto. La Biblia también dice que “Dios es amor” (1 Jn 4:8).

   Por lo tanto, si queremos saber cómo es Dios, los mejores pasajes son los que hablan sobre Jesús, su carácter y lo que dijo. Veamos esto a la luz de los siguientes versículos:

 

- (Jn 14:8,9) Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

9 Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

 

- (Mt 11:28-30) Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

29 Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;

30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

 

- (Mt 22:15,16) Entonces se fueron los fariseos y consultaron cómo sorprenderle en alguna palabra.

16 Y le enviaron los discípulos de ellos con los herodianos, diciendo: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios, y que no te cuidas de nadie, porque no miras la apariencia de los hombres.

 

- (Lc 15:1,2) Se acercaban a Jesús todos los publicanos y pecadores para oírle,

2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: Este a los pecadores recibe, y con ellos come.

 

- (Jn 10:10,11) 10 El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

11 Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

 

- (1 Juan 4:8,16) El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.

16 Y nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en amor, permanece en Dios, y Dios en él.

 

 

 

5. ¿qué es el amor

 

Una de las razones por las que la gente rechaza el mensaje del Evangelio es su idea de lo que es y de lo que no es el amor. Muchos se ofenden por las actitudes de algunas personas o cuando determinadas conductas son descriptas como pecaminosas. En seguida dicen: “No juzgues”, y “no debemos tener la mente tan cerrada.” Debido a estas actitudes rechazan todo el mensaje del Evangelio.

   Una conducta es la homosexualidad – algo generalmente justificado por los que están a favor del amor y la tolerancia. Se dice que no puede haber nada malo si dos hombres adultos deciden mantener una relación. El siguiente pasaje refleja este tipo de actitud:

 

Sin embargo, cometimos errores. Por ejemplo, nos dimos cuenta que predicar contra la homosexualidad causó una reacción completamente negativa. En la ciudad que ha sido famosa a lo largo del tiempo por su actitud protectora hacia las minorías sociales, nuestra prédica, en la que condenábamos la homosexualidad, ofendió el deseo de los ciudadanos de Ámsterdam de proteger a los más débiles. Ofendimos el sentido de justicia del hombre común. Parte de la liberación sexual es un monumento a la homosexualidad en una de las plazas públicas de la ciudad. La libertad sexual se ha llevado a notorios extremos en Ámsterdam, que es considerada la capital de la homosexualidad en Europa. Se calcula que cada fin de semana entre diez y quince mil hombres y mujeres homosexuales visitan Ámsterdam por su famosa vida nocturna y sus atracciones. También heterosexuales, incluyendo abuelos, reaccionan enérgicamente si hablamos contra la práctica de la homosexualidad, y cuando enfatizamos esto es porque indica cuán lejos la ciudad de Ámsterdam se ha apartado de las normas dadas por Dios. (8)

 

El amor de Dios. Al comenzar a estudiar el tema, es bueno comenzar desde el amor, porque es cierto que todos lo necesitamos –homosexuales y heterosexuales- y eso no se puede negar. ¿Quién no quisiera sentirse aceptado y amado? Esta necesidad básica está en toda persona, y está bien que sea satisfecha. Es bueno experimentar amor desde el seno maternal. En el trasfondo de muchos homosexuales a menudo existen relaciones humanas traumáticas (los hombres generalmente han tenido una mala relación con sus padres, fueron rechazados por sus compañeros, o sufrieron abuso sexual por alguien del mismo sexo; las mujeres generalmente han tenido problemas de relacionamiento con sus madres.)

   Sin embargo, se nos enseña a lo largo de todo el Nuevo Testamento que somos amados incondicionalmente. Muchos versículos enseñan que cuando estamos lejos de Dios, cuando somos sus enemigos y pecadores, aún somos amados por Él. Su amor abarca a los homosexuales; abarca al mayor y al menor de los pecadores. Todos reciben el mismo amor:

 

- (Ro 5:8) Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

 

- (Ro 5:10) Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

 

- (Juan 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

¿Qué es la verdad? Aunque cada persona – incluyendo los homosexuales - es amado por Dios, conviene señalar la verdad y analizar si nuestros actos son o no importantes. Esto difícilmente sea mencionado siquiera en los medios masivos del mundo.

