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Sé renovado mediante la oración

 

 

Capítulo 5 -

Oración y avivamiento

 

  

¿Quieres ver a la gente de tu alrededor siendo salva y un cambio en tu sociedad? Muchos quieren esto y es uno de los mejores deseos que podemos tener. Si queremos ver ocurrir estos cambios, también deberíamos orar mucho y muchas veces por ellos. Si tu oración consiste solamente en cerrar los ojos por un par de minutos en vez de ser persistente, la respuesta puede tomar cierto tiempo.

   Así pues, nuestras oraciones pueden ser comparadas con la siembra de semillas. Si sembramos una pequeña cantidad cosecharemos poco, pero si sembramos muchas semillas, tendremos una cosecha más grande, igual que en la agricultura. La atención de nuestras oraciones está en relación con la cantidad de semillas sembradas, “las semillas de la oración”. Tenemos que pedir para recibir:

 

- (Stg 4:2) Codiciáis, y no tenéis; matáis y ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.

 

- (Mt 7:7 8) Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.

Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá.

 

Si nuestras oraciones son persistentes, también podemos esperar ser atendidos. Podemos encontrar muchos ejemplos en el pasado de personas que oraron persistentemente, incluso por años, y finalmente vieron contestadas sus oraciones.

   D.L. Moody escribió sobre sus tiempos en Inglaterra: El avivamiento no comenzó por casualidad, sino a través de las oraciones de una mujer enferma, que tenía 55 nombres en su lista. Como esa mujer no podía hacer muchas otras cosas, comenzó a orar por esas personas. Como resultado, al poco tiempo esas personas fueron salvas, y las iglesias se llenaron con gente buscando la salvación. Las almas de esas 55 personas por quienes ella oró, fueron salvas; sus oraciones fueron oídas.

   La oración y el avivamiento siempre van de la mano. Abajo hay unos ejemplos y versículos de la Biblia relacionados con avivamientos. Tal vez eso te anime a ti y a otros a orar más que antes:

 

“Carlos G. Finney tenía una carga de oración. Una y otra vez él iba al bosque u otro lugar solitario y estaba en la presencia de Dios en agonía. A veces no podía expresarse a sí mismo con palabras. Nos dijo que solo podía balbucear y llorar, tan enorme era la carga puesta sobre él. No es sorprendente que Dios lo haya usado. No es raro que él llegara a ser uno de los mayores predicadores de avivamientos que hubo. No es una sorpresa que Dios se glorificara a sí mismo a través de sus sermones. Finney sabía lo que es sufrir penas al orar.

   Cada una de las personas que Dios ha usado fue una persona de oración. Si nunca has aprendido cómo orar, si nunca aprendiste lo que es luchar con Dios, si nunca sufriste dolor, si nada sabes acerca de los dolores de parto entonces no sabes lo que significa alcanzar resultados espirituales. Si quieres ver a Dios glorificado por medio de tu ministerio, primero debes llegar a ser un hombre de oración.” (5).

 

“Mientras tanto, estaba orando diligentemente y noté que el Espíritu de oración prevaleció especialmente en los miembros femeninos de la congregación.” (…)

   “Creo que fue la semana siguiente que yo pasé por su casa y encontré a su esposo pálido y ansioso. Él me dijo: -Finney, yo creo que mi esposa va a morir. Ella no tiene descanso ni de día ni de noche; se entregó totalmente a la oración. Estuvo orando en su cuarto a lo largo de todo el día, clamando y luchando, y me temo que esto sobrepasa sus fuerzas-. Cuando ella oyó mi voz en el salón de la casa, salió de su dormitorio con un resplandor celestial en su rostro y dijo: -Señor Finney, ¡el Señor ha venido! Esta obra se extenderá por la región. Una nube de gracia está sobre nosotros, y veremos mucha más la obra de la gracia de lo que hemos visto anteriormente. Su esposo miró sorprendido y no sabía qué decir. Eso era algo nuevo para él, pero no para mí. Lo he visto antes y creo que las oraciones fueron contestadas. Estaba bien seguro de eso.” (6).