   Sin embargo, es algo esencial.  Si el mensaje de la Biblia, especialmente del Nuevo Testamento, es verdadero, se nos dice que los fornicarios, adúlteros, asesinos, homosexuales – cuyo estilo de vida a menudo es justificado en nuestra sociedad en el nombre del amor - no heredarán el reino de Dios. Así, es bueno preguntarse cuán ciertos son los siguientes versículos y cuántos de nosotros se los toman seriamente. Si los rechazamos, a pesar de que dicen la verdad, ¿no estamos actuando neciamente? En todo caso, nuestra falta es que pensamos muy a corto plazo, solo desde el punto de vista del placer, y no pensamos en la eternidad:

 

- (1 Co 6:9,10) ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones,

10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

 

Lo que el pasaje previo claramente significa en la práctica es que las personas que no se arrepienten no pueden tener conexión con Dios ni con el cielo. Jesús y los apóstoles predicaron arrepentimiento y advirtieron a la gente que dejara el pecado (Mt 4:17 Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.) Es fundamental tomar estas palabras en serio y no revocarlas. El problema de muchos es que nunca piensan sobre el tema como se debe ni admiten que hayan pecado. No admiten, por ejemplo, que el estilo de vida homosexual o las relaciones fuera del matrimonio sean pecados. Eso impide que sean perdonados. Aún cuando Jesús sea el Salvador y por medio de Él venga la gracia, Su forma de ser de ninguna manera beneficia a la gente que dice no tener pecado y no admite que obra mal. En la oración del Señor, que es conocida por muchos, oramos por el perdón de nuestros pecados pero eso solo nos sirve de provecho si antes hemos admitido que hemos pecado. Este es el punto de partida para el verdadero perdón:

 

- (Lc 11:4) Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal.

 

- (1 Juan 1:8-10) Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.

 

Además, el mismo amor y gracia de Dios que se nos muestran por medio de Jesucristo puede cambiar toda nuestra vida. Su amor nos limpia de la homosexualidad y de adicciones y lujurias; corta la dependencia al alcohol, tabaco, amargura, y pornografía. Si la gente dice que esa curación no es posible, entonces también declaran que las palabras de Jesús no son ciertas. La práctica al menos indica que muchos fueron librados de estas enfermedades. ¿Estamos, pues, nosotros listos para cambiar y unirnos a este proceso?

 

- (Juan 8:36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

 

 

 

6. ¿por qué existe la condenación

                              

La condenación también es algo contra la cual muchos pueden tropezar. A la gente se le hace difícil comprender la existencia de un lugar como ese, y no puede entender por qué Dios enviará a algunas personas allí a sufrir una sentencia eterna.

   Deberíamos pensar al respecto y analizar los siguientes importantes aspectos:

 

La bondad de Dios. Quizás para muchos la condenación sea un concepto difícil de aceptar. Puede que la consideren injusta y se pregunten cómo armoniza eso con la bondad de Dios. Puede ser que tengan muchos conflictos con respecto a este tema.

   La condenación también puede ser vista de otra manera: Dios no sería un Dios bueno si Él perdonara a los pecadores que no se arrepienten. Si malhechores, dictadores, torturadores y tiranos que disfrutan siendo malos y no quieren cambiar serían perdonados, ¿no sería lo mismo que aceptar sus malas acciones? ¿No estaría así dando Dios su aceptación a esos malhechores que deliberadamente han hecho cosas malas a otras personas? ¿Cómo podría ese Dios ser bueno si aceptase lo malo y le diese la victoria al mal sobre el bien? Eso no se puede esperar de un Dios bueno y perfecto. Estas ciertamente son preguntas razonables.

  (El mismo tema también aparece en el Antiguo Testamento. De los cananitas, quienes quemaban a sus hijos en sacrificio, como se menciona en Dt 12:31 y 2 Cr 28:3, se dice que su juicio no vino por accidente, sino que se produjo porque la maldad de esa gente y la cuenta de sus pecados habían llegado al colmo [Pero en la cuarta generación volverán aquí, porque la iniquidad de los amonitas aún no ha llegado al colmo hasta aquí. Gn 15:16]. Similarmente los israelitas enojaron a Dios y tuvieron que sufrir por ello.)

   Justamente el hecho que habrá un día de juicio y condenación de los malvados nos hace pensar en la victoria del bien y en la bondad de Dios. Porque si no habría un día de juicio final, en el que los injustos fuesen condenados y los que sufrieron injustamente recibiesen su compensación, Dios no sería un buen Dios – Él aceptaría y consentiría el mal. El hecho de que habrá un día de juicio demuestra que el bien triunfará y que el mal será vencido. Demuestra que Dios es bueno y que vence al mal. 

 

Nadie necesita ser condenado. Es bueno tener en claro que nadie necesita irse al infierno, porque Dios es amor (1 Juan 4:8) y no quiere que nadie vaya allí. Precisamente, la principal enseñanza del Evangelio es que Jesús vino al mundo a salvar pecadores (Lucas 19:10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y salvar lo que estaba perdido) y que todos los pecados fueron cargados sobre Él (Is 53:6 … y Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.) Cada uno de nosotros puede ser salvo de la condenación por medio del sacrificio expiatorio de Jesús si nos volvemos a Él y nos arrepentimos de nuestros pecados. Al mismo tiempo recibimos la vida eterna como un regalo:

 

- (1 Ti 2:3,4) Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,

el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

 

- (Juan 3:16) Porque de tal manera amó Dios al mundoque ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

 

- (Lc 15:3-7) Entonces él les refirió esta parábola, diciendo:

4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y va tras la que se perdió, hasta encontrarla?

5 Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso;

6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido.

7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.

 

- (Ez 18:23,32) ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?

32. Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis. 

 

Es bueno comprender que la única razón por la que muchos no son salvos es porque le dan la espalda a la gracia de Dios e ignoran su llamado (Lucas 14:15-18: Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios. Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos. Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado. Y todos a una comenzaron a excusarse...).

   Un predicador finés muy popular llamado Niilo Yli-Vainio, fue usado por Dios como un instrumento para un avivamiento. Él escribió sobre este tema. Describió la actitud indiferente de la gente hacia Dios, y trató de hacerle comprender las graves consecuencias de esa conducta:

 

"La confusión me carcomía día y noche. Era suficiente.

   Pero, más me carcomía el hecho que gente vaya al infierno. Veo una fila de personas, una multitud que solo camina. ¡Les grito, les explico, les enseño, hago gestos y trato de describir que están caminando hacia la devastación! Y entonces, ¿qué pasa? ¡Solamente andan! ¡Siguen caminando! ¡Solo van resbalándose! ¡Ríen y caminan hacia las puertas del infierno!

   Ahora estás pensando en el ‘viejo Niilo’, puedo verlo en tu cara. Piensas que habla y predica así, ¿y qué importa eso?

   Soy alguien de naturaleza compasiva. Siempre he sido así. Amaría a las personas para que fueran al cielo, si eso sirviese, pero cuando era joven trataba de asustarlas para llevarlas a la fe.

   Mis intenciones eran buenas.

   La gente dice que mi prédica era dura y ruda, y ciertamente lo era. Mis intenciones eran buenas. Pensé que si se describían los espantos del Juicio y los tormentos del infierno de manera correcta, las personas tomarían conciencia.