 

“Yo sé de lo que hablo, porque lo he visto ocurrir en las condiciones más difíciles. Por ejemplo, el gran avivamiento en Rochester comenzó en condiciones extremadamente desventajosas. Sin embargo, éramos unos pocos creyentes que teníamos un fuerte espíritu de oración, y eso nos dio a los predicadores la seguridad de que Dios estaba detrás de ello al fin al cabo. Al continuar con nuestro trabajo vimos que cuando crecía la oposición del diablo, el Espíritu de Dios también fortalecía y agudizaba su influencia hasta que una oleada de avivamiento derribando todos los obstáculos finalmente se extendía sobre esta comunidad.” (7).

 

“Muchos de nosotros recordamos las cosas milagrosas que Dios hizo en Corea hace pocos años atrás simplemente por la oración. Unos pocos misioneros decidieron reunirse a orar juntos cada día al mediodía. Al mes, un hermano sugirió parar con las reuniones ‘porque no pasaba nada’. –Vamos a orar en nuestras casas, y que cada uno ore por lo que más quiera. Otros, sin embargo, se opusieron a la propuesta y dijeron que, en vez de abandonar, deberían pasar más tiempo orando. Así que siguieron con sus reuniones diarias de oración durante cuatro meses. Entonces, de repente comenzaron a fluir las bendiciones. Las reuniones fueron interrumpidas de vez en cuando por personas que lloraban o confesaban sus pecados. Finalmente, se produjo un gran avivamiento. (…)

Uno de los misioneros dijo: -Valió la pena pasar varios meses orando, porque cuando Dios dio su Espíritu, Él hizo más en medio día, que lo que todos los misioneros podrían haber hecho en medio año.” (8).

 

El pastor Ding Li de China tenía los nombres de 1,100 estudiantes en su lista de oración. Por medio de sus oraciones, cientos de personas fueron ganadas para Cristo. Su conversión fue tan profunda, que muchos se dedicaron al trabajo espiritual.

   Sería fácil contar más de estas sorprendentes e inspiradoras historias sobre bendiciones recibidas por medio de oraciones. Pero no hay necesidad de hacerlo. Sé que Dios quiere que yo ore. Sé que Él quiere que tú ores. (9).

 

E.M. Bounds: La oración debe ser mantenida con una perseverancia de nunca acabar, con persistencia, y con infalible coraje. (10).

 

George Whitefield: “He pasado días, incluso semanas, postrado con mi rostro en el piso, orando en silencio y en voz alta.”  (11).

 

A.T. Pierson: “Desde los días del Pentecostés, no ha habido ningún avivamiento en ningún país que no haya comenzado mediante la oración de varias personas unidas para orar, aunque no hayan sido más que  dos o tres. Y ningún movimiento, tanto hacia adentro como hacia afuera, continuó cuando se descuidaron las reuniones de oración.” (12).

                                                               

Yonggi Cho: “Pastores y evangelistas me han preguntado de qué manera sus congregaciones podrían crecer como en Corea. Es que, después de las reuniones ellos salen a comer afuera y pasan horas compartiendo la velada. A la mañana están tan cansados que no pueden orar. Con el paso de los años, he visto eso en todos los lugares del mundo.” (…).

   El avivamiento en Corea no tiene que darse por sentado. Años atrás estudié la historia de la Iglesia y comprendí que no solamente hay que orar para que se produzca un avivamiento, sino también orar para que el avivamiento continúe. Los avivamientos en los países occidentales siempre han sido vistos como auto suficientes al cabo de unos pocos años. A esa altura, la gente se olvidó la cosa más importante que produjo el avivamiento: se olvidan de la oración. Cuando acaba la oración perseverante y persistente, la fuerza movilizadora del avivamiento acaba. La rutina mantendrá el avivamiento por algún tiempo, y luego se extinguirá.” (…)

   Cuando el Espíritu Santo concede un avivamiento como una respuesta a las oraciones, la fuerza rectora del movimiento debe mantenerse para que el avivamiento no se acabe. Si se olvida la oración, reemplazamos la fuerza rectora por el continuismo y finalmente la ayuda especial de Dios terminará.” (13).