   Entonces trataba de prolongar el momento de la resolución. Preguntaba y preguntaba, y trataba de ganar tiempo para darles la oportunidad hasta el mismo último momento. (…)

   Sí, algunos fueron salvos por amedrentamiento. Funcionó para muchos. Comprendieron que no los estaba asustando debido al dinero, sino que era serio. Ser duro cuando alguien está embotado tiene sus lados buenos. Yo era duro porque ellos me preocupaban. Pensaba entonces que dependía de mí que esas personas fueran al cielo o al infierno.

   Era un trabajo honesto en el sentido de que a la gente se le decía honestamente hacia dónde estaban yendo. Eso me costó mi salud y mi fuerza cuando todavía era un hombre joven.” (9)

 

Charles G. Finney escribió sobre el mismo tema en los años 1800. Él demostró eficientemente cómo la gente trata a Dios, a pesar de que Él haya enviado a su Hijo unigénito y los haya amado. Muchos han reaccionado de manera similar a las personas del siguiente ejemplo, o en otras palabras, han rechazado una y otra vez el amor de Dios:

 

Yo tenía una Biblia pequeña en mi mano y leí de ella el texto, “porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su unigénito Hijo para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna.” No recuerdo mucho lo que dije, pero sé que no podía dejar de pensar sobre la forma en que la gente trata a Dios en respuesta a su amor. Esta idea llenó de dolor mi corazón; es por ello que puse todo mi corazón al hablarles, con lágrimas saliendo de mi ojos.

   Vi a varias personas, de las que había oído horribles burlas el día anterior. Me dirigí a ellos en la reunión, les mencioné lo que habían dicho y les dije cómo se habían hecho a sí mismos acreedores de la condenación de Dios. Volqué todo mi corazón ante ellos. Les dije que habían proferido blasfemias como ladridos de perros en el camino al infierno, y que yo había venido como hasta el abismo del infierno. Todos sabían que mis palabras eran verdad y eso hizo que se estremecieran. Pero no parecían ofendidos, solamente lloraban como yo. Difícilmente haya habido un ojo sin lágrimas en todo el salón.

   El dueño del restaurante se había negado a abrir el salón de reuniones en la mañana. Pero después de esta primera reunión, él se levantó y anunció que lo abriría a la tarde.

   La gente se esparció por toda el área alrededor y difundió la información por todos lados, y a la tarde el salón de reuniones estaba casi tan lleno como una escuela en la mañana. Todos los que podían venir estaban en la reunión, y el Señor me permitió atacarlos de manera absolutamente milagrosa. Mi sermón parecía ser algo totalmente nuevo para ellos. Personalmente sentí como si había hecho caer sobre ellos granizo y amor al mismo tiempo, piedras de granizo con una gran porción de amor. La burla y la profanación del nombre de Dios que habían repetido una y otra vez, parece que aumentó mi amor a Él hasta el extremo del dolor. Yo los censuré y discipliné con todo mi corazón, pero a pesar de todo sentía tanta simpatía por ellos, que ellos no pudieron equivocarse al respecto. Nunca oí que se quejaran porque yo haya sido demasiado severo, aunque probablemente nunca antes en mi vida había hablado tan severamente.

   El trabajo de ese día produjo un gran número de conversiones. Desde entonces, cada vez que yo informaba que tenía una reunión en algún lugar, en cualquier momento, la gente venía a escucharme. La obra comenzó inmediatamente y progresó a gran velocidad. Prediqué dos veces en la iglesia de la aldea, a veces tuve una reunión de oración, y generalmente predicaba en una escuela del vecindario a las cinco de la tarde. (10)

 

Llamado a la nueva vida

 

Hemos considerado las objeciones que la gente levanta a veces cuando alguien trata de predicarles el evangelio y la vida eterna. Son objeciones muy comunes y parecen razonables, y suelen ser utilizadas para rechazar los temas espirituales y la idea de volverse a Dios. Pueden ser utilizadas contra una buena idea y en contra del mensaje del evangelio, que Dios quiere salvarnos y guiarnos hacia su reino eterno.