 

Yonggi Cho: “Para que venga y se mantenga el avivamiento, tenemos que orar y ayunar. No puedo enfatizar suficiente lo importante que es esto.” (14).

 

Yonggi Cho: “Cuando era joven e inexperto, cierta vez me dediqué a la oración. Oré mucho, realmente mucho, y Dios comenzó a actuar. En esa época, mi suegra era una excelente fuente de inspiración para mi vida de oración. Ella se aseguraba de que yo me despertara a las 4:30 a.m. porque en Corea oramos a la mañana.

   En Corea se espera que cada uno se levante a las 4:30 a.m. y que ore. Especialmente los pastores deben hacer esto.” (15).

 

John Wesley: “Sostened en alto los brazos debilitados creyendo y orando; fortaleced las rodillas débiles. ¿Tenéis días de oración y ayuno? Abríos paso con fuerza hacia el trono de gracia y permaneced allí con perseverancia, y vendrán las bendiciones de arriba.” (16).

 

“El Espíritu de Dios puede bendecir a dos, pero no puede bendecir a uno. Abraham no pudo ayudar a las ciudades de Sodoma y Gomorra él solo, aunque su oración pesaba, por así decir, como mil  kilos en las escala de Dios. Pero allí estaba su sobrino Lot, que era uno de los mayores cobardes que se pueda imaginar. Su oración no llegaba ni a 15 gramos, pero esa cantidad insignificante fue suficiente para inclinar la balanza de modo que Zoar fue preservada. Por eso, agrégale tus 15 gramos a las oraciones de los grandes santos, porque ellos pueden necesitarla.” (17).

 

- (Lc 18:1-7) 1 También les refirió Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,

2 diciendo: Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre.

3 Había también en aquella ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.

4 Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni tengo respeto a hombre,

5 sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la paciencia.

6 Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto.

7 ¿Y acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles.

 

- (Lc 11:5-8) Les dijo también: ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de viaje, y no tengo qué ponerle delante;

7 y aquél, respondiendo desde adentro, le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo en cama; no puedo levantarme, y dártelos?

8 Os digo, que aunque no se levante a dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le dará todo lo que necesite.

 

- (Lc 2:36,37) Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,

37 y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones.

 

- (Sal 119:147) 147 Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra.

 

- (Mt 18:19,20) Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

 

- (Jn 14:13,14) Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.

14 Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré.

 

- (Mr 11:24) Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

 

- (Fil 4:6) Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

 

 

 

REFERENCIAS:

 

1. Watchman Nee, (THE NORMAL CHRISTIAN LIFE), p.11.

2. Charles G. Finney, Ihmeellisiä herätyksiä

3) Charles Price, Ihmeitätekevä usko, p. 37.

4. Oswald J. Smith, Ketä Jumala käyttää? p.126-128.

5. Idem.

6. Charles G. Finney, Ihmeellisiä herätyksiä

7. Charles G. Finney, Kun herätys tulee

8. El Cristiano Anónimo (THE KNEELING CHRISTIAN), p. 33,34.

9. Idem , p. 36.

10. Leonard Ravenhill, (WHY REVIVAL TARRIES) p.13.

11. Idem, p.13.

12. Idem, p.121.

13. Yonggi Cho, (PRAYER: KEY TO REVIVAL), p.14 15.

14. Yonggi Cho, (PRAYER: KEY TO REVIVAL), p.101.

15. David Yonggi Cho, (CHO’S PATTERNS OF PRAYER), p.36.

16. Leonard Ravenhill, (WHY REVIVAL TARRIES) p.8.

17. C.H. Spurgeon, (THE SOUL-WINNER)


 

 

 

 

 

 

 

 

Jesús es el camino, y la verdad, y la vida (Jn 14:6)

 

 

  

 

Echa mano de la vida eterna
(1 Ti 6:12)