   Dios ya lo tiene todo preparado. Podemos recibir vida eterna como un regalo. También podemos rechazar su llamado y su amor dándole la espalda al regalo de la vida eterna:

 

- (Lucas 14:15-18) Oyendo esto uno de los que estaban sentados con él a la mesa, le dijo: Bienaventurado el que coma pan en el reino de Dios.

16 Entonces Jesús le dijo: Un hombre hizo una gran cena, y convidó a muchos.

17 Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados: Venid, que ya todo está preparado.

18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.

 

- (Ap 21:6) Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

 

- (Ap 22:17) Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

 

A continuación le decimos cómo puede ser salvo y responder al llamado de Dios. 

 

1. Vuélvete a Jesús y entrégale su vida a Él.

 

Vuélvete a Jesucristo. Dile que eres un pecador que necesita salvación y que quieres que el plan de Dios se haga realidad en tu vida. En principio, no hay necesidad de que trates de ser mejor. Solo ven a Él tal como eres con todas tus fallas. De acuerdo con la Biblia hay vida eterna solamente en Jesús, y por eso tenemos que volvernos a Él para poder recibirla:

 

- (Juan 5:40) Y no queréis venir a mí para que tengáis vida.

 

- (Juan 6:68,69) Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.

69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

 

- (Juan 10:9) Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo...

 

2. Reciba

 

Recibe. La vida eterna se recibe como un regalo por medio de Jesús, el Hijo de Dios. Recíbelo a Él en tu vida. Simplemente puedes decir, “Señor Jesús ven a mi vida.” De acuerdo con la Biblia Él ya está detrás de la puerta de nuestro corazón y desea entrar a nuestras vidas:

 

- (Ap 3:20) He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

 

Si le pides a Jesús que venga a tu corazón, entonces, de acuerdo a las Escrituras, eres adoptado como hijo por Dios y recibes vida eterna. No fundamentes la certeza de tu salvación en tus emociones. Los sentimientos cambian. Afirma el conocimiento de tu salvación en la palabra de Dios y en Jesucristo, así como el ancla de un barco nunca se arroja dentro del barco, sino siempre afuera.

 

- (Juan 1:12)  Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

 

- (1 Juan 5:11-13) Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.

12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

13 Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.

                                                             

LA ORACIÓN DE SALVACIÓN: Señor Jesús, vengo a ti. Te confieso que he pecado contra ti y no he vivido de acuerdo con tu voluntad. Pero, quiero apartarme de mi pecado y seguirte a ti con todo mi corazón. Creo también que mi pecado ha sido perdonado por medio de tu sacrificio y que he recibido vida eterna por medio de ti. Te agradezco por la salvación que me has dado. Amén.

 

 

 

REFERENCIAS:

 

1. V.T. Aaltonen: Miksi en ole kristitty, pág. 199, 200

2. Ken Ham: Valhe, evoluutio, (The Lie: Evolution), pág. 50,51

3. Ken Ham: Valhe, evoluutio, The Lie: Evolution, pág. 44

4. Charles G. Finney: Ihmeellisiä herätyksiä, pág. 245,246, 249

5. Gregory A. Boyd and Edward K. Boyd: Epäilijän kirjeet, (Letters from a skeptic), pág. 26,27

6. J. Edwin Orr: 100 kysymystä Jumalasta (100 Questions about God), págs. 59 – 60

7. Gregory A. Boyd and Edward K. Boyd: Epäilijän kirjeet, (Letters from a skeptic), pág. 169

8. Floyd Mcclung: Elämää helvetin esikartanoissa (Living On The Devil’s Doorstep), pág. 186,187

9. Mauno Saari: Saarnaaja, pág. 268,269

10. Charles G. Finney: Ihmeellisiä herätyksiä, págs. 81,82

 


 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)

 

 

  

 

Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